La Sierra Nevada tiene su misterio, tal vez ese que no ha permitido que en su territorio se construya el embalse o represa Los Besotes, una iniciativa de la que se habló por primera vez en 1969, siendo presidente Alberto Lleras Camargo.
La Sierra Nevada tiene su misterio, tal vez ese que no ha permitido que en su territorio se construya el embalse o represa Los Besotes, una iniciativa de la que se habló por primera vez en 1969, siendo presidente Alberto Lleras Camargo, pero que pasan los años, los gobiernos y nada que se hace realidad.
Aunque el proyecto se encuentra dentro del Plan de Desarrollo del presidente Juan Manuel Santos Calderón, según dijo el representante Pedro Muvdi Aranguena, ha sido en este gobierno, en el que menos se ha hablado de la iniciativa que sigue ahí, dormida.
Son muchos los contratiempos que no permiten que Los Besotes se ponga en marcha, entre esos los recursos, la falta de voluntad política, los indígenas que no están de acuerdo con la obra, entre otros.
Lo cierto es que hoy Valledupar empieza a tener sed, pues para nadie es un secreto que cada vez más se necesita de la represa porque la ciudad tiene un acueducto que cada invierno deja sin agua a la población.
Según Muvdi Aranguena, hay un compromiso del Ministro del Interior con Valledupar de establecer unas mesas de negociación con los indígenas y el Alcalde, “quedó establecido que después de la legislatura se iba a concertar con el Ministro y la Alcaldía”.
El Representante a la Cámara asegura que están todos los estudios, que habría que actualizar los precios al día de hoy y lo único que falta es concertar con los indígenas, porque una vez estos aprueben, el gobierno nacional asigna los recursos.
Pero ahí es donde está la mayor talanquera. Desde hace años estas comunidades ancestrales han dicho no al proyecto, debido a los daños que le pueden causar al medio ambiente, pero según Muvdi se debe luchar porque hoy Valledupar tiene muchos problemas precisamente porque no cuenta con un reservorio dónde almacenar agua y el embalse sería una solución definitiva.“Los indígenas no están de acuerdo con el tema de riego, hay que concertar”, dijo el representante.
Pero las cosas no son tan fáciles. Los indígenas, en especial los Arhuacos, en cuyo territorio está el vaso del embalse, no están de acuerdo con la megaobra, la razón: es territorio ancestral, madre tierra a la que ellos deben proteger, pues para ellos es más importante el 'Ser', que el desarrollo económico que buscan 'los colonos' o los 'blancos' como ellos le llaman a quienes no pertenecen a sus comunidades.
Lo que dicen los indígenas
Leonor Zalabata, indígena Arhuaca y miembro de la Comisión de los Derechos Humanos de la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas, explicó que esa zona está dentro de la línea negra o territorio ancestral.
“Este es territorio tradicional Arhuaco y más adelante es Kankuamo. Estamos por la línea negra, es vital para nosotros que se nos respete el sitio sagrado para que la naturaleza se desarrolle, para poder mantener nuestros conocimientos”, afirmó la Arhuaca.
Zalabata explicó también que no pueden permitir que en esa zona se de un desplazamiento de las familias, cerca de 80 que habitan en el lugar.
La indígena también asegura que esas megaobras de represas ya están mandadas a recoger, que hay cosas para ellos que son innegociables como la tierra.
Zalabata explicó también que desde el 2002 han venido hablando respecto al tema con las diferentes administraciones, por lo que ellos ya conocen su postura.
Aunque la opinión de los indígenas es la que más pesa y sin la cual no se puede hacer nada, hay quienes aseguran que aquí lo que falta es voluntad política, pero el alcalde Fredys Socarrás Reales dice lo contrario, que sí hay interés tanto de la dirigencia cesarense como del gobierno nacional. “Tuve una reunión con el viceministro (del Interior), Aníbal Fernández, está comenzando a trabajar el tema de la consulta previa a la población indígena asentada allí, para proceder a ver como va dándose ese proceso de participación ciudadana y la viabilidad que le da la consulta al proyecto, ese un escollo que hay que superar primero y el Ministerio del Interior quedó comprometido hacer el trabajo”.
El Alcalde asegura que el embalse sí es viable, el único inconveniente es convencer a los indígenas de la viabilidad del proyecto, porque de lo contrario no tiene ninguna posibilidad.
