Por Oscar Ariza

Quiero expresar el regocijo que siento ante la publicación de la nueva novela de Mary Daza Orozco, que aunque aún no la leo, confío en la calidad estética que siempre ha planteado; eso ha hecho que la quiera tanto o igual que a su escritura. No obstante, mis afectos por Mary y su obra sobrepasan cualquier emoción, para centrarse en el diálogo sincero con su proyecto que no aspira a otra cosa que al goce de recibir una buena historia como todas las que cuenta.

Mary Daza Orozco se constituye en una de las primeras mujeres Colombianas de la década de los ochenta, junto con Olga Behar y Ana María Jaramillo en  comenzar a proponer la escritura de la violencia como una forma de subvertir el discurso histórico oficial. Mary Daza Orozco fortalece la estructuración de una literatura testimonial en donde su conocimiento y participación como una víctima de violencia le permite narrar la historia en una forma más concreta y clara. 

Mary Daza es la primera mujer novelista del Cesar en incursionar en el campo de la literatura nacional, lo que le proporciona el suficiente capital simbólico para ubicarse en una posición de privilegio en el Cesar y la Guajira desde 1991, con Los muertos no se cuentan así,  su primera novela que narra los procesos de violencia surgido en la región de Urabá y la confrontación armada entre fuerzas oscuras que terminaron por asesinar a los miembros de las desaparecida guerrilla del M19.

Cada texto de Mary Daza Orozco da pistas para empezar a entender cómo a partir de su propuesta estética basada en la búsqueda de una escritura suelta y dinámica que parte de la técnica periodística hacia la condensación de géneros antiguos como la tragedia y la épica han servido de punto de partida para la consolidación de otras propuesta novelísticas, tal vez porque ella es la única mujer  novelista del Cesar, cuya propuesta estética a lo largo de toda su obra se vincula con la necesidad de establecer una crítica a los sistemas de poder que han imperado en Colombia y en la región a partir del fenómeno de la violencia, lo que le ha permitido empezar a volverse visible como parte de literatura regional en el contexto nacional colombiano.

Hablar de la novelística de Mary Daza Orozco es registrar el despertar de un estilo propio que ha ayudado a la configuración de una literatura regional, en la medida que ha servido de paradigma para el desarrollo de otras propuestas novelísticas que quiérase o no reconocer, entran en diálogo con su propuesta. Así las cosas, su nueva novela Lo que tú quieras, suena desafiante en su intención de volverse voz pública, como producto de la exteriorización de una interioridad que complejamente hace su recorrido estético para desbordar en el goce intelectual. Estaremos atentos a su lectura. Éxitos querida Mary.