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Editorial - 4 octubre, 2021

Las obras del Centro Histórico: lo que viene no es poco

Son $ 50.000 millones, si sumamos los rubros de las diversas obras,  los que se han invertido en el Centro Histórico de Valledupar.  En la remodelación de la Plaza Alfonso López, $10.800 millones; la reposición de redes de acueducto y alcantarillado de aguas domésticas  y pluviales, contrato inicial de $13.500 millones; el componente vial, a […]

Son $ 50.000 millones, si sumamos los rubros de las diversas obras,  los que se han invertido en el Centro Histórico de Valledupar.  En la remodelación de la Plaza Alfonso López, $10.800 millones; la reposición de redes de acueducto y alcantarillado de aguas domésticas  y pluviales, contrato inicial de $13.500 millones; el componente vial, a cargo del SIVA, de adoquinamiento, iluminación, vegetalización y  otras obras menores de espacio público, contrato de $20.100 millones. A esos valores deben sumarse las interventorías  y reajustes. Se ejecutaron también obras de redes de telecomunicaciones,  a cargo de las empresas privadas del servicio.

Fue un lunar de la contratación el que no se hubieran enterrado las redes, cableado y transformadores de la energía eléctrica. Eso no lo contempló el diseño que presentó la Alcaldía, que debía observar el Plan Especial de Manejo y Protección, PEMP, ordenado por el Ministerio de Cultura y adoptado por la administración mediante acuerdo municipal. La sorpresa fue que al pasar el proyecto para aprobación del Ministerio se le dio pase sin que este exigiera el cumplimiento de su normatividad. Tampoco fue suficiente una decisión del Tribunal Administrativo del Cesar que, en un proceso de  Acción Popular,  había ordenado aplicar el PEMP.

Cuando se advirtió del olvido del soterramiento de redes eléctricas por parte de la diligente organización ciudadana, Amigos del Viejo Valledupar, Aviva, todos los esfuerzos fueron infructuosos: ya la obra estaba en fase de licitación y adjudicación. La coincidencia temporal de la  ejecución de las obras de reposición de redes húmedas y la quiebra y agonía de Electricaribe, dificultó las cosas; la nueva administración de Mello Castro no pudo reversarlas, prometió recursos que al final no se vieron, y que tampoco eran suficientes para hacer el soterramiento.

Las obras se extendieron a sectores del centro ampliado y yendo más allá contemplaron el mejoramiento y la acertada ampliación de andenes de la comercial carrera novena. Pero no incluyeron, tal vez por no haberse obtenido financiación presupuestal, tramos como la calle 16ª.

Las obras, que representan un mejoramiento sustancial, estético y humano del centro, generaron, propio en estas intervenciones, incomodidades y pérdidas para el comercio, y en general los establecimientos asentados en el centro fundacional.

En EL PILÓN entrevistamos al angustiado propietario del Café Plaza Mayor afectado por las obras de la plaza, de las redes húmedas y pa’ rematar de la pandemia. Todas esas quejas le estallaron en las manos al alcalde ‘Tuto’ Uhía.

Su sucesor se encuentra con el problema; la demora de las obras  lo habría justificado en el forzoso paro de la pandemia y que le correspondió la fase vial, que no había sido contratada por el municipio sino por esa entidad híbrida que es el SIVA. Sea la ocasión para redimir al exmandatario, al que hay que reconocerle su empeño en planear y dejar contratadas las obras que ahora se inauguran. Lo que viene no es poco,  pero será abordado en próximo editorial.

Editorial
4 octubre, 2021

Las obras del Centro Histórico: lo que viene no es poco

Son $ 50.000 millones, si sumamos los rubros de las diversas obras,  los que se han invertido en el Centro Histórico de Valledupar.  En la remodelación de la Plaza Alfonso López, $10.800 millones; la reposición de redes de acueducto y alcantarillado de aguas domésticas  y pluviales, contrato inicial de $13.500 millones; el componente vial, a […]


Son $ 50.000 millones, si sumamos los rubros de las diversas obras,  los que se han invertido en el Centro Histórico de Valledupar.  En la remodelación de la Plaza Alfonso López, $10.800 millones; la reposición de redes de acueducto y alcantarillado de aguas domésticas  y pluviales, contrato inicial de $13.500 millones; el componente vial, a cargo del SIVA, de adoquinamiento, iluminación, vegetalización y  otras obras menores de espacio público, contrato de $20.100 millones. A esos valores deben sumarse las interventorías  y reajustes. Se ejecutaron también obras de redes de telecomunicaciones,  a cargo de las empresas privadas del servicio.

Fue un lunar de la contratación el que no se hubieran enterrado las redes, cableado y transformadores de la energía eléctrica. Eso no lo contempló el diseño que presentó la Alcaldía, que debía observar el Plan Especial de Manejo y Protección, PEMP, ordenado por el Ministerio de Cultura y adoptado por la administración mediante acuerdo municipal. La sorpresa fue que al pasar el proyecto para aprobación del Ministerio se le dio pase sin que este exigiera el cumplimiento de su normatividad. Tampoco fue suficiente una decisión del Tribunal Administrativo del Cesar que, en un proceso de  Acción Popular,  había ordenado aplicar el PEMP.

Cuando se advirtió del olvido del soterramiento de redes eléctricas por parte de la diligente organización ciudadana, Amigos del Viejo Valledupar, Aviva, todos los esfuerzos fueron infructuosos: ya la obra estaba en fase de licitación y adjudicación. La coincidencia temporal de la  ejecución de las obras de reposición de redes húmedas y la quiebra y agonía de Electricaribe, dificultó las cosas; la nueva administración de Mello Castro no pudo reversarlas, prometió recursos que al final no se vieron, y que tampoco eran suficientes para hacer el soterramiento.

Las obras se extendieron a sectores del centro ampliado y yendo más allá contemplaron el mejoramiento y la acertada ampliación de andenes de la comercial carrera novena. Pero no incluyeron, tal vez por no haberse obtenido financiación presupuestal, tramos como la calle 16ª.

Las obras, que representan un mejoramiento sustancial, estético y humano del centro, generaron, propio en estas intervenciones, incomodidades y pérdidas para el comercio, y en general los establecimientos asentados en el centro fundacional.

En EL PILÓN entrevistamos al angustiado propietario del Café Plaza Mayor afectado por las obras de la plaza, de las redes húmedas y pa’ rematar de la pandemia. Todas esas quejas le estallaron en las manos al alcalde ‘Tuto’ Uhía.

Su sucesor se encuentra con el problema; la demora de las obras  lo habría justificado en el forzoso paro de la pandemia y que le correspondió la fase vial, que no había sido contratada por el municipio sino por esa entidad híbrida que es el SIVA. Sea la ocasión para redimir al exmandatario, al que hay que reconocerle su empeño en planear y dejar contratadas las obras que ahora se inauguran. Lo que viene no es poco,  pero será abordado en próximo editorial.