Adicional a esto, están los recursos, el proyecto tiene una inversión cercana a los 400 mil millones de pesos, lo que no es nada fácil de conseguir, así los políticos digan lo contrario.
El embalse
Aunque muchos aseguran que lo que se construirá en la parte alta del río Guatapurí es un embalse, el gerente de la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, Luis Eduardo Gutiérrez dice que no es un embalse, porque el afluente no se va a represar en ninguna parte.
Para Hernán Araújo Castro, quien fue presidente de la Asociación de Usuarios, en calidad de gerente del Fondo Ganadero del Cesar, lo que se concibió desde el principio fue una presa pequeña derivadora para sacar un agua del río Guatapurí que iba a un canal que tenia cierta capacidad para llenar un embalse.
Para esto según Araújo Castro, Emdupar compró hace muchos años 122 hectáreas, a fin de construir lo que denominan vaso del embalse.
La idea que se tenía para esa época era sacar un canal para suministrarle agua al acueducto de Valledupar y otro que iba hacia las zonas de Callao, Ovejas y la margen izquierda del Guatapurí, pues se pretendía regar unas 10 mil hectáreas y asegurar el servicio para la ciudad.
El líder gremial recordó que como presidente de la Asociación propuso darle prioridad al acueducto de la ciudad, además de suministro de agua para los municipios de La Paz, San Diego, Codazzi y una población de La Guajira convirtiéndose así en regional; adicional establecer el riesgo para las 10 mil hectáreas.
Los estudios
El proyecto que debe hacerse a futuro según el gerente de Emdupar, ha sido más estudiado que la cura para el SIDA, pues a la fecha en solo estudios se han invertido millonarios recursos, pero la primera piedra no se ha puesto.
Rusos, israelitas, colombianos, entre otros, han hecho diversos estudios sobre el embalse, pero la voluntad política de la que habla Fredys Socarrás Reales nada que hace presencia, pues hasta ahora todo ha quedado en papel.
En ese sentido, están en papel el estudio realizado por Tahal Consulting Engineer realizado entre 1969-1972. Años después, 1992-1994, el HIMAT contrató a Consultores Civiles e Hidráulicos C&H, para que actualice y complemente los mismos.
Para los años 2001-2003, el Municipio de Valledupar y Emdupar hicieron un contrato con la Universidad Nacional, sede Medellín, la cual estudió la posibilidad de que a partir de una regulación del río Guatapurí en el sitio conocido como Los Besotes, se suministrara agua para el acueducto, un distrito y la instalación al pie de la presa de una pequeña central Hidroeléctrica (PCH).
Entre 2006-2009, el Incoder y el Departamento del Cesar hicieron un convenio, el cual fue contratado con Consorcio Riego Guatapurí para que hiciera la actualización y complementación del estudio de factibilidad y primera fase de los diseños del proyecto de adecuación de tierras para Valledupar, el cual debía respetar los lineamientos técnicos definidos por C&H, y las modificaciones introducidas por la Universidad Nacional, especialmente la capacidad del embalse, ese fue el último estudio.
Avances
Según Hernán Araújo Castro, de los estudios realizados con el que más se avanzó fue con el de los israelitas, que se realizó siendo ministro de Agricultura, Carlos Murgas Guerrero.
El líder gremial se reunió en esa época con cinco firmas, cada una encargada de un tema distinto, es decir una que se centraría en la presa, otra en la financiación, otra en los predios, entre otros, pero encontraron un inconveniente con las Unidades Agrícolas Familiares, por el número de predios de las familias que estaban allí.
Sin embargo, se planteó una nueva propuesta que a su vez se la hicieron saber al Ministro, pero este salió del gobierno y todo quedó ahí.
Luego, en el gobierno de Ciro Pupo Castro y según Araújo Castro los indígenas que se encontraban en Sabana Crespo, cerca de la zona, empezaron a comprar predios y construir, entre esos centros ceremoniales, por lo que hoy en caso de querer construir el embalse no solo se requiere concertar con ellos y pedirle el permiso, sino que también se deben reubicar.
Ciro Pupo Castro niega que haya permitido esto y aseguró que nunca dio ningún permiso para construcciones.
Pero hoy lo cierto es que sin la ‘bendición de los indígenas’ el proyecto no se podrá ejecutar, además que se requieren de millonarios recursos para ejecutar una obra de la que no se habla desde hace mucho tiempo en el Cesar y en especial en Valledupar.
