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Editorial - 29 octubre, 2019

Las mujeres en la nueva era política del Cesar

Este periodo político que tiene su antesala de aquí a diciembre, y que arranca el próximo 1 de enero, nos muestra muchos panoramas positivos y otros controversiales.

Este periodo político que tiene su antesala de aquí a diciembre, y que arranca el próximo 1 de enero, nos muestra muchos panoramas positivos y otros controversiales. Las expectativas son altas por cuenta de sorpresas que salieron a flote el 27 de octubre y una de ellas es la participación de las mujeres, ausentes en las alcaldías electas para el periodo 2020 – 2023 y presentes en la Asamblea del Cesar y el Concejo de Valledupar.

No hay una sola alcaldesa para este periodo que viene, mientras el que termina tiene cuatro: La Paz, Chimichagua, San Diego y La Jagua de Ibirico; eran seis con Chiriguaná y, por uno cuantos meses en 2016, Curumaní.

La presencia de las mujeres en el Gobierno, en este caso para el Cesar, representa pluralismo, honor a la visión femenina de la gestión política, administrativa y social, y le da un toque distinto a la dinámica del territorio pues la mujer tiene su propio estilo de gobernar y administrar, principalmente lo social y la hacienda pública. Es una lástima no ver mujeres en la galería de mandatarios de este departamento ni el La Guajira, más aun sabiendo que sí se postularon en diferentes municipios de ambos territorios.

El programa de la ONU Mujeres, ‘Por un planeta 50/50 en el 2030, Demos el paso por la igualdad de género’, estableció que para las elecciones del 2015 las mujeres representaban el 15,6 % de los gobernadores, el 12,2 % de los alcaldes, el 16,7 % de los diputados, y el 16.6 % de los concejales del país. En ninguna de estas corporaciones las mujeres alcanzaban a representar el 20 % de personas elegidas.

Estamos atentos a la misma medición en esta oportunidad, pues es importante revisar el alcance de la participación política de la mujer en el país. Aunque es destacado que la capital del país será gobernada por una mujer, no es suficiente si no se supera ese 20 % de mujeres electas en todos los cargos de elección popular del poder regional.

Realidad diferente la que se vivirá en el Concejo de Valledupar y la Asamblea del Cesar pues en ambas corporaciones se verá un aumento de participación femenina. En el primero se esperan por lo menos dos y en la segunda, control político de la Gobernación del Cesar, entrarían igualmente cuatro diputadas, cuando este periodo cierra con ninguna. Un aspecto de gran relevancia es que Claudia Margarita Zuleta, segunda votación a la Gobernación del Cesar, aceptará la silla que le corresponde por ley en la Asamblea.

El liderazgo de la mujer es necesario, fundamental, crucial en las decisiones de las nuevas épocas, y lo fueron siempre. Esperamos que a partir de este momento inicien proyectos políticos interesantes de mujeres capaces que abundan en el Cesar y La Guajira, en donde tampoco hay alcaldesas electas.

Editorial
29 octubre, 2019

Las mujeres en la nueva era política del Cesar

Este periodo político que tiene su antesala de aquí a diciembre, y que arranca el próximo 1 de enero, nos muestra muchos panoramas positivos y otros controversiales.


Este periodo político que tiene su antesala de aquí a diciembre, y que arranca el próximo 1 de enero, nos muestra muchos panoramas positivos y otros controversiales. Las expectativas son altas por cuenta de sorpresas que salieron a flote el 27 de octubre y una de ellas es la participación de las mujeres, ausentes en las alcaldías electas para el periodo 2020 – 2023 y presentes en la Asamblea del Cesar y el Concejo de Valledupar.

No hay una sola alcaldesa para este periodo que viene, mientras el que termina tiene cuatro: La Paz, Chimichagua, San Diego y La Jagua de Ibirico; eran seis con Chiriguaná y, por uno cuantos meses en 2016, Curumaní.

La presencia de las mujeres en el Gobierno, en este caso para el Cesar, representa pluralismo, honor a la visión femenina de la gestión política, administrativa y social, y le da un toque distinto a la dinámica del territorio pues la mujer tiene su propio estilo de gobernar y administrar, principalmente lo social y la hacienda pública. Es una lástima no ver mujeres en la galería de mandatarios de este departamento ni el La Guajira, más aun sabiendo que sí se postularon en diferentes municipios de ambos territorios.

El programa de la ONU Mujeres, ‘Por un planeta 50/50 en el 2030, Demos el paso por la igualdad de género’, estableció que para las elecciones del 2015 las mujeres representaban el 15,6 % de los gobernadores, el 12,2 % de los alcaldes, el 16,7 % de los diputados, y el 16.6 % de los concejales del país. En ninguna de estas corporaciones las mujeres alcanzaban a representar el 20 % de personas elegidas.

Estamos atentos a la misma medición en esta oportunidad, pues es importante revisar el alcance de la participación política de la mujer en el país. Aunque es destacado que la capital del país será gobernada por una mujer, no es suficiente si no se supera ese 20 % de mujeres electas en todos los cargos de elección popular del poder regional.

Realidad diferente la que se vivirá en el Concejo de Valledupar y la Asamblea del Cesar pues en ambas corporaciones se verá un aumento de participación femenina. En el primero se esperan por lo menos dos y en la segunda, control político de la Gobernación del Cesar, entrarían igualmente cuatro diputadas, cuando este periodo cierra con ninguna. Un aspecto de gran relevancia es que Claudia Margarita Zuleta, segunda votación a la Gobernación del Cesar, aceptará la silla que le corresponde por ley en la Asamblea.

El liderazgo de la mujer es necesario, fundamental, crucial en las decisiones de las nuevas épocas, y lo fueron siempre. Esperamos que a partir de este momento inicien proyectos políticos interesantes de mujeres capaces que abundan en el Cesar y La Guajira, en donde tampoco hay alcaldesas electas.