La creación de la discográfica vallenata no se ha podido recuperar después de la muerte de Leandro Díaz Duarte, el insuperable e inigualable compositor que veía con los ojos del alma, que tuvo como epicentro para su inspiración el territorio guajira y cesarense, siendo el municipio de San Diego el lugar donde consolidó su musa.

Hoy lo recordamos con cariño, con amor y nostalgia, y con deseos de que la nueva generación de compositores vallenatos mire, analice y adopte el legado de este gran hombre que aprendió a ver con el corazón. La fortaleza de Leandro Díaz era su ceguera que le permitía ver con los ojos del alma.

Leandro se diverfisicó, le cantó a los fenomenos de la naturaleza sin conocerlos: el verano, la primavera, el invierno, así como a los sentimientos, a las mujeres, a los amigos, y los magnigicó tanto que su magia llegó a las páginas de los libros del Nobel Gabriel García Márquez, con su canción ‘La Diosa Coronada’, y fue él junto con Rafael Escalona los que lograron tal hazaña. Hoy queremos recordar a Leandro, el hombre que tuvo la virtud de enamorar no obstanbte sus limitaciones, pues logró que las mujeres de su vida superaran esas barreras.

Leandro, comparativamente frente a toda la produccion del vallenato, fue y es el más genial de todos, porque logró hacer todo con el corazon y el oido, mientras que los otros compositores lo tienen todo y muchas veces, pierden el norte. Hoy no componen con el corazon, sino por encargo. Leandro seguirá siendo un referente para las nuevas generaciones, frente a todos será insuperable e inigualable por las creaciones que hizo.

Coro ‘La Diosa Coronada’

Y que canta el pobre Leandro Díaz

triste por la serranía

triste por la serranía

canta Leandro Díaz