La Sierra Nevada tiene su misterio, tal vez ese que no ha permitido que en su territorio se construya el embalse o represa Los Besotes, una iniciativa de la que se habló por primera vez en 1969, siendo presidente Alberto Lleras Camargo.
La Sierra Nevada tiene su misterio, tal vez ese que no ha permitido que en su territorio se construya el embalse o represa Los Besotes, una iniciativa de la que se habló por primera vez en 1969, siendo presidente Alberto Lleras Camargo, pero que pasan los años, los gobiernos y nada que se hace realidad.
Aunque el proyecto se encuentra dentro del Plan de Desarrollo del presidente Juan Manuel Santos Calderón, según dijo el representante Pedro Muvdi Aranguena, ha sido en este gobierno, en el que menos se ha hablado de la iniciativa que sigue ahí, dormida.
Son muchos los contratiempos que no permiten que Los Besotes se ponga en marcha, entre esos los recursos, la falta de voluntad política, los indígenas que no están de acuerdo con la obra, entre otros.
Lo cierto es que hoy Valledupar empieza a tener sed, pues para nadie es un secreto que cada vez más se necesita de la represa porque la ciudad tiene un acueducto que cada invierno deja sin agua a la población.
Según Muvdi Aranguena, hay un compromiso del Ministro del Interior con Valledupar de establecer unas mesas de negociación con los indígenas y el Alcalde, “quedó establecido que después de la legislatura se iba a concertar con el Ministro y la Alcaldía”.
El Representante a la Cámara asegura que están todos los estudios, que habría que actualizar los precios al día de hoy y lo único que falta es concertar con los indígenas, porque una vez estos aprueben, el gobierno nacional asigna los recursos.
Pero ahí es donde está la mayor talanquera. Desde hace años estas comunidades ancestrales han dicho no al proyecto, debido a los daños que le pueden causar al medio ambiente, pero según Muvdi se debe luchar porque hoy Valledupar tiene muchos problemas precisamente porque no cuenta con un reservorio dónde almacenar agua y el embalse sería una solución definitiva.“Los indígenas no están de acuerdo con el tema de riego, hay que concertar”, dijo el representante.
Pero las cosas no son tan fáciles. Los indígenas, en especial los Arhuacos, en cuyo territorio está el vaso del embalse, no están de acuerdo con la megaobra, la razón: es territorio ancestral, madre tierra a la que ellos deben proteger, pues para ellos es más importante el 'Ser', que el desarrollo económico que buscan 'los colonos' o los 'blancos' como ellos le llaman a quienes no pertenecen a sus comunidades.
Lo que dicen los indígenas
Leonor Zalabata, indígena Arhuaca y miembro de la Comisión de los Derechos Humanos de la Comisión Nacional de Pueblos Indígenas, explicó que esa zona está dentro de la línea negra o territorio ancestral.
“Este es territorio tradicional Arhuaco y más adelante es Kankuamo. Estamos por la línea negra, es vital para nosotros que se nos respete el sitio sagrado para que la naturaleza se desarrolle, para poder mantener nuestros conocimientos”, afirmó la Arhuaca.
Zalabata explicó también que no pueden permitir que en esa zona se de un desplazamiento de las familias, cerca de 80 que habitan en el lugar.
La indígena también asegura que esas megaobras de represas ya están mandadas a recoger, que hay cosas para ellos que son innegociables como la tierra.
Zalabata explicó también que desde el 2002 han venido hablando respecto al tema con las diferentes administraciones, por lo que ellos ya conocen su postura.
Aunque la opinión de los indígenas es la que más pesa y sin la cual no se puede hacer nada, hay quienes aseguran que aquí lo que falta es voluntad política, pero el alcalde Fredys Socarrás Reales dice lo contrario, que sí hay interés tanto de la dirigencia cesarense como del gobierno nacional. “Tuve una reunión con el viceministro (del Interior), Aníbal Fernández, está comenzando a trabajar el tema de la consulta previa a la población indígena asentada allí, para proceder a ver como va dándose ese proceso de participación ciudadana y la viabilidad que le da la consulta al proyecto, ese un escollo que hay que superar primero y el Ministerio del Interior quedó comprometido hacer el trabajo”.
El Alcalde asegura que el embalse sí es viable, el único inconveniente es convencer a los indígenas de la viabilidad del proyecto, porque de lo contrario no tiene ninguna posibilidad.
