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Columnista - 22 abril, 2024

Las mujeres los prefieren patanes, y los hombres, brutas (II)

La característica más marcada del macho en todas las especies está relacionada con una necesidad natural y es la de aparearse, y esa condición evolutiva al igual que la hembra se mantiene hoy en la especie humana; es decir, de la misma manera como la mujer ve en el hombre la necesidad principal de protección, […]

La característica más marcada del macho en todas las especies está relacionada con una necesidad natural y es la de aparearse, y esa condición evolutiva al igual que la hembra se mantiene hoy en la especie humana; es decir, de la misma manera como la mujer ve en el hombre la necesidad principal de protección, el hombre es impulsado por la necesidad del encuentro sexual, de ahí que en las generaciones pasadas, particularmente la de nuestros abuelos y bisabuelos, los matrimonios llegaban a tener varias docenas de hijos.

Pues bien; surge la pregunta que es motivo de múltiples test: ¿qué es lo primero que un hombre le ve a una mujer? Varios estudios llegaron a la conclusión que los hombres prefieren visualmente a las mujeres de grandes pechos, nalgas grandes, cintura estrecha, labios grandes, mandíbula pequeña y barbilla estrecha, precisamente porque según una tesis asociada a la evolución son las más aptas para la reproducción, de hecho antes de 1953 éste era el prototipo de belleza pero que fue modificado adicionando una característica adicional y era la del cabello rubio y con la aparición de una figura como Marilyn Monroe que para ese año se estrenaba como una bomba sexy en el cine fue reforzada posteriormente con la exposición que hacía la revista Play Boy del cuerpo femenino y cuyos atributos estaban marcados por los pechos grandes y la voluptuosidad de la mujer como objeto de deseo y que posteriormente el cine para adultos terminó de sembrar en el inconsciente masculino.

Entonces, ya con la idea concebida natural y evolutivamente, que la mujer con los atributos mencionados era la pareja perfecta para la reproducción y con la exposición constante de su figura, da paso a una carrera sin control de las féminas por acercarse a este modelo donde el tinturado del cabello rubio se volvió una moda permanente, pero había un factor adicional y era que se estaba construyendo un imaginario sobre este nuevo prototipo de mujer y era su poca capacidad intelectual lo que a la postre le terminó achacando un calificativo de “cabezas huecas”; recordarán ustedes que durante mucho tiempo tuvimos figuras precisamente impulsadas por el cine y la tv con esta condición.

Pero llegamos al mismo punto que tratamos en la primera parte, las mujeres prefieren al chico malo a sabiendas que no es la persona indicada ni correcta pero aún así muchas se quedan en ese hoyo negro, para el caso del hombre ocurre exactamente igual pero con un componente adicional y es que la conquista de la chica rubia despampanante se convierte en una especie de competencia del ego, puesto que no en vano vemos como deportistas de color o cantantes muestran como trofeos a mujeres rubias y voluptuosas y ni hablar de los capos de la droga cuyo deporte favorito es mandar a operar a sus conquistas, entre más busto, más nalgas, menos cintura y menos cerebro, pues mucho mejor; por supuesto no faltarán las voces de protesta de las damas diciendo “a mí me saca de ese grupo porque no todas pensamos así”, obviamente estamos de acuerdo que no son la regla general pero no podemos negar que la construcción cultural sobre el tema es poderosísimo.
Finalmente surge otro componente que hace más interesante el análisis y va más allá del componente físico o estético y tiene que ver ahí sí con la pareja que se busca para formar la familia, es decir, la madre de los hijos, la esposa, la socia y compañera de viaje en la vida y no es precisamente la chica rubia voluptuosa ni bomba sexy porque aquí las características de escogencia son otras, puesto que se busca es una mujer a la que no le vayan a faltar el respeto en un sitio público, porque eso sí, curiosamente cuando una mujer voluptuosa y con grandes pechos pasa por el frente todos volteamos y miramos el escote y cuando pasa el derrier, aplica para todas menos para la nuestra.
Lo que hace aún más compleja la situación es que hoy por hoy la industria de mayor crecimiento es la del bienestar y la belleza (gimnasios, centros de estética, salas de cirugía plástica entre muchas) y todas con un solo objetivo, lograr un cuerpo escultural, verse atractivas y por supuesto deseadas. He dicho.

