El reconocido científico colombiano, escritor y exrector de la Universidad Nacional de Colombia, Moisés Wasserman Lerner, fue protagonista en la segunda jornada de la Feria del Libro de Valledupar, por sus profundos conocimientos sobre la ciencia y la educación en el territorio nacional. 

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Su intervención comenzó con una particular afirmación: “La academia sí sirve”, un mensaje que directamente mandó al vasto público de estudiantes, políticos y profesores que lo acompañó en el auditorio de la Casa de la Cultura de la ciudad. 

 “Lo normal ahora es hablar mal del colegio y decir que no sirve para nada, que es un horror y una pérdida de tiempo, pero no es cierto. Por supuesto, que hay problemas de calidad y de todo tipo, y el más grave sería sobre su acceso, pero es formativo”, afirmó. 

Wasserman Lerner también habló sobre lo que significó su pasó por la academia y la realización de sus columnas para el medio nacional El Tiempo, las cuales recopiló en su más reciente libro denominado ‘Reflexiones en cápsula’. 

Su ejemplar, publicado por la editorial Intermedio, hace un recorrido de los planteamientos reflexivos y académicos realizados por Moisés Wasserman en sus columnas publicadas entre los años 2017 – 2022 en el diario nacional El Tiempo. 

Además, consta de cinco capítulos distribuidos en diferentes aspectos esenciales en la vida del hombre: el primero se llama ‘Personas, sus virtudes y sus problemas’, el segundo ‘Ciencia, conocimiento y buenas ideas’, el tercero ‘Educación, formación y sueños’, el cuarto ‘Política, grupos y etnias’, y el último ‘Dudas, sofismas y errores’. 

Y parte de esos planteamientos el público los pudo escuchar de la misma boca de su autor, quien a sus 76 años de edad cuenta con la lucidez para narrar distintos temas de interés general como la ciencia, la educación, la religión, entre otros. 

Wasserman Lerner indicó que la sociedad en cualquier ámbito de la vida a veces es dominada por un ‘centro de confirmación’ en la que solamente buscan interponer sus ideas.  

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“Hay una afirmación visionaria: ‘El entendimiento humano una vez que ha formado una opinión, empuja todas las evidencias para que la apoyen y estén de acuerdo con esta, y aunque haya contrarias en gran número, serán ignoradas’”, manifestó.

LA POLÍTICA Y LAS REDES 

Esta perspectiva la aterriza a la realidad con la posición de muchas figuras públicas, que se asemejan en su forma de ser a Mr. Turnbull, un personaje creado por el novelista inglés Anthony Trollope.  

Por ese motivo, el académico en una oportunidad escribió las columnas ‘Mr. Turnbull en Twitter’ y ‘Mr. Turnbull y sus predicciones’, en la que criticó la forma de hacer política. 

“Era un personaje muy especial (Mr. Turnbull), era un político muy sagrado, muy exitoso, que hacía predicciones terribles y luego dedicaba todos sus esfuerzos para que las predicciones se cumplieran”, mencionó. 

Agregó que ese tipo de figuras obtienen poder mediante las redes sociales, las cuales se convirtieron en un eje central en las relaciones sociales. 

“Las redes en general son un fenómeno social importante y vinieron para quedarse (…) Constituyen una fuerza democratizadora en la que todo el mundo puede ingresar sin trabas, algo sin antecedentes en la historia humana, la pelea entonces no es contra Twitter sino contra Mr. Turnbull”, precisó. 

LA CIENCIA Y LA RELIGIÓN 

Finalmente, Moisés Wasserman reflexionó sobre la religión actual en la sociedad y la ciencia, un tema que, aunque reconoce que es complejo, considera que ha ido cambiando por el reemplazo de algunas creencias. 

“A medida que la humanidad va progresando en dirección del conocimiento, va remplazando mucho las creencias, no todos, y posiblemente no todos llegaremos allá porque hay cosas que son inherentes al ser humano, pero de todas formas creo que sí está cambiando”, acotó. 

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Agregó que algunos cambios en la religión también fueron necesarios para los derechos de la humanidad.

“Yo no soy religioso. La religión es una de las cosas que en algún momento de la humanidad fue disminuyendo mucho, pero entiendo que es un sentimiento profundamente fuerte entre mucha gente y que no debe ser combatido ni contradicho, eso no tiene sentido, aunque ha cambiado, y tuvo que ir cambiando porque en una época en nombre de la religión se podía matar”, puntualizó Wasserman.