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Columnista - 3 marzo, 2024

Las trilogías de la escritora Mary Daza

Los padres de Mary, José Francisco Daza y Beatriz Orozco Dangond, eran de Villanueva; recién casados se fueron a vivir a Manaure y allí nació ella; pero fue bautizada en Villanueva, donde realizó sus estudios de primaria.

La periodista Yanitza Fontalvo, en su libro «Mary», hace un recorrido didáctico por la prolífica obra periodística, pedagógica y literaria de Mary Daza Orozco. Con el poder de la brevedad devela la cuna de sus ancestros, los motivos de conquista de los sueños, personajes y sucesos de su narrativa.
En cortos párrafos presenta una sinopsis de las quince novelas y el libro de cuentos. Las novelas, fecundas en lenguaje poético, tienen como propuesta la denuncia sobre la violencia, un flagelo nacional. “En la historia de Colombia, muchas cosas han cambiado, pero lo que sigue intacto es la pasión por la violencia”.

Los padres de Mary, José Francisco Daza y Beatriz Orozco Dangond, eran de Villanueva; recién casados se fueron a vivir a Manaure y allí nació ella; pero fue bautizada en Villanueva, donde realizó sus estudios de primaria. Esos dos lugares, y Valledupar, donde ha permanecido gran parte de su vida, conforman la trilogía de los pueblos que ella quiere y la quieren, como hija ilustre, por su excelencia profesional y literaria.

La trilogía de su misión maternal son sus hijos, edén de su alma, de su vida y sus afectos: Clarisa, Silvana y Ciro José. Y la trilogía de su vida profesional: pedagoga, periodista y escritora. Es maestra, graduada de la Normal Superior de Santa Marta, y periodista de la Universidad de América de Bogotá. En su vida literaria: ganadora del Primer concurso de cuentos del Cesar (1986). En 1991 publicó su primera novela, «¡Los muertos no se cuentan así!», premiada en el concurso de Plaza y Janés. De las quince novelas publicadas hasta hoy es la más leída en colegios y universidades.

En Mary la docencia es herencia de su padre, que fue profesor de historia y geografía, y quien le transmitió el amor por la lectura y a viajar con la ilimitada fantasía de la memoria por la cultura y ciudades antiguas. Y de su madre la serenidad y la paciencia, que la fortalecieron en disciplina y en el solitario refugio de la lectura. Fue profesora de literatura en el Gimnasio del Norte, conferencista en talleres de creación literaria, y desde hace varios años docente en el Seminario Mayor Juan Pablo II de Valledupar.

Anexo. Mary Daza Orozco, ama Villanueva, tierra de sus ancestros. Es una escritora con reconocimiento nacional e internacional, que bien merece altos honores. Una sugerencia a la dirigencia del municipio de Villanueva y a directivos docentes: un colegio debería llevar el nombre “Mary Daza Orozco”, un referente académico para motivar a los estudiantes a conocer su obra literaria y su legado pedagógico. En Villanueva hay un colegio oficial con el nombre ‘El Gol’, que funge mejor para un estadio, pero no para un colegio. Ahí está servida la ocasión para nuestra insigne docente y escritora villanuevera. Evoco al escritor Jorge Luis Borges en esta línea: “El nombre es arquetipo de la cosa. En el nombre de la rosa está la rosa”.

Por José Atuesta Mindiola

Columnista
3 marzo, 2024

Las trilogías de la escritora Mary Daza

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

Los padres de Mary, José Francisco Daza y Beatriz Orozco Dangond, eran de Villanueva; recién casados se fueron a vivir a Manaure y allí nació ella; pero fue bautizada en Villanueva, donde realizó sus estudios de primaria.


La periodista Yanitza Fontalvo, en su libro «Mary», hace un recorrido didáctico por la prolífica obra periodística, pedagógica y literaria de Mary Daza Orozco. Con el poder de la brevedad devela la cuna de sus ancestros, los motivos de conquista de los sueños, personajes y sucesos de su narrativa.
En cortos párrafos presenta una sinopsis de las quince novelas y el libro de cuentos. Las novelas, fecundas en lenguaje poético, tienen como propuesta la denuncia sobre la violencia, un flagelo nacional. “En la historia de Colombia, muchas cosas han cambiado, pero lo que sigue intacto es la pasión por la violencia”.

Los padres de Mary, José Francisco Daza y Beatriz Orozco Dangond, eran de Villanueva; recién casados se fueron a vivir a Manaure y allí nació ella; pero fue bautizada en Villanueva, donde realizó sus estudios de primaria. Esos dos lugares, y Valledupar, donde ha permanecido gran parte de su vida, conforman la trilogía de los pueblos que ella quiere y la quieren, como hija ilustre, por su excelencia profesional y literaria.

La trilogía de su misión maternal son sus hijos, edén de su alma, de su vida y sus afectos: Clarisa, Silvana y Ciro José. Y la trilogía de su vida profesional: pedagoga, periodista y escritora. Es maestra, graduada de la Normal Superior de Santa Marta, y periodista de la Universidad de América de Bogotá. En su vida literaria: ganadora del Primer concurso de cuentos del Cesar (1986). En 1991 publicó su primera novela, «¡Los muertos no se cuentan así!», premiada en el concurso de Plaza y Janés. De las quince novelas publicadas hasta hoy es la más leída en colegios y universidades.

En Mary la docencia es herencia de su padre, que fue profesor de historia y geografía, y quien le transmitió el amor por la lectura y a viajar con la ilimitada fantasía de la memoria por la cultura y ciudades antiguas. Y de su madre la serenidad y la paciencia, que la fortalecieron en disciplina y en el solitario refugio de la lectura. Fue profesora de literatura en el Gimnasio del Norte, conferencista en talleres de creación literaria, y desde hace varios años docente en el Seminario Mayor Juan Pablo II de Valledupar.

Anexo. Mary Daza Orozco, ama Villanueva, tierra de sus ancestros. Es una escritora con reconocimiento nacional e internacional, que bien merece altos honores. Una sugerencia a la dirigencia del municipio de Villanueva y a directivos docentes: un colegio debería llevar el nombre “Mary Daza Orozco”, un referente académico para motivar a los estudiantes a conocer su obra literaria y su legado pedagógico. En Villanueva hay un colegio oficial con el nombre ‘El Gol’, que funge mejor para un estadio, pero no para un colegio. Ahí está servida la ocasión para nuestra insigne docente y escritora villanuevera. Evoco al escritor Jorge Luis Borges en esta línea: “El nombre es arquetipo de la cosa. En el nombre de la rosa está la rosa”.

Por José Atuesta Mindiola