Eloy Gutiérrez Anaya

Columnista
22 abril, 2024

Las mujeres los prefieren patanes, y los hombres, brutas (II)

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eloy Gutiérrez Anaya

La característica más marcada del macho en todas las especies está relacionada con una necesidad natural y es la de aparearse, y esa condición evolutiva al igual que la hembra se mantiene hoy en la especie humana; es decir, de la misma manera como la mujer ve en el hombre la necesidad principal de protección, […]


La característica más marcada del macho en todas las especies está relacionada con una necesidad natural y es la de aparearse, y esa condición evolutiva al igual que la hembra se mantiene hoy en la especie humana; es decir, de la misma manera como la mujer ve en el hombre la necesidad principal de protección, el hombre es impulsado por la necesidad del encuentro sexual, de ahí que en las generaciones pasadas, particularmente la de nuestros abuelos y bisabuelos, los matrimonios llegaban a tener varias docenas de hijos.

Pues bien; surge la pregunta que es motivo de múltiples test: ¿qué es lo primero que un hombre le ve a una mujer? Varios estudios llegaron a la conclusión que los hombres prefieren visualmente a las mujeres de grandes pechos, nalgas grandes, cintura estrecha, labios grandes, mandíbula pequeña y barbilla estrecha, precisamente porque según una tesis asociada a la evolución son las más aptas para la reproducción, de hecho antes de 1953 éste era el prototipo de belleza pero que fue modificado adicionando una característica adicional y era la del cabello rubio y con la aparición de una figura como Marilyn Monroe que para ese año se estrenaba como una bomba sexy en el cine fue reforzada posteriormente con la exposición que hacía la revista Play Boy del cuerpo femenino y cuyos atributos estaban marcados por los pechos grandes y la voluptuosidad de la mujer como objeto de deseo y que posteriormente el cine para adultos terminó de sembrar en el inconsciente masculino.

Entonces, ya con la idea concebida natural y evolutivamente, que la mujer con los atributos mencionados era la pareja perfecta para la reproducción y con la exposición constante de su figura, da paso a una carrera sin control de las féminas por acercarse a este modelo donde el tinturado del cabello rubio se volvió una moda permanente, pero había un factor adicional y era que se estaba construyendo un imaginario sobre este nuevo prototipo de mujer y era su poca capacidad intelectual lo que a la postre le terminó achacando un calificativo de “cabezas huecas”; recordarán ustedes que durante mucho tiempo tuvimos figuras precisamente impulsadas por el cine y la tv con esta condición.

Pero llegamos al mismo punto que tratamos en la primera parte, las mujeres prefieren al chico malo a sabiendas que no es la persona indicada ni correcta pero aún así muchas se quedan en ese hoyo negro, para el caso del hombre ocurre exactamente igual pero con un componente adicional y es que la conquista de la chica rubia despampanante se convierte en una especie de competencia del ego, puesto que no en vano vemos como deportistas de color o cantantes muestran como trofeos a mujeres rubias y voluptuosas y ni hablar de los capos de la droga cuyo deporte favorito es mandar a operar a sus conquistas, entre más busto, más nalgas, menos cintura y menos cerebro, pues mucho mejor; por supuesto no faltarán las voces de protesta de las damas diciendo “a mí me saca de ese grupo porque no todas pensamos así”, obviamente estamos de acuerdo que no son la regla general pero no podemos negar que la construcción cultural sobre el tema es poderosísimo.
Finalmente surge otro componente que hace más interesante el análisis y va más allá del componente físico o estético y tiene que ver ahí sí con la pareja que se busca para formar la familia, es decir, la madre de los hijos, la esposa, la socia y compañera de viaje en la vida y no es precisamente la chica rubia voluptuosa ni bomba sexy porque aquí las características de escogencia son otras, puesto que se busca es una mujer a la que no le vayan a faltar el respeto en un sitio público, porque eso sí, curiosamente cuando una mujer voluptuosa y con grandes pechos pasa por el frente todos volteamos y miramos el escote y cuando pasa el derrier, aplica para todas menos para la nuestra.
Lo que hace aún más compleja la situación es que hoy por hoy la industria de mayor crecimiento es la del bienestar y la belleza (gimnasios, centros de estética, salas de cirugía plástica entre muchas) y todas con un solo objetivo, lograr un cuerpo escultural, verse atractivas y por supuesto deseadas. He dicho.

Eloy Gutiérrez Anaya