El alguna oportunidad titulamos un artículo ‘Emdupar, una vaca lechera’, lo anterior para establecer un símil con aquel canto que dice: “No es una vaca cualquiera, es una vaca lechera, tolón, tolón”; pero también comparándola con las excepcionales vacas lecheras que exponen nuestros grandes y exitosos criadores ganaderos (Holstein y otras razas lecheras) en las […]
El alguna oportunidad titulamos un artículo ‘Emdupar, una vaca lechera’, lo anterior para establecer un símil con aquel canto que dice: “No es una vaca cualquiera, es una vaca lechera, tolón, tolón”; pero también comparándola con las excepcionales vacas lecheras que exponen nuestros grandes y exitosos criadores ganaderos (Holstein y otras razas lecheras) en las afamadas ferias ganaderas realizadas aquí en Valledupar.
Después de esta pequeña introducción entramos en materia diciendo que a todos en Valledupar, de manera responsable, nos corresponde defender esta empresa que nos pertenece, con el firme propósito de que no la sigan “sobreordeñando” con intereses perversos.
Está bien que sea una vaca lechera, pero aquí viene el pero, y es que de su leche no se apropien o sobrealimenten los oscuros apetitos de las personas que la administran, dirigen y operan, sino que sean en favor del progreso propio de la empresa y, obviamente, de los intereses de los residentes en el municipio de Valledupar, es decir, que apunten a la buena prestación de un servicio eficiente y sostenible (permanente o continuo), en otras, palabras, que puede amamantarnos a todos permanentemente en el buen sentido de la expresión.
Este susodicho planteamiento es para aplicarlo a la administración de esta empresa, si no queremos que este patrimonio, que otrora era orgullo de los vallenatos, entre en proceso de intervención por incapacidad nuestra, o pensar en la figura de la privatización, abonando que sería el resultado de falta de actitudes correctas con P y con C.
De esta productora vaca lechera, que ha sido muy exprimida, podemos decir que produce terneros raquíticos en estos momentos, como raquíticos son las malas administradas finanzas de este ente que necesita de unas vacunas y de alimentación con honradez para su economía, finanzas y operatividad.
No podemos pasar por alto que Emdupar viene arrastrando múltiples problemas. Muchos de los abogados contratistas e internos que han estado vinculados a la empresa bajo la modalidad de servicios profesionales y contratos de trabajo a término fijo, cuando son desvinculados por terminación de contratos impetran acciones jurídicas ante juzgados laborales de Valledupar, que por lo regular salen a favor del demandante.
No creemos equivocarnos que en estos momentos cursan muchas demandas y existen algunos abogados que se pelean estos negocios de extrabajadores de Emdupar, teniendo en cuenta que son pan comido.
También se encuentran extrabajadores o exfuncionarios que han servido y sirven de testigos en procesos laborales y de nulidad y restablecimiento de derecho que inclusive al día de hoy pretenden vincularse nuevamente a la empresa.
Emdupar en los últimos 25 años ha tenido que pagar ingentes sumas de dinero por concepto de demandas que han contribuido a desangrarla hasta llegar al estado anémico de su economía y finanzas.
También es catalogada como una caja menor, por no hablar de su deficiente sistema de cobro de servicios y la pérdida de agua tratada enviada y no facturada.
En conclusión, por las modalidades de contratación, servicios y demás sistemas operativos han ordeñado o exprimido a la mayor vaca lechera de Valledupar.
El alguna oportunidad titulamos un artículo ‘Emdupar, una vaca lechera’, lo anterior para establecer un símil con aquel canto que dice: “No es una vaca cualquiera, es una vaca lechera, tolón, tolón”; pero también comparándola con las excepcionales vacas lecheras que exponen nuestros grandes y exitosos criadores ganaderos (Holstein y otras razas lecheras) en las […]
El alguna oportunidad titulamos un artículo ‘Emdupar, una vaca lechera’, lo anterior para establecer un símil con aquel canto que dice: “No es una vaca cualquiera, es una vaca lechera, tolón, tolón”; pero también comparándola con las excepcionales vacas lecheras que exponen nuestros grandes y exitosos criadores ganaderos (Holstein y otras razas lecheras) en las afamadas ferias ganaderas realizadas aquí en Valledupar.
Después de esta pequeña introducción entramos en materia diciendo que a todos en Valledupar, de manera responsable, nos corresponde defender esta empresa que nos pertenece, con el firme propósito de que no la sigan “sobreordeñando” con intereses perversos.
Está bien que sea una vaca lechera, pero aquí viene el pero, y es que de su leche no se apropien o sobrealimenten los oscuros apetitos de las personas que la administran, dirigen y operan, sino que sean en favor del progreso propio de la empresa y, obviamente, de los intereses de los residentes en el municipio de Valledupar, es decir, que apunten a la buena prestación de un servicio eficiente y sostenible (permanente o continuo), en otras, palabras, que puede amamantarnos a todos permanentemente en el buen sentido de la expresión.
Este susodicho planteamiento es para aplicarlo a la administración de esta empresa, si no queremos que este patrimonio, que otrora era orgullo de los vallenatos, entre en proceso de intervención por incapacidad nuestra, o pensar en la figura de la privatización, abonando que sería el resultado de falta de actitudes correctas con P y con C.
De esta productora vaca lechera, que ha sido muy exprimida, podemos decir que produce terneros raquíticos en estos momentos, como raquíticos son las malas administradas finanzas de este ente que necesita de unas vacunas y de alimentación con honradez para su economía, finanzas y operatividad.
No podemos pasar por alto que Emdupar viene arrastrando múltiples problemas. Muchos de los abogados contratistas e internos que han estado vinculados a la empresa bajo la modalidad de servicios profesionales y contratos de trabajo a término fijo, cuando son desvinculados por terminación de contratos impetran acciones jurídicas ante juzgados laborales de Valledupar, que por lo regular salen a favor del demandante.
No creemos equivocarnos que en estos momentos cursan muchas demandas y existen algunos abogados que se pelean estos negocios de extrabajadores de Emdupar, teniendo en cuenta que son pan comido.
También se encuentran extrabajadores o exfuncionarios que han servido y sirven de testigos en procesos laborales y de nulidad y restablecimiento de derecho que inclusive al día de hoy pretenden vincularse nuevamente a la empresa.
Emdupar en los últimos 25 años ha tenido que pagar ingentes sumas de dinero por concepto de demandas que han contribuido a desangrarla hasta llegar al estado anémico de su economía y finanzas.
También es catalogada como una caja menor, por no hablar de su deficiente sistema de cobro de servicios y la pérdida de agua tratada enviada y no facturada.
En conclusión, por las modalidades de contratación, servicios y demás sistemas operativos han ordeñado o exprimido a la mayor vaca lechera de Valledupar.