Según la Unidad de Reparación de Víctimas Cesar – La Guajira, de los de 136 mil desplazados en el departamento alrededor del 50% son mujeres.
Las mujeres en el Cesar fueron las más golpeadas por el conflicto armado. Así lo aseguró una víctima, Juana Ramírez Gutiérrez, quien funge como directora de la Unidad de Atención y Reparación Integral de Víctimas, territorial Cesar – La Guajira.
“Tenemos que 3.7% de los desplazados en el país son mujeres y además de eso nos encontramos frente al hecho de que en este país han sido asesinadas 440 mil mujeres, aquí en el departamento tenemos mujeres que fueron confinadas, como en el caso de Guacoche, pero también mujeres que sufrieron los abusos de la violencia sexual”, indicó Juana Ramírez.
La directora de la Unidad de Víctimas dijo que el impacto de la guerra ha golpeado más a las mujeres que a los hombres, quienes se han encargado de hacer la guerra y que el 50% aproximadamente de las personas desplazadas en el Cesar son del sexo femenino.
“En el Cesar todos los municipios fueron golpeados y Valledupar recibió el impacto del mayor número de desplazados porque obviamente era la capital y fue una ciudad de puertas abiertas para todos los cesarenses que querían llegar, por eso aquí en la ciudad tenemos un amplio sector de la población desplazada, un poco más de 136 mil, entre esos más del 50% son mujeres”, precisó la funcionaria.
En entrevistas a las mujeres víctima del conflicto armado, ellas dicen que dentro del contexto del proceso de paz reclaman justicia, reparación, educación y salud, mientras los hombres exigen recuperar sus bienes.
“Las mujeres somos seres comprometidos con la paz; no es que los hombres no quieran la paz, es una forma de establecer una discriminación positiva de como la mujer piensa en los hijos en el hogar, la familia, tiende a la reconciliación y por eso necesitamos que las mujeres del Cesar no solamente salgan a la calle, si no que también tratemos de reconstruir el tejido social del departamento, de nuestras familias y hogares, es allí donde está la paz”, manifestó Ramírez Gutiérrez, en el foro ‘Perspectivas de los impactos del conflicto armado en el Cesar para la construcción de garantías de No Repetición’.
En el evento desarrollado en el auditorio Miguel Vicente Arroyo de la Universidad Popular del Cesar, sede Hurtado, el director de Reparación de la Unidad de Víctimas, Altus Alejandro Baquero, dijo que se están adelantando estos foros a nivel nacional para que los actos de guerra en el Cesar y el país no se repitan.
“Tenemos un panel ‘Mujeres y Guerra’ en el cual queremos enfocar para que las mujeres nunca más sean el centro de las víctimas en Colombia. Realmente tenemos un alto porcentaje de víctimas cerca de ocho millones en Colombia, de las cuales en el Cesar hay 361 mil víctimas, de las cuales hemos reparado cerca de 25 mil en este departamento”, precisó el funcionario.
Según Baquero, el gobierno busca dilucidar los patrones del conflicto en Colombia para que la gente del común los conozca y así haya más garantías para la no repetición.
Miguel Antonio Ricaurte Serna fue víctima del paramilitarismo en el año 1997 cuando hombres armados llegaron a la parcela El Toco, jurisdicción del corregimiento de Los Brasiles, en San Diego, Cesar, y allí masacraron a varios campesinos.
Recordar esta historia es triste para Ricaurte Serna, pero asegura que es necesario volver a esos momentos en que la violencia en el Cesar marcó su vida y darlo a conocer a todo el mundo para que no se vuelvan a repetir.
“Nosotros llegamos en el 91 y estuvimos hasta el 97 con una paz y tranquilidad hasta cuando llegaron los paramilitares e interrumpieron el silencio de la comunidad y hubo una masacre el 23 de abril, después fuimos desplazados a diferentes municipios”, manifestó la víctima, que ayer fue uno de los ponentes del foro que hace parte de una de las sentencias emitidas por un magistrado de Justicia y Paz, para que la Unidad para las Víctimas cree mecanismos de prevención y que en el futuro elimine las causas del conflicto en el país.