Adicional a esto, están los recursos, el proyecto tiene una inversión cercana a los 400 mil millones de pesos, lo que no es nada fácil de conseguir, así los políticos digan lo contrario.
El embalse
Aunque muchos aseguran que lo que se construirá en la parte alta del río Guatapurí es un embalse, el gerente de la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar, Emdupar, Luis Eduardo Gutiérrez dice que no es un embalse, porque el afluente no se va a represar en ninguna parte.
Para Hernán Araújo Castro, quien fue presidente de la Asociación de Usuarios, en calidad de gerente del Fondo Ganadero del Cesar, lo que se concibió desde el principio fue una presa pequeña derivadora para sacar un agua del río Guatapurí que iba a un canal que tenia cierta capacidad para llenar un embalse.
Para esto según Araújo Castro, Emdupar compró hace muchos años 122 hectáreas, a fin de construir lo que denominan vaso del embalse.
La idea que se tenía para esa época era sacar un canal para suministrarle agua al acueducto de Valledupar y otro que iba hacia las zonas de Callao, Ovejas y la margen izquierda del Guatapurí, pues se pretendía regar unas 10 mil hectáreas y asegurar el servicio para la ciudad.
El líder gremial recordó que como presidente de la Asociación propuso darle prioridad al acueducto de la ciudad, además de suministro de agua para los municipios de La Paz, San Diego, Codazzi y una población de La Guajira convirtiéndose así en regional; adicional establecer el riesgo para las 10 mil hectáreas.
Los estudios
El proyecto que debe hacerse a futuro según el gerente de Emdupar, ha sido más estudiado que la cura para el SIDA, pues a la fecha en solo estudios se han invertido millonarios recursos, pero la primera piedra no se ha puesto.
Rusos, israelitas, colombianos, entre otros, han hecho diversos estudios sobre el embalse, pero la voluntad política de la que habla Fredys Socarrás Reales nada que hace presencia, pues hasta ahora todo ha quedado en papel.
En ese sentido, están en papel el estudio realizado por Tahal Consulting Engineer realizado entre 1969-1972. Años después, 1992-1994, el HIMAT contrató a Consultores Civiles e Hidráulicos C&H, para que actualice y complemente los mismos.
Para los años 2001-2003, el Municipio de Valledupar y Emdupar hicieron un contrato con la Universidad Nacional, sede Medellín, la cual estudió la posibilidad de que a partir de una regulación del río Guatapurí en el sitio conocido como Los Besotes, se suministrara agua para el acueducto, un distrito y la instalación al pie de la presa de una pequeña central Hidroeléctrica (PCH).
Entre 2006-2009, el Incoder y el Departamento del Cesar hicieron un convenio, el cual fue contratado con Consorcio Riego Guatapurí para que hiciera la actualización y complementación del estudio de factibilidad y primera fase de los diseños del proyecto de adecuación de tierras para Valledupar, el cual debía respetar los lineamientos técnicos definidos por C&H, y las modificaciones introducidas por la Universidad Nacional, especialmente la capacidad del embalse, ese fue el último estudio.
Avances
Según Hernán Araújo Castro, de los estudios realizados con el que más se avanzó fue con el de los israelitas, que se realizó siendo ministro de Agricultura, Carlos Murgas Guerrero.
El líder gremial se reunió en esa época con cinco firmas, cada una encargada de un tema distinto, es decir una que se centraría en la presa, otra en la financiación, otra en los predios, entre otros, pero encontraron un inconveniente con las Unidades Agrícolas Familiares, por el número de predios de las familias que estaban allí.
Sin embargo, se planteó una nueva propuesta que a su vez se la hicieron saber al Ministro, pero este salió del gobierno y todo quedó ahí.
Luego, en el gobierno de Ciro Pupo Castro y según Araújo Castro los indígenas que se encontraban en Sabana Crespo, cerca de la zona, empezaron a comprar predios y construir, entre esos centros ceremoniales, por lo que hoy en caso de querer construir el embalse no solo se requiere concertar con ellos y pedirle el permiso, sino que también se deben reubicar.
Ciro Pupo Castro niega que haya permitido esto y aseguró que nunca dio ningún permiso para construcciones.
Pero hoy lo cierto es que sin la ‘bendición de los indígenas’ el proyecto no se podrá ejecutar, además que se requieren de millonarios recursos para ejecutar una obra de la que no se habla desde hace mucho tiempo en el Cesar y en especial en Valledupar.