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Sin categoría - 26 junio, 2024

Los aires vallenatos tienen origen directamente en el acordeón 

La puya y el son tienen influencia indígena, pero su configuración es propia del acordeón.

Según algunos historiadores, los marineros europeos llegaron a nuestra región con lo que llamaban “el piano de los pobres”: el acordeón, y con él hacían sus celebraciones tocando música extranjera, sin ningún tipo de acompañamiento, y así pasa a las manos de los músicos nuestros. Por mucho tiempo el acordeón anduvo solo sin sistemas de acompañamiento, es obvio que se convirtió en un laboratorio experimental de aprendizaje y adaptación para músicas extranjeras y vernáculas. Siendo esto el origen de las fusiones musicales en nuestro medio, el acordeón asimila y adapta lo que hay en el ambiente musical y lo devuelve con toda su influencia de transformación, revestido de sonoridad en acoplamiento de armonía, melodía y ritmo, sentimiento, pensamientos y acción. Este laboratorio arrojó resultados que seguramente fueron descartados y otros insumos que se quedaron en el gusto popular y la destreza del acordeonista.

Lee también: La continuidad de Omar Geles: Daniel lanzó ‘Así lo quiere Dios’, en colaboración con su padre

Volviendo a los cuatro aires, la puya y el son tienen influencia indígena, pero su configuración es propia del acordeón, el merengue tiene partes percutivas, que son toques del africano, pero la melodía y la armonía son hijas del acordeón, igual que su nombre. El paseo por ser el que mejor se adapta, la guitarra nos remite a España, pero ese paseo de Chico Bolaños, ‘Catalina Daza’, su belleza solo pudo ser elaborada en el acordeón. 

Podemos inferir que los cuatro aires son el producto final de un proceso evolutivo que fue arrojando la configuración de cada uno de ellos, cuando ya el acordeón era el ilustre visitante en distintos pueblos del Magdalena Grande.   

Ya para 1893, Henry Chandelier, explorador francés, cita en su libro titulado ‘Riohacha y los indios guajiros’ una parranda en la plaza de Riohacha con caja, guacharaca y acordeón, interpretando aires. Es la única descripción exacta que existe de estos tres instrumentos unidos en el siglo antepasado y es lo que mayor crédito tiene, dado a la importancia que nos da el puerto de Riohacha para el ingreso de toda clase de producto al valle del Cacique Upar, incluido el acordeón; hay otras reseñas que citan el acordeón y otros instrumentos, pero no especifican.

Hoy los 4 aires son paradigmas protegidos por la UNESCO. No es cierto que el vallenato se sigue configurando en el mismo proceso de evolución, solo en la parte interpretativa y en la orquestación. Lo actual necesita estudios distintos.

Configurada la trifonía y los cuatro aires se origina el gozo de ellos en la parrandas, que fue la base y consolidación de los cuatro aires y de grandes juglares que aportaron obras musicales que aún hoy perduran en el gusto popular. 

Según Lorenzo Morales hubo un tiempo en que no llegaba acordeón a esta región, se escasearon. A veces un músico se daba el lujo de no prestarle su acordeón a otro músico para que este tocara. Esta escasez de acordeón se debió a la Segunda Guerra Mundial que afectó la economía de Europa. Cuando se reactivó el ingreso del acordeón se abrieron las compañías discográficas lo cual ayudó de sobremanera a la música vallenata; para este tiempo ya el acordeón era de todas partes, en 1968 cuando se funda el Festival de la Leyenda Vallenata y se da el ‘boom’ de nuestra música. Todo se vino derramando de La Guajira hacia el sur del país.

Primero, la tarima en la plaza Alfonso López, la cual se hizo para la celebración del festival, se llama Francisco El Hombre. La leyenda de Francisco El Hombre es guajira, que después de hacerse famosa y hoy ilustre aparecieron los que dicen: “Quítate tú, para ponerme yo” y los escritores que desacreditaban a Francisco El Hombre y les atribuían descaradamente la leyenda a otros, pero claro eso fue después que la leyenda de Francisco El Hombre, se consolidara en el mundo vallenato.

No dejes de leer: Cinemateca Vallenata fue acreditada por la UNESCO como asesora de  patrimonio cultural 

Segundo, el que inventa el sistema de los bajos es Chico Bolaños. Los primeros cantos que se hicieron famosos dedicados a una mujer son: ‘Chencha’ (autor Francisco Moscote Guerra, Francisco El Hombre, siglo antepasado); ‘Catalina Daza, es el primer canto romántico y de conquista a una mujer (autor:  Francisco Irenio Marzal, Chico Bolaño,1920); la primera puya famosa se llamó ‘La puerca mona’ (autor: Francisco El Hombre, siglo antepasado).

Quien estructura la interpretación de una canción es Luis Enrique Martínez. Él le hace a una canción introducción y preparación para el canto de la primera estrofa, terminada la primera estrofa hace el intermedio musical y la preparación para retomar el canto de la segunda estrofa. Termina la segunda estrofa y hace arreglo final para terminar la canción.

El primero en hacer los conciertos vallenatos fue Colacho Mendoza, los cuales son potencializados por Emiliano Zuleta Díaz, Israel Romero y Juancho Rois.