En el departamento se busca que los diferentes representantes de la sociedad cesarense escuchen a quienes padecieron la violencia, en procura de que esos hechos no vuelvan a ocurrir, al tiempo que conozcan el avance de los procesos de reconciliación en la región.
“Cuando uno ya ha vivido este hecho tan desastroso que hubo en Colombia, el Cesar que fue la guerra del paramilitarismo, nosotros no queremos que se repita, queremos es que los campesinos tengan una vida digna y que de pronto puedan trabajar y la sociedad también porque todo esto afecta a todos”, indicó Miguel Ricaurte.
Dijo además que la violencia contra las víctimas continúa en diferentes formas. “Que mi hijo terminó el colegio y yo para poderlo meter a estudiar a la UPC debo agarrarme de un político y bien fuerte para que pueda hacer una carrera en la universidad, esto está generando violencia porque este político me va ayudar a mí pero detrás hay unos intereses creados, conoce que mi familia es grande y cada vez que haya elecciones tengo que poner 100 o 200 votos, esto hace parte de la violencia”, contó Miguel.
Además explicó que tener en cuenta el pensamiento de los campesinos, como principales víctimas del conflicto armado, es importante para el proceso de paz con los diferentes grupos alzados en armas en el país.
“Tenemos que enfocarnos que la guerra en Colombia no es tan religiosa, como sucedió en la edad media o en otros países asiáticos, tenemos que enfocarnos más que la guerra en Colombia se da más por la parte económica y política, y en eso están enfocados los grupos violentos, con el simple hecho de que aquí lo más importante es la educación, lo que hay que pedir es que haya la paz”, indicó un exparamilitar del Bloque Norte de las AUC, que fue ponente del foro que se llevó a cabo en el auditorio Miguel Vicente Arroyo de la Universidad Popular del Cesar, sede Hurtado.
Mohamed Osman Díaz
[email protected]
Según la Unidad de Reparación de Víctimas Cesar – La Guajira, de los de 136 mil desplazados en el departamento alrededor del 50% son mujeres.
Las mujeres en el Cesar fueron las más golpeadas por el conflicto armado. Así lo aseguró una víctima, Juana Ramírez Gutiérrez, quien funge como directora de la Unidad de Atención y Reparación Integral de Víctimas, territorial Cesar – La Guajira.
“Tenemos que 3.7% de los desplazados en el país son mujeres y además de eso nos encontramos frente al hecho de que en este país han sido asesinadas 440 mil mujeres, aquí en el departamento tenemos mujeres que fueron confinadas, como en el caso de Guacoche, pero también mujeres que sufrieron los abusos de la violencia sexual”, indicó Juana Ramírez.
La directora de la Unidad de Víctimas dijo que el impacto de la guerra ha golpeado más a las mujeres que a los hombres, quienes se han encargado de hacer la guerra y que el 50% aproximadamente de las personas desplazadas en el Cesar son del sexo femenino.
“En el Cesar todos los municipios fueron golpeados y Valledupar recibió el impacto del mayor número de desplazados porque obviamente era la capital y fue una ciudad de puertas abiertas para todos los cesarenses que querían llegar, por eso aquí en la ciudad tenemos un amplio sector de la población desplazada, un poco más de 136 mil, entre esos más del 50% son mujeres”, precisó la funcionaria.
En entrevistas a las mujeres víctima del conflicto armado, ellas dicen que dentro del contexto del proceso de paz reclaman justicia, reparación, educación y salud, mientras los hombres exigen recuperar sus bienes.
“Las mujeres somos seres comprometidos con la paz; no es que los hombres no quieran la paz, es una forma de establecer una discriminación positiva de como la mujer piensa en los hijos en el hogar, la familia, tiende a la reconciliación y por eso necesitamos que las mujeres del Cesar no solamente salgan a la calle, si no que también tratemos de reconstruir el tejido social del departamento, de nuestras familias y hogares, es allí donde está la paz”, manifestó Ramírez Gutiérrez, en el foro ‘Perspectivas de los impactos del conflicto armado en el Cesar para la construcción de garantías de No Repetición’.
