Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 22 julio, 2019

Los 4 bobos fantásticos

El exsenador Ñoño Elías, quien estrenó hace un tiempo la Ñoñomanía, dijo esta semana en una declaración que por Odebrecht solo habían caído los más bobos, y es cierto, su nueva película podría titularse: Los 4 bobos fantásticos, un film para ser visto en cualquier sala de cine del país, con la actuación estelar de […]

Boton Wpp

El exsenador Ñoño Elías, quien estrenó hace un tiempo la Ñoñomanía, dijo esta semana en una declaración que por Odebrecht solo habían caído los más bobos, y es cierto, su nueva película podría titularse: Los 4 bobos fantásticos, un film para ser visto en cualquier sala de cine del país, con la actuación estelar de Roberto Prieto, un rolo chirriadisimo, de finas maneras, pero lenguaje vulgar y mano derecha del Presidente Santos, los hará reír mucho su actuación; José Elías Melo, un empresario del más alto rango que terminó condenado representando al Grupo Aval y que se mostró muy fiel a sus jefes, este los hará llorar; Otto Bula, gordito y comelón, también los hará reír, fue el enlace de la corrupción y, en representación del Congreso, el senador más votado, inspirado en la serie mexicana el Chavo, Ñoño Elías.

Estos 4 bobos fantásticos se mueven en una trama de denuncias, falsas acusaciones y carcelazos que recuerda el Bazar de los Idiotas, les ha tocado cargar el peso de un escándalo que ha sacudido a las naciones de Latinoamérica y tiene a varios presidentes tras las rejas, mientras en Colombia, para los verdaderos cerebros y beneficiados no ha habido justicia: El fiscal Néstor Humberto Martínez, acorralado por las evidencias, renunció a su cargo y se fue a Hollywood; a Luis Carlos Sarmiento Angulo, el mismo que hizo el film, los túneles del llano y el hombre más rico de Colombia, nada le pasa, pese a que Odebrecht envió un comunicado en el que afirma que toda la producción se hizo con el consentimiento de esa organización a través de Corficolombiana, filial del Grupo Aval; ni hablar del Presidente Juan Manuel Santos quien, con la excusa de la paz, se ha hecho el “No Heterosexual” para no aparecer en el reparto de la película, él la quiere fuera de la cartelera y que este episodio lo borre el tiempo, esgrimiendo el mismo argumento de Ernesto Samper en su corto, 8000, “todo fue a sus espaladas”.

Del gobierno Santos muchos que merecían protagónicos quedaron fuera de escena; su secretario privado Riveira, las ministras Gina y Cecy.

Antes fue Otto Bula el que dijo: luces, cámara acción, ahora es un tal Andrés Sanmiguel, quien debutó en un escenario espectacular, recibiendo $3,800 millones en efectivo de una entidad bancaria, con escoltas y carros blindados. A propósito ¿Qué papel jugaron en la película los bancos en toda esta repartición de dinero para la segunda vuelta? El dinero que recogió Sanmiguel fue para entregárselo al Partido Liberal, exactamente a Simón Gaviria, quien no podía quedarse por fuera de la alfombra roja. Pero más allá de lo que sigue saliendo a la luz y que huele muy feo, insisto en el papel del Presidente Santos que, como director, no ha dado las suficientes declaraciones y tampoco ha sido llevado a la justicia.

Acaban de capturar en EE. UU., a Alejandro Toledo, expresidente del Perú, para extraditarlo, mientras en Colombia, se dilata un proceso que ha dejado en evidencia como ha penetrado la corrupción todas las esferas del Estado y sigue carcomiéndose al país, sin que pase nada. Este escándalo da vergüenza y muestra, una vez más, como todo el aparato público de un país está sujeto a las coimas y al tapen-tapen. Hace un poco más de 200 años se estrenaba liberados del yugo español, hoy, esclavos de la corrupción.

Columnista
22 julio, 2019

Los 4 bobos fantásticos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

El exsenador Ñoño Elías, quien estrenó hace un tiempo la Ñoñomanía, dijo esta semana en una declaración que por Odebrecht solo habían caído los más bobos, y es cierto, su nueva película podría titularse: Los 4 bobos fantásticos, un film para ser visto en cualquier sala de cine del país, con la actuación estelar de […]


El exsenador Ñoño Elías, quien estrenó hace un tiempo la Ñoñomanía, dijo esta semana en una declaración que por Odebrecht solo habían caído los más bobos, y es cierto, su nueva película podría titularse: Los 4 bobos fantásticos, un film para ser visto en cualquier sala de cine del país, con la actuación estelar de Roberto Prieto, un rolo chirriadisimo, de finas maneras, pero lenguaje vulgar y mano derecha del Presidente Santos, los hará reír mucho su actuación; José Elías Melo, un empresario del más alto rango que terminó condenado representando al Grupo Aval y que se mostró muy fiel a sus jefes, este los hará llorar; Otto Bula, gordito y comelón, también los hará reír, fue el enlace de la corrupción y, en representación del Congreso, el senador más votado, inspirado en la serie mexicana el Chavo, Ñoño Elías.

Estos 4 bobos fantásticos se mueven en una trama de denuncias, falsas acusaciones y carcelazos que recuerda el Bazar de los Idiotas, les ha tocado cargar el peso de un escándalo que ha sacudido a las naciones de Latinoamérica y tiene a varios presidentes tras las rejas, mientras en Colombia, para los verdaderos cerebros y beneficiados no ha habido justicia: El fiscal Néstor Humberto Martínez, acorralado por las evidencias, renunció a su cargo y se fue a Hollywood; a Luis Carlos Sarmiento Angulo, el mismo que hizo el film, los túneles del llano y el hombre más rico de Colombia, nada le pasa, pese a que Odebrecht envió un comunicado en el que afirma que toda la producción se hizo con el consentimiento de esa organización a través de Corficolombiana, filial del Grupo Aval; ni hablar del Presidente Juan Manuel Santos quien, con la excusa de la paz, se ha hecho el “No Heterosexual” para no aparecer en el reparto de la película, él la quiere fuera de la cartelera y que este episodio lo borre el tiempo, esgrimiendo el mismo argumento de Ernesto Samper en su corto, 8000, “todo fue a sus espaladas”.

Del gobierno Santos muchos que merecían protagónicos quedaron fuera de escena; su secretario privado Riveira, las ministras Gina y Cecy.

Antes fue Otto Bula el que dijo: luces, cámara acción, ahora es un tal Andrés Sanmiguel, quien debutó en un escenario espectacular, recibiendo $3,800 millones en efectivo de una entidad bancaria, con escoltas y carros blindados. A propósito ¿Qué papel jugaron en la película los bancos en toda esta repartición de dinero para la segunda vuelta? El dinero que recogió Sanmiguel fue para entregárselo al Partido Liberal, exactamente a Simón Gaviria, quien no podía quedarse por fuera de la alfombra roja. Pero más allá de lo que sigue saliendo a la luz y que huele muy feo, insisto en el papel del Presidente Santos que, como director, no ha dado las suficientes declaraciones y tampoco ha sido llevado a la justicia.

Acaban de capturar en EE. UU., a Alejandro Toledo, expresidente del Perú, para extraditarlo, mientras en Colombia, se dilata un proceso que ha dejado en evidencia como ha penetrado la corrupción todas las esferas del Estado y sigue carcomiéndose al país, sin que pase nada. Este escándalo da vergüenza y muestra, una vez más, como todo el aparato público de un país está sujeto a las coimas y al tapen-tapen. Hace un poco más de 200 años se estrenaba liberados del yugo español, hoy, esclavos de la corrupción.