No se puede negar el aporte de otras figuras fuera de La Guajira, pero la base fue puesta allá.

Por Rosendo Romero Ospino.

Sin categoría
26 junio, 2024

Los aires vallenatos tienen origen directamente en el acordeón 

La puya y el son tienen influencia indígena, pero su configuración es propia del acordeón.


Según algunos historiadores, los marineros europeos llegaron a nuestra región con lo que llamaban “el piano de los pobres”: el acordeón, y con él hacían sus celebraciones tocando música extranjera, sin ningún tipo de acompañamiento, y así pasa a las manos de los músicos nuestros. Por mucho tiempo el acordeón anduvo solo sin sistemas de acompañamiento, es obvio que se convirtió en un laboratorio experimental de aprendizaje y adaptación para músicas extranjeras y vernáculas. Siendo esto el origen de las fusiones musicales en nuestro medio, el acordeón asimila y adapta lo que hay en el ambiente musical y lo devuelve con toda su influencia de transformación, revestido de sonoridad en acoplamiento de armonía, melodía y ritmo, sentimiento, pensamientos y acción. Este laboratorio arrojó resultados que seguramente fueron descartados y otros insumos que se quedaron en el gusto popular y la destreza del acordeonista.

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Volviendo a los cuatro aires, la puya y el son tienen influencia indígena, pero su configuración es propia del acordeón, el merengue tiene partes percutivas, que son toques del africano, pero la melodía y la armonía son hijas del acordeón, igual que su nombre. El paseo por ser el que mejor se adapta, la guitarra nos remite a España, pero ese paseo de Chico Bolaños, ‘Catalina Daza’, su belleza solo pudo ser elaborada en el acordeón. 

Podemos inferir que los cuatro aires son el producto final de un proceso evolutivo que fue arrojando la configuración de cada uno de ellos, cuando ya el acordeón era el ilustre visitante en distintos pueblos del Magdalena Grande.   

Ya para 1893, Henry Chandelier, explorador francés, cita en su libro titulado ‘Riohacha y los indios guajiros’ una parranda en la plaza de Riohacha con caja, guacharaca y acordeón, interpretando aires. Es la única descripción exacta que existe de estos tres instrumentos unidos en el siglo antepasado y es lo que mayor crédito tiene, dado a la importancia que nos da el puerto de Riohacha para el ingreso de toda clase de producto al valle del Cacique Upar, incluido el acordeón; hay otras reseñas que citan el acordeón y otros instrumentos, pero no especifican.

Hoy los 4 aires son paradigmas protegidos por la UNESCO. No es cierto que el vallenato se sigue configurando en el mismo proceso de evolución, solo en la parte interpretativa y en la orquestación. Lo actual necesita estudios distintos.

Configurada la trifonía y los cuatro aires se origina el gozo de ellos en la parrandas, que fue la base y consolidación de los cuatro aires y de grandes juglares que aportaron obras musicales que aún hoy perduran en el gusto popular. 

Según Lorenzo Morales hubo un tiempo en que no llegaba acordeón a esta región, se escasearon. A veces un músico se daba el lujo de no prestarle su acordeón a otro músico para que este tocara. Esta escasez de acordeón se debió a la Segunda Guerra Mundial que afectó la economía de Europa. Cuando se reactivó el ingreso del acordeón se abrieron las compañías discográficas lo cual ayudó de sobremanera a la música vallenata; para este tiempo ya el acordeón era de todas partes, en 1968 cuando se funda el Festival de la Leyenda Vallenata y se da el ‘boom’ de nuestra música. Todo se vino derramando de La Guajira hacia el sur del país.

Primero, la tarima en la plaza Alfonso López, la cual se hizo para la celebración del festival, se llama Francisco El Hombre. La leyenda de Francisco El Hombre es guajira, que después de hacerse famosa y hoy ilustre aparecieron los que dicen: “Quítate tú, para ponerme yo” y los escritores que desacreditaban a Francisco El Hombre y les atribuían descaradamente la leyenda a otros, pero claro eso fue después que la leyenda de Francisco El Hombre, se consolidara en el mundo vallenato.

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Segundo, el que inventa el sistema de los bajos es Chico Bolaños. Los primeros cantos que se hicieron famosos dedicados a una mujer son: ‘Chencha’ (autor Francisco Moscote Guerra, Francisco El Hombre, siglo antepasado); ‘Catalina Daza, es el primer canto romántico y de conquista a una mujer (autor:  Francisco Irenio Marzal, Chico Bolaño,1920); la primera puya famosa se llamó ‘La puerca mona’ (autor: Francisco El Hombre, siglo antepasado).

Quien estructura la interpretación de una canción es Luis Enrique Martínez. Él le hace a una canción introducción y preparación para el canto de la primera estrofa, terminada la primera estrofa hace el intermedio musical y la preparación para retomar el canto de la segunda estrofa. Termina la segunda estrofa y hace arreglo final para terminar la canción.

El primero en hacer los conciertos vallenatos fue Colacho Mendoza, los cuales son potencializados por Emiliano Zuleta Díaz, Israel Romero y Juancho Rois.

No se puede negar el aporte de otras figuras fuera de La Guajira, pero la base fue puesta allá.

Por Rosendo Romero Ospino.