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Columnista - 18 noviembre, 2020

Lo que poco se conoce sobre el comercio ilegal de especies silvestres

Colombia se encuentra entre los países más biodiversos del mundo. La flora y la fauna constituyen una riqueza natural que en distintas ocasiones se han explotado de manera irregular, afectando de manera directa la protección del ecosistema. El departamento del Cesar caracterizado por su extensa biodiversidad, ha logrado fortalecer un sector del turismo que ingresa […]

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Colombia se encuentra entre los países más biodiversos del mundo. La flora y la fauna constituyen una riqueza natural que en distintas ocasiones se han explotado de manera irregular, afectando de manera directa la protección del ecosistema.

El departamento del Cesar caracterizado por su extensa biodiversidad, ha logrado fortalecer un sector del turismo que ingresa a Valledupar con el fin de investigar sobre las distintas especies de aves y apreciar la riqueza de la fauna silvestre y de los paisajes que nos rodean.

Según datos proporcionados por investigadores ambientales, en el Cesar contamos con más de 250 especies de aves, y una gran variedad de mamíferos y reptiles que habitan los sectores rurales del municipio de Valledupar y en la extensión del departamento, principalmente en las zonas corregimentales.

Identificando las amenazas que atentan contra la fauna y el equilibro del ecosistema, además del cambio climático y la escasez de alimentos, he podido ratificar que la caza y el tráfico ilegal de animales como delito recurrente, asciende bajo el silencio, movilizando cantidades de recursos económicos; dándole paso a la rápida desaparición de especies silvestres que hacen parte del hábitat terrestre y enfrentan un alto riesgo de extinción en la naturaleza.

Lo que usted no sabe, es que, durante el proceso de extracción de la fauna silvestre, en los bosques se mantienen atrapadas miles de especies que luego son transportadas hacia otros lugares del país y posteriormente son exportadas a Brasil, Ecuador, Perú y de allí pasan a los Estados Unidos y Europa. Los datos que suministran las organizaciones protectoras de animales, afirman que nueve de cada 10 animales nativos mueren durante el recorrido hacia su destino final.

Para el caso de los tigrillos y las guacamayas los precios de venta por animal extraído del bosque oscilan entre $50.000 y $70.000, lo mismo para otras aves exóticas, monos, osos, iguanas y especies nativas de la región. Cuando los animales llegan a los mercados internacionales el precio de venta es extremadamente elevado, dejando un margen de ganancia que incentiva a los mercaderes a mantener la ilegalidad en el comercio de fauna silvestre. Una guacamaya es vendida en Europa en promedio de $1.8 millones y por un tigrillo pueden pagar más de $20 millones.

Las estadísticas muestran que durante el primer  semestre del presente año se logró incautar más de 10.000 animales en todo el territorio nacional, cifra que  representa el 10 % del comercio ilegal; el resto logra salir del país.

El departamento del Cesar constituye una valiosa riqueza natural que requiere protección. Como ciudadano quiero hacer un llamado a la Policía Ambiental y Ecológica para que redoble esfuerzos en la protección y preservación de especies animales, manteniendo vigilante las zonas rurales de cada municipio; lo mismo para la Policía de Carreteras, para que mantenga un estricto control por las vías y detener el tráfico ilegal.

En estos momentos se hace necesario contar con la unidad de Fiscalía Ambiental de manera permanente en el departamento para que ponga freno a esta actividad ilícita que está acabado con nuestra biodiversidad. Proteger nuestros recursos naturales es una prioridad.

Columnista
18 noviembre, 2020

Lo que poco se conoce sobre el comercio ilegal de especies silvestres

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andres Cotes Maya

Colombia se encuentra entre los países más biodiversos del mundo. La flora y la fauna constituyen una riqueza natural que en distintas ocasiones se han explotado de manera irregular, afectando de manera directa la protección del ecosistema. El departamento del Cesar caracterizado por su extensa biodiversidad, ha logrado fortalecer un sector del turismo que ingresa […]


Colombia se encuentra entre los países más biodiversos del mundo. La flora y la fauna constituyen una riqueza natural que en distintas ocasiones se han explotado de manera irregular, afectando de manera directa la protección del ecosistema.

El departamento del Cesar caracterizado por su extensa biodiversidad, ha logrado fortalecer un sector del turismo que ingresa a Valledupar con el fin de investigar sobre las distintas especies de aves y apreciar la riqueza de la fauna silvestre y de los paisajes que nos rodean.

Según datos proporcionados por investigadores ambientales, en el Cesar contamos con más de 250 especies de aves, y una gran variedad de mamíferos y reptiles que habitan los sectores rurales del municipio de Valledupar y en la extensión del departamento, principalmente en las zonas corregimentales.

Identificando las amenazas que atentan contra la fauna y el equilibro del ecosistema, además del cambio climático y la escasez de alimentos, he podido ratificar que la caza y el tráfico ilegal de animales como delito recurrente, asciende bajo el silencio, movilizando cantidades de recursos económicos; dándole paso a la rápida desaparición de especies silvestres que hacen parte del hábitat terrestre y enfrentan un alto riesgo de extinción en la naturaleza.

Lo que usted no sabe, es que, durante el proceso de extracción de la fauna silvestre, en los bosques se mantienen atrapadas miles de especies que luego son transportadas hacia otros lugares del país y posteriormente son exportadas a Brasil, Ecuador, Perú y de allí pasan a los Estados Unidos y Europa. Los datos que suministran las organizaciones protectoras de animales, afirman que nueve de cada 10 animales nativos mueren durante el recorrido hacia su destino final.

Para el caso de los tigrillos y las guacamayas los precios de venta por animal extraído del bosque oscilan entre $50.000 y $70.000, lo mismo para otras aves exóticas, monos, osos, iguanas y especies nativas de la región. Cuando los animales llegan a los mercados internacionales el precio de venta es extremadamente elevado, dejando un margen de ganancia que incentiva a los mercaderes a mantener la ilegalidad en el comercio de fauna silvestre. Una guacamaya es vendida en Europa en promedio de $1.8 millones y por un tigrillo pueden pagar más de $20 millones.

Las estadísticas muestran que durante el primer  semestre del presente año se logró incautar más de 10.000 animales en todo el territorio nacional, cifra que  representa el 10 % del comercio ilegal; el resto logra salir del país.

El departamento del Cesar constituye una valiosa riqueza natural que requiere protección. Como ciudadano quiero hacer un llamado a la Policía Ambiental y Ecológica para que redoble esfuerzos en la protección y preservación de especies animales, manteniendo vigilante las zonas rurales de cada municipio; lo mismo para la Policía de Carreteras, para que mantenga un estricto control por las vías y detener el tráfico ilegal.

En estos momentos se hace necesario contar con la unidad de Fiscalía Ambiental de manera permanente en el departamento para que ponga freno a esta actividad ilícita que está acabado con nuestra biodiversidad. Proteger nuestros recursos naturales es una prioridad.