Lo cierto es que el próximo gobierno continuará priorizando la infraestructura, porque los cuellos de botella en la red de transporte siguen siendo una de las principales restricciones al crecimiento.
El transporte multimodal y terminar los proyectos importantes que se avanzan en el país, son algunas de las coincidencias que tienen los candidatos que aspiran a quedarse con la Casa de Nariño. Lo cierto es que el próximo gobierno continuará priorizando la infraestructura, porque los cuellos de botella en la red de transporte siguen siendo una de las principales restricciones al crecimiento.
Para ello, aseguran que deben combatir la corrupción, pues debido a esta se retrasan las obras y perjudica a las regiones.
Estos serían solo algunos de los desafíos, lo que convierte la infraestructura en una de las cartas con las cuales los candidatos presidenciales se juegan su conquista ciudadana.
Otro punto en el que están de acuerdo los presidenciales, es en mejorar las vías secundarias y terciarías, que en su mayoría están en mal estado.
Es partidario de construir sobre lo construido, pero corrigiendo problemas que han frenado la velocidad de este sector.
Se compromete con la multimodalidad, por lo que avanzará en proyectos férreos y fluviales de la primera fase del Plan Maestro de Transporte Intermodal, Además le apuntará a las vías terciarias, mientras que en las zonas urbanas ayudará a adecuar unos 1.000 kilómetros de vías para bicicleta.
Combinar criterios técnicos y financieros, calidad y transparencia en el manejo de los recursos; esto dentro de un marco de protección y conservación del medioambiente, que en el largo plazo sea garantía de estabilidad de las obras evitando tragedias.
El transporte multimodal, debe ser eje de la competitividad del país, tanto fluvial como férrea, por lo que hay que integrar planes maestros para generar verdadera multimodalidad en el transporte de carga. Además enfrentar problemas como mantenimiento insuficiente, congestión en acceso a ciudades y baja calidad en vías secundarias y terciarias.
Hacer una gestión rigurosa para continuar y terminar las 31 concesiones viales actualmente en curso.
Estructurar, licitar, contratar e iniciar los proyectos priorizados de mayor impacto y mejor beneficio regional y nacional.
De igual manera, priorizará un plan de conectividad regional con 86 corredores; además de un plan de amplios accesos viales a ocho ciudades capitales y el mejoramiento de cinco aeropuertos regionales.
Reformar entidades como la ANI y e Invías para recuperar su solidez técnica y dotarla de alta capacidad para estructurar proyectos. Entre sus prioridades está sacar adelante el metro de Bogotá y el Dorado II, y darles continuidad a los proyectos de grandes corredores viales, superando el limbo jurídico y financiero.
También recuperaría la navegabilidad del río Magdalena, para implementar un verdadero sistema de transporte multimodal.
Le apunta a la infraestructura del agua y la red ferroviaria. Estima que es fundamental recuperar las vías férreas y tecnificarlas con trenes eléctricos, transporte que aspira a generalizar.
En su esquema para este sector está la gestión del metro subterráneo en Bogotá, y la subterranización del tramo central del Metro de Medellín.
Extender a las ciudades de más de un millón de habitantes el subsidio Sisbén al transporte público y habla de una operación eléctrica, férrea y pública en las principales troncales de las ciudades.
Lo cierto es que el próximo gobierno continuará priorizando la infraestructura, porque los cuellos de botella en la red de transporte siguen siendo una de las principales restricciones al crecimiento.
El transporte multimodal y terminar los proyectos importantes que se avanzan en el país, son algunas de las coincidencias que tienen los candidatos que aspiran a quedarse con la Casa de Nariño. Lo cierto es que el próximo gobierno continuará priorizando la infraestructura, porque los cuellos de botella en la red de transporte siguen siendo una de las principales restricciones al crecimiento.
Para ello, aseguran que deben combatir la corrupción, pues debido a esta se retrasan las obras y perjudica a las regiones.
Estos serían solo algunos de los desafíos, lo que convierte la infraestructura en una de las cartas con las cuales los candidatos presidenciales se juegan su conquista ciudadana.
Otro punto en el que están de acuerdo los presidenciales, es en mejorar las vías secundarias y terciarías, que en su mayoría están en mal estado.
Es partidario de construir sobre lo construido, pero corrigiendo problemas que han frenado la velocidad de este sector.
Se compromete con la multimodalidad, por lo que avanzará en proyectos férreos y fluviales de la primera fase del Plan Maestro de Transporte Intermodal, Además le apuntará a las vías terciarias, mientras que en las zonas urbanas ayudará a adecuar unos 1.000 kilómetros de vías para bicicleta.
Combinar criterios técnicos y financieros, calidad y transparencia en el manejo de los recursos; esto dentro de un marco de protección y conservación del medioambiente, que en el largo plazo sea garantía de estabilidad de las obras evitando tragedias.
El transporte multimodal, debe ser eje de la competitividad del país, tanto fluvial como férrea, por lo que hay que integrar planes maestros para generar verdadera multimodalidad en el transporte de carga. Además enfrentar problemas como mantenimiento insuficiente, congestión en acceso a ciudades y baja calidad en vías secundarias y terciarias.
Hacer una gestión rigurosa para continuar y terminar las 31 concesiones viales actualmente en curso.
Estructurar, licitar, contratar e iniciar los proyectos priorizados de mayor impacto y mejor beneficio regional y nacional.
De igual manera, priorizará un plan de conectividad regional con 86 corredores; además de un plan de amplios accesos viales a ocho ciudades capitales y el mejoramiento de cinco aeropuertos regionales.
Reformar entidades como la ANI y e Invías para recuperar su solidez técnica y dotarla de alta capacidad para estructurar proyectos. Entre sus prioridades está sacar adelante el metro de Bogotá y el Dorado II, y darles continuidad a los proyectos de grandes corredores viales, superando el limbo jurídico y financiero.
También recuperaría la navegabilidad del río Magdalena, para implementar un verdadero sistema de transporte multimodal.
Le apunta a la infraestructura del agua y la red ferroviaria. Estima que es fundamental recuperar las vías férreas y tecnificarlas con trenes eléctricos, transporte que aspira a generalizar.
En su esquema para este sector está la gestión del metro subterráneo en Bogotá, y la subterranización del tramo central del Metro de Medellín.
Extender a las ciudades de más de un millón de habitantes el subsidio Sisbén al transporte público y habla de una operación eléctrica, férrea y pública en las principales troncales de las ciudades.