Los artistas vallenatos, un voto de derecha en las elecciones presidenciales
Desde siempre, más allá de los saludos pagos en las canciones, los cantantes han tomado partido, casi siempre por candidatos de la derecha.
En época de elecciones es raro el colombiano que no manifiesta públicamente su apoyo a cierto candidato o partido. En las reuniones de familia, las conversaciones de amigos, parques, y hasta en las parrandas se cruza la política.
Incluso, en los mismos conciertos los artistas aprovechan para lanzar coqueteos y manifestar su apoyo a los candidatos de su preferencia. Los cantantes vallenatos no son la excepción.
Desde siempre, más allá de los saludos pagos en las canciones, los cantantes han tomado partido, casi siempre por candidatos de la derecha. El último caso es el de Beto Zabaleta, que además de criticar a Gustavo Petro, lanzó comentarios a favor de Fico Gutiérrez.
En meses pasados, Poncho Zuleta fue protagonista por un saludo a Nicolás Petro en plena tarima. Saludo que completó con un “se volteó la arepa”, en referencia a su anterior apoyo al uribismo. Sin embargo, a los días el artista explicó que se trató de un saludo pago y se le vio en tarima saludando al exprecandidato conservador David Barguil.
Hace 4 años lo hizo Silvestre Dangond, apoyando al actual presidente Iván Duque en las elecciones presidenciales del 2018. Junto a él estuvieron Peter Manjarrés, Iván Villazón y el mismo Poncho Zuleta. Sin duda, siendo figuras seguidas por miles de personas y que influyen en las decisiones, el apoyo de los cantantes vallenatos se ha convertido en una fuerza política emocional en todo el país, especialmente en la región Caribe,
HISTORIA
Un artículo de la Revista Credencial recuerda que el tema ‘La cédula electoral’, de Sebastián Guerra (1903), es el primer registro de un vallenato con sentido político. “Este juglar de Rincón Hondo (Cesar), reconocido como uno de los más importantes de su tiempo, definió como ‘una picardía’ la decisión del presidente conservador Miguel Abadía Méndez de exigir el pago de 20 pesos para tramitar la cédula electoral (el documento de identidad que avalaba a los hombres mayores de 21 años, edad mínima para votar), un costo elevadísimo que impedía a los más pobres acercarse a las urnas”, señala el artículo.