En el evento desarrollado en el auditorio Miguel Vicente Arroyo de la Universidad Popular del Cesar, sede Hurtado, el director de Reparación de la Unidad de Víctimas, Altus Alejandro Baquero, dijo que se están adelantando estos foros a nivel nacional para que los actos de guerra en el Cesar y el país no se repitan.
“Tenemos un panel ‘Mujeres y Guerra’ en el cual queremos enfocar para que las mujeres nunca más sean el centro de las víctimas en Colombia. Realmente tenemos un alto porcentaje de víctimas cerca de ocho millones en Colombia, de las cuales en el Cesar hay 361 mil víctimas, de las cuales hemos reparado cerca de 25 mil en este departamento”, precisó el funcionario.
Según Baquero, el gobierno busca dilucidar los patrones del conflicto en Colombia para que la gente del común los conozca y así haya más garantías para la no repetición.
Miguel Antonio Ricaurte Serna fue víctima del paramilitarismo en el año 1997 cuando hombres armados llegaron a la parcela El Toco, jurisdicción del corregimiento de Los Brasiles, en San Diego, Cesar, y allí masacraron a varios campesinos.
Recordar esta historia es triste para Ricaurte Serna, pero asegura que es necesario volver a esos momentos en que la violencia en el Cesar marcó su vida y darlo a conocer a todo el mundo para que no se vuelvan a repetir.
“Nosotros llegamos en el 91 y estuvimos hasta el 97 con una paz y tranquilidad hasta cuando llegaron los paramilitares e interrumpieron el silencio de la comunidad y hubo una masacre el 23 de abril, después fuimos desplazados a diferentes municipios”, manifestó la víctima, que ayer fue uno de los ponentes del foro que hace parte de una de las sentencias emitidas por un magistrado de Justicia y Paz, para que la Unidad para las Víctimas cree mecanismos de prevención y que en el futuro elimine las causas del conflicto en el país.
En el departamento se busca que los diferentes representantes de la sociedad cesarense escuchen a quienes padecieron la violencia, en procura de que esos hechos no vuelvan a ocurrir, al tiempo que conozcan el avance de los procesos de reconciliación en la región.
“Cuando uno ya ha vivido este hecho tan desastroso que hubo en Colombia, el Cesar que fue la guerra del paramilitarismo, nosotros no queremos que se repita, queremos es que los campesinos tengan una vida digna y que de pronto puedan trabajar y la sociedad también porque todo esto afecta a todos”, indicó Miguel Ricaurte.
Dijo además que la violencia contra las víctimas continúa en diferentes formas. “Que mi hijo terminó el colegio y yo para poderlo meter a estudiar a la UPC debo agarrarme de un político y bien fuerte para que pueda hacer una carrera en la universidad, esto está generando violencia porque este político me va ayudar a mí pero detrás hay unos intereses creados, conoce que mi familia es grande y cada vez que haya elecciones tengo que poner 100 o 200 votos, esto hace parte de la violencia”, contó Miguel.
Además explicó que tener en cuenta el pensamiento de los campesinos, como principales víctimas del conflicto armado, es importante para el proceso de paz con los diferentes grupos alzados en armas en el país.
“Tenemos que enfocarnos que la guerra en Colombia no es tan religiosa, como sucedió en la edad media o en otros países asiáticos, tenemos que enfocarnos más que la guerra en Colombia se da más por la parte económica y política, y en eso están enfocados los grupos violentos, con el simple hecho de que aquí lo más importante es la educación, lo que hay que pedir es que haya la paz”, indicó un exparamilitar del Bloque Norte de las AUC, que fue ponente del foro que se llevó a cabo en el auditorio Miguel Vicente Arroyo de la Universidad Popular del Cesar, sede Hurtado.
Mohamed Osman Díaz
[email protected]