La directora de la Comisión de la Verdad, seccional Cesar-La Guajira, Ana María Ferrer, dio a conocer que en Colombia se encuentran 9.068.190 personas reconocidas como víctimas.
Unir esfuerzos para eliminar toda violencia contra la mujer (bien sea física, psicológica, sexual, laboral, económica, ente otras) fue la conclusión del foro virtual denominado ‘Las mujeres se toman la palabra’ abanderado por la Fundación Carboandes y el Consultivo de Mujeres del municipio de Valledupar.
La directora de la Comisión de la Verdad, seccional Cesar-La Guajira, Ana María Ferrer, dio a conocer que en Colombia se encuentran 9.068.190 personas reconocidas como víctimas e incluidas en el Registro Único de Víctimas, RUV, de las cuales en el Cesar existen 451.113; aquí 227.286 son mujeres, representadas en un 50.3 %, y 223.676 son hombres, que significa un 49.6 %
En los sondeos realizados a las mujeres indígenas, negras, campesinas, lideresas y de la ciudad, han contado cómo han afrontado el conflicto armado: se quedaron solas, sin sus hijos, sin sus esposos, fueron abusadas por parte de miembros de grupos armados ilegales y legales. Se quedaron sin tierra, sufrieron el desplazamiento, el desarraigo, el reclutamiento y algunas fueron secuestradas.
“Dentro de los enfoques de la Comisión de la Verdad está el de género, en el cual se ha abordado el tema de la mujer y de los miembros de la comunidad LGTBI. Nos parece importante la participación de la mujer, que ha dado un voto de confianza con nosotros para contar no solo lo que ocurrió en el marco del conflicto armado, sino cómo han afrontado y han hecho resistencia a toda la violencia que les ha tocado vivir”, argumentó Ferrer.
Por su parte, la economista y activista política, Imelda Daza, manifestó: “Las mujeres colombianas somos más de la mitad de la población de este país. Nos han sido negados desde siempre nuestros derechos como mujeres; hemos vivido en una sociedad patriarcal. Romper con este patriarcado es la tarea, así como reclamar nuestros derechos y procurar la equidad de género. En ese proceso de lucha debemos organizarnos para lograr el respeto íntegro a nuestro cuerpo, sentir y libertad como mujeres. Mi mensaje es que solo conscientes de la situación que nos afecta y organizadas podremos evitar que la violencia nos siga golpeando”.
Entre tanto, la lideresa y defensora de los derechos humanos de las mujeres del pueblo kankuamo, Sandra Victoria Maestre, recalcó que el Día de la No Violencia Contra la Mujer es una fecha para propender que las mujeres no sufran ningún tipo de maltrato, en los pensamientos machistas que la rodean.
“Desde la parte tradicional se ha generado que las mujeres nacimos para cuidar y dar vida. Las mujeres indígenas estamos propensas a cuidar nuestro territorio y que cuando se afecta una mujer se afecta la madre, por lo que los hombres deben tener en cuenta que todos nacieron de una mujer. Estamos para liderar procesos no por encima ni por debajo de los hombres, sino al lado de ellos. Hay que reconocer que las féminas, tanto occidentales como indígenas, estamos en la capacidad de administrar unos procesos donde los hombres aprendan a valorarnos”, puntualizó.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
[email protected]
La directora de la Comisión de la Verdad, seccional Cesar-La Guajira, Ana María Ferrer, dio a conocer que en Colombia se encuentran 9.068.190 personas reconocidas como víctimas.
Unir esfuerzos para eliminar toda violencia contra la mujer (bien sea física, psicológica, sexual, laboral, económica, ente otras) fue la conclusión del foro virtual denominado ‘Las mujeres se toman la palabra’ abanderado por la Fundación Carboandes y el Consultivo de Mujeres del municipio de Valledupar.
La directora de la Comisión de la Verdad, seccional Cesar-La Guajira, Ana María Ferrer, dio a conocer que en Colombia se encuentran 9.068.190 personas reconocidas como víctimas e incluidas en el Registro Único de Víctimas, RUV, de las cuales en el Cesar existen 451.113; aquí 227.286 son mujeres, representadas en un 50.3 %, y 223.676 son hombres, que significa un 49.6 %
En los sondeos realizados a las mujeres indígenas, negras, campesinas, lideresas y de la ciudad, han contado cómo han afrontado el conflicto armado: se quedaron solas, sin sus hijos, sin sus esposos, fueron abusadas por parte de miembros de grupos armados ilegales y legales. Se quedaron sin tierra, sufrieron el desplazamiento, el desarraigo, el reclutamiento y algunas fueron secuestradas.
“Dentro de los enfoques de la Comisión de la Verdad está el de género, en el cual se ha abordado el tema de la mujer y de los miembros de la comunidad LGTBI. Nos parece importante la participación de la mujer, que ha dado un voto de confianza con nosotros para contar no solo lo que ocurrió en el marco del conflicto armado, sino cómo han afrontado y han hecho resistencia a toda la violencia que les ha tocado vivir”, argumentó Ferrer.
Por su parte, la economista y activista política, Imelda Daza, manifestó: “Las mujeres colombianas somos más de la mitad de la población de este país. Nos han sido negados desde siempre nuestros derechos como mujeres; hemos vivido en una sociedad patriarcal. Romper con este patriarcado es la tarea, así como reclamar nuestros derechos y procurar la equidad de género. En ese proceso de lucha debemos organizarnos para lograr el respeto íntegro a nuestro cuerpo, sentir y libertad como mujeres. Mi mensaje es que solo conscientes de la situación que nos afecta y organizadas podremos evitar que la violencia nos siga golpeando”.
Entre tanto, la lideresa y defensora de los derechos humanos de las mujeres del pueblo kankuamo, Sandra Victoria Maestre, recalcó que el Día de la No Violencia Contra la Mujer es una fecha para propender que las mujeres no sufran ningún tipo de maltrato, en los pensamientos machistas que la rodean.
“Desde la parte tradicional se ha generado que las mujeres nacimos para cuidar y dar vida. Las mujeres indígenas estamos propensas a cuidar nuestro territorio y que cuando se afecta una mujer se afecta la madre, por lo que los hombres deben tener en cuenta que todos nacieron de una mujer. Estamos para liderar procesos no por encima ni por debajo de los hombres, sino al lado de ellos. Hay que reconocer que las féminas, tanto occidentales como indígenas, estamos en la capacidad de administrar unos procesos donde los hombres aprendan a valorarnos”, puntualizó.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN
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