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Columnista - 8 febrero, 2019

Los atracadores

¿En qué se parece Emdupar a la elegante residencia del doctor Marcelo Calderón, concretamente al elegantísimo salón, con aire acondicionado donde jugamos dominó?

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¿En qué se parece Emdupar a la elegante residencia del doctor Marcelo Calderón, concretamente al elegantísimo salón, con aire acondicionado donde jugamos dominó? En que en ambos lugares la honradez no es una virtud sino un defecto que arruina, porque donde Marcelo al honrado lo acaban Fausto Cotes con sus secuaces, incluido Chelo, en Emdupar pasa lo mismo, ambos sitios son unos atracaderos. Me explico: hace unos meses fui visitado por un funcionario de Emdupar oficiosamente, a constatar el porqué, se había subido el consumo de agua y le expliqué que se había roto un tubo y hubo desperdicios, pero que ya se había arreglado, solamente fue un día, y en consecuencia yo iba a cancelar el recibo con el costo que me llegara tal como lo hice con un valor doblado al usual. Fui honrado y no lo engañe mandándole a entrar a la casa para que constatara que no había

“fuga”; no entró pero dejó un acta que no vi y no firmé, ni la firmó nadie en donde decía, no que hubo fuga sino que había fuga, cometiendo el delito de falsedad y me llegó el otro recibo, no con el consumo usual sino con el precio y consumo elevado, duplicado fui a reclamar, ¡qué horror, perdí todo un día pues el número de personas insatisfechas y furibundas es impresionante y ya la que fuera una cómoda sala de espera es un incómodo sitio que necesita más sillas de espera, me mandaron un visitador, vino, vio y se fue y dijo “hay fuga”, enseguida busqué una persona versada en esos arreglos, Lucho Mango le dicen, quien constató todo y me dijo que no había fuga, regresé e informé y la respuesta tajante fue: entiéndase con los abogados. Me salí de casillas, grité y salí en bolas de fuego para la gerencia pero el portero o vigilante que me conoce y me vio alterado me dijo donde tenía que ir y me entendí con el Jefe de la sección que dispuso que él personalmente iba a constatar si había o no fuga y fue con el mismo embustero y geófano en mano me practicó una minuciosa revisión y certificó que todo estaba perfecto, no se escapaba ni una gota y así lo dejó establecido en el acta respectiva el mismo mentiroso, que sin ningún rubor argumentó defensa alguna. Bueno eso se aclaró pensé y a los dos días me llegó una comunicación citándome a “comparecer” como si fuera un delincuente a notificarme de una resolución, fui en forma inmediata y contento, pero la alegría duro poco pues en su parte resolutiva, accedían a hacerme la revisión, que ya me habían hecho, pero me negaban la reliquidación y tenían razón porque en las consideraciones dicen “el Acta de Revisión No. 462015 del 25-01-2019 señala que en la revisión con geófano se encuentran fugas” cuando esa acta dice todo lo contrario, no hay fugas.

Columnista
8 febrero, 2019

Los atracadores

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

¿En qué se parece Emdupar a la elegante residencia del doctor Marcelo Calderón, concretamente al elegantísimo salón, con aire acondicionado donde jugamos dominó?


¿En qué se parece Emdupar a la elegante residencia del doctor Marcelo Calderón, concretamente al elegantísimo salón, con aire acondicionado donde jugamos dominó? En que en ambos lugares la honradez no es una virtud sino un defecto que arruina, porque donde Marcelo al honrado lo acaban Fausto Cotes con sus secuaces, incluido Chelo, en Emdupar pasa lo mismo, ambos sitios son unos atracaderos. Me explico: hace unos meses fui visitado por un funcionario de Emdupar oficiosamente, a constatar el porqué, se había subido el consumo de agua y le expliqué que se había roto un tubo y hubo desperdicios, pero que ya se había arreglado, solamente fue un día, y en consecuencia yo iba a cancelar el recibo con el costo que me llegara tal como lo hice con un valor doblado al usual. Fui honrado y no lo engañe mandándole a entrar a la casa para que constatara que no había

“fuga”; no entró pero dejó un acta que no vi y no firmé, ni la firmó nadie en donde decía, no que hubo fuga sino que había fuga, cometiendo el delito de falsedad y me llegó el otro recibo, no con el consumo usual sino con el precio y consumo elevado, duplicado fui a reclamar, ¡qué horror, perdí todo un día pues el número de personas insatisfechas y furibundas es impresionante y ya la que fuera una cómoda sala de espera es un incómodo sitio que necesita más sillas de espera, me mandaron un visitador, vino, vio y se fue y dijo “hay fuga”, enseguida busqué una persona versada en esos arreglos, Lucho Mango le dicen, quien constató todo y me dijo que no había fuga, regresé e informé y la respuesta tajante fue: entiéndase con los abogados. Me salí de casillas, grité y salí en bolas de fuego para la gerencia pero el portero o vigilante que me conoce y me vio alterado me dijo donde tenía que ir y me entendí con el Jefe de la sección que dispuso que él personalmente iba a constatar si había o no fuga y fue con el mismo embustero y geófano en mano me practicó una minuciosa revisión y certificó que todo estaba perfecto, no se escapaba ni una gota y así lo dejó establecido en el acta respectiva el mismo mentiroso, que sin ningún rubor argumentó defensa alguna. Bueno eso se aclaró pensé y a los dos días me llegó una comunicación citándome a “comparecer” como si fuera un delincuente a notificarme de una resolución, fui en forma inmediata y contento, pero la alegría duro poco pues en su parte resolutiva, accedían a hacerme la revisión, que ya me habían hecho, pero me negaban la reliquidación y tenían razón porque en las consideraciones dicen “el Acta de Revisión No. 462015 del 25-01-2019 señala que en la revisión con geófano se encuentran fugas” cuando esa acta dice todo lo contrario, no hay fugas.