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Columnista - 5 marzo, 2014

Llegó el día

“No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza, ni deuda que no se pague”. Así es, estamos a pocos días de decidir en un cubículo electoral la composición de nuestra representación política en el Congreso de la República, ojalá apartándonos de ese frívolo beneficio personal de momento, que inexorablemente condena a […]

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“No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza, ni deuda que no se pague”. Así es, estamos a pocos días de decidir en un cubículo electoral la composición de nuestra representación política en el Congreso de la República, ojalá apartándonos de ese frívolo beneficio personal de momento, que inexorablemente condena a otros cuatro años de olvido.

Amigo cesarense, “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” decía Albert Einstein; de la eficacia de tu voto depende si nos conformamos con las frustraciones políticas de siempre, eligiendo a los mismos o si por el contrario escogemos a los hombres y mujeres que han demostrado sensibilidad social y compromiso con las causas populares, lo cual se reflejará muy seguramente en bienestar general.

No es difícil escoger bien, primero examinemos a quienes quieren ser reelegidos, solo averigüemos si votaron positivo la aprobación del nuevo Sistema General de Regalías, modificando la distribución territorial de las compensaciones económicas que recibimos los productores, a cambio del impacto negativo de la explotación mineral.

Desde su expedición canjeamos los socavones, las enfermedades pulmonares, los conflictos sociales, el embarazo y prostitución en adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual, la desertización de nuestras tierras y las secuelas de los accidentes laborales, por el clientelismo perverso disfrazando de mermelada, presentando como gran inversión regional a los proyectos direccionados caprichosamente desde Bogotá, cuando realmente son solo un pequeño porcentaje del dinero que se llevaron. Los que votaron positivo no merecen repetir.

Luego preguntémosle a todos, ¿de donde sale el recurso que a manos llenas se están gastando?, así sabremos la verdadera intención de los comerciantes vestidos de políticos, quienes desprecian la participación ciudadana como la capacidad de distribuir y ejecutar el poder para promover el bien común. La experiencia ha demostrado que “el que paga para llegar, llega a pagar”, ahí se cambia el juicioso estudio legislativo al que están obligados los congresistas, por indecentes gestiones de comisionistas, mercaderes y traquetos, que no traen a las regiones nada diferente al olvido y la inequidad generadora de violencia.Solo les interesa acumular riqueza.

El voto en blanco tampoco es la alternativa política, “es regalar el voto para que se lo repartan entre todos los partidos clientelares”. Es la legalización de la mentirosa democracia que elije por dinero o presiones administrativas. En las elecciones congresionales necesitamos decidir con nombres propios.

Joven elector y padre de familia, apoyando la corrupta sectorización burocrática y económica de hoy, estás condenando a tus hijos a ser eternos subalternos y a tener que bajar la cabeza ante el poder conseguido con elementos diferentes al talento, el conocimiento y la preparación académica; esa que tanto esfuerzo te ha costado para tus hijos, precisamente porque aquellos que solo tienen el dinero para doblegar la inteligencia, se encargan de dificultar la formación intelectual del pueblo y así poderlo arrodillar en sus necesidades.

Llegó el momento de votar por los que son. ¡Adelante que si se puede!

Columnista
5 marzo, 2014

Llegó el día

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio María Araujo

“No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza, ni deuda que no se pague”. Así es, estamos a pocos días de decidir en un cubículo electoral la composición de nuestra representación política en el Congreso de la República, ojalá apartándonos de ese frívolo beneficio personal de momento, que inexorablemente condena a […]


“No hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza, ni deuda que no se pague”. Así es, estamos a pocos días de decidir en un cubículo electoral la composición de nuestra representación política en el Congreso de la República, ojalá apartándonos de ese frívolo beneficio personal de momento, que inexorablemente condena a otros cuatro años de olvido.

Amigo cesarense, “si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo” decía Albert Einstein; de la eficacia de tu voto depende si nos conformamos con las frustraciones políticas de siempre, eligiendo a los mismos o si por el contrario escogemos a los hombres y mujeres que han demostrado sensibilidad social y compromiso con las causas populares, lo cual se reflejará muy seguramente en bienestar general.

No es difícil escoger bien, primero examinemos a quienes quieren ser reelegidos, solo averigüemos si votaron positivo la aprobación del nuevo Sistema General de Regalías, modificando la distribución territorial de las compensaciones económicas que recibimos los productores, a cambio del impacto negativo de la explotación mineral.

Desde su expedición canjeamos los socavones, las enfermedades pulmonares, los conflictos sociales, el embarazo y prostitución en adolescentes, las enfermedades de transmisión sexual, la desertización de nuestras tierras y las secuelas de los accidentes laborales, por el clientelismo perverso disfrazando de mermelada, presentando como gran inversión regional a los proyectos direccionados caprichosamente desde Bogotá, cuando realmente son solo un pequeño porcentaje del dinero que se llevaron. Los que votaron positivo no merecen repetir.

Luego preguntémosle a todos, ¿de donde sale el recurso que a manos llenas se están gastando?, así sabremos la verdadera intención de los comerciantes vestidos de políticos, quienes desprecian la participación ciudadana como la capacidad de distribuir y ejecutar el poder para promover el bien común. La experiencia ha demostrado que “el que paga para llegar, llega a pagar”, ahí se cambia el juicioso estudio legislativo al que están obligados los congresistas, por indecentes gestiones de comisionistas, mercaderes y traquetos, que no traen a las regiones nada diferente al olvido y la inequidad generadora de violencia.Solo les interesa acumular riqueza.

El voto en blanco tampoco es la alternativa política, “es regalar el voto para que se lo repartan entre todos los partidos clientelares”. Es la legalización de la mentirosa democracia que elije por dinero o presiones administrativas. En las elecciones congresionales necesitamos decidir con nombres propios.

Joven elector y padre de familia, apoyando la corrupta sectorización burocrática y económica de hoy, estás condenando a tus hijos a ser eternos subalternos y a tener que bajar la cabeza ante el poder conseguido con elementos diferentes al talento, el conocimiento y la preparación académica; esa que tanto esfuerzo te ha costado para tus hijos, precisamente porque aquellos que solo tienen el dinero para doblegar la inteligencia, se encargan de dificultar la formación intelectual del pueblo y así poderlo arrodillar en sus necesidades.

Llegó el momento de votar por los que son. ¡Adelante que si se puede!