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Columnista - 6 marzo, 2010

Las mentiras más frecuentes

Por: Julio Mario C. Parafraseando de texto Bíblico: ‘Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra’, manifiesto que nadie absolutamente nadie ha sido totalmente sincero en la vida, todos en algún momento hemos mentido, así sea con las mal llamadas ‘mentiritas piadosas’. Aunque no he sido un ‘as’ de la mentira si he […]

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Por: Julio Mario C.

Parafraseando de texto Bíblico: ‘Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra’, manifiesto que nadie absolutamente nadie ha sido totalmente sincero en la vida, todos en algún momento hemos mentido, así sea con las mal llamadas ‘mentiritas piadosas’.
Aunque no he sido un ‘as’ de la mentira si he recurrido a ellas en algunas ocasiones. Recuerdo especialmente en mi época de estudiante de bachillerato, cuando estuve en un colegio militar, con miras a evadir los castigos físicos y las asoleadas me inventaba citas médicas, dolencias y viajes con mis padres, especialmente los sábados para no tener que ir a ‘voltear’ (léase hacer extenuantes ejercicios a pleno sol) enguayabado, esa costumbre me hizo ganar el bien merecido apodo de ‘excusita’.
Lo cierto es que esta argucia, la cual siempre ha existido es uno de los mayores artificios del diablo para cambiarnos la perspectiva y  poder hacer de las suyas, pues este ‘cachón’ y despreciable ser nos habla al oído llenándonos de sus embustes para hacernos caer, así convenció a Eva para que ella a su vez indujera a Adán a comer de la manzana con las consecuencias que todos sabemos, las cuales hoy aun estamos pagando porque de lo contrario anduviéramos felices y en cueros disfrutando de las maravillas del Jardín del Edén.
Creo que todos hemos tenido ‘celebres’ amigos embusteros, algunos con máster y posgrados en ‘mentirologia’, porque dicen unas tan rebuscadas y tan bien craneadas que definitivamente los convierten en unos profesionales de este habito.
Por ejemplo recuerdo uno que decía que en la finca de su familia los cultivos de algodón estaban pavimentados a excepción del sitio donde estaba sembrada la mata, esto para agilizar la colecta de la mota, pues los recolectores eran diestros patinadores, ¿Qué tal? una vez también dijo que a las vacas de esa misma finca les mandaron a hacer unos lentes especiales que todo se veía verde, por consiguiente ellas no pasaban hambre pues arrasaban con todo lo que hubiera a su paso pensando que era pasto.
Hay otro tipo de ‘mitómano’ que es aquel que todo lo exagera, este es más fácil de sobrellevar porque a este solamente le creemos la mitad de lo que dice y listo, hay otros con vocación de ‘culebrero paisa’ quienes  convencen a personas incautas con su rebuscada labia, en este grupo podemos encasillar a la mayoría de los políticos, no generalizo porque en realidad hay unos que se salvan porque cumplen lo prometido. Y  no puede faltar el listado de las mentiras más frecuentes que lo encabezan las siguientes: ‘No vuelvo a tomar jamás’ esta siempre la decimos después de una embarrada borrachos o cuando tenemos un guayabo de esos bien tesos, otra es la que aplicamos cuando pedimos plata prestada: ‘mañana te pago’ y hay una muy intima que espero y no los ruborice, que es aquella que pecaminosamente decimos algunos hombres:  ‘nada más la puntica mi amor’,  de esta hasta les puedo referir un chiste: Una pareja de novios están casi a punto de tener relaciones en la sala de la casa de la chica y el novio desesperadamente le pide que lo deje hacerle el amor, a lo que la muchacha se niega y el muchacho le insiste diciéndole ‘nada más la cabecita mi amor’ y en ese momento sale la abuela de la novia que estaba escondida detrás de una pared expiándolos y le dice. ‘mija ten cuidado, mira que esa cabecita no tiene hombros. En todas partes hay embusteros algunos cuyas mentiras son sanas y hasta divertidas pero hay otros que lo hacen para llevar a cabo sus planes maquiavélicos, de esos líbranos Señor Dios.
[email protected]

Columnista
6 marzo, 2010

Las mentiras más frecuentes

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Por: Julio Mario C. Parafraseando de texto Bíblico: ‘Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra’, manifiesto que nadie absolutamente nadie ha sido totalmente sincero en la vida, todos en algún momento hemos mentido, así sea con las mal llamadas ‘mentiritas piadosas’. Aunque no he sido un ‘as’ de la mentira si he […]


Por: Julio Mario C.

Parafraseando de texto Bíblico: ‘Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra’, manifiesto que nadie absolutamente nadie ha sido totalmente sincero en la vida, todos en algún momento hemos mentido, así sea con las mal llamadas ‘mentiritas piadosas’.
Aunque no he sido un ‘as’ de la mentira si he recurrido a ellas en algunas ocasiones. Recuerdo especialmente en mi época de estudiante de bachillerato, cuando estuve en un colegio militar, con miras a evadir los castigos físicos y las asoleadas me inventaba citas médicas, dolencias y viajes con mis padres, especialmente los sábados para no tener que ir a ‘voltear’ (léase hacer extenuantes ejercicios a pleno sol) enguayabado, esa costumbre me hizo ganar el bien merecido apodo de ‘excusita’.
Lo cierto es que esta argucia, la cual siempre ha existido es uno de los mayores artificios del diablo para cambiarnos la perspectiva y  poder hacer de las suyas, pues este ‘cachón’ y despreciable ser nos habla al oído llenándonos de sus embustes para hacernos caer, así convenció a Eva para que ella a su vez indujera a Adán a comer de la manzana con las consecuencias que todos sabemos, las cuales hoy aun estamos pagando porque de lo contrario anduviéramos felices y en cueros disfrutando de las maravillas del Jardín del Edén.
Creo que todos hemos tenido ‘celebres’ amigos embusteros, algunos con máster y posgrados en ‘mentirologia’, porque dicen unas tan rebuscadas y tan bien craneadas que definitivamente los convierten en unos profesionales de este habito.
Por ejemplo recuerdo uno que decía que en la finca de su familia los cultivos de algodón estaban pavimentados a excepción del sitio donde estaba sembrada la mata, esto para agilizar la colecta de la mota, pues los recolectores eran diestros patinadores, ¿Qué tal? una vez también dijo que a las vacas de esa misma finca les mandaron a hacer unos lentes especiales que todo se veía verde, por consiguiente ellas no pasaban hambre pues arrasaban con todo lo que hubiera a su paso pensando que era pasto.
Hay otro tipo de ‘mitómano’ que es aquel que todo lo exagera, este es más fácil de sobrellevar porque a este solamente le creemos la mitad de lo que dice y listo, hay otros con vocación de ‘culebrero paisa’ quienes  convencen a personas incautas con su rebuscada labia, en este grupo podemos encasillar a la mayoría de los políticos, no generalizo porque en realidad hay unos que se salvan porque cumplen lo prometido. Y  no puede faltar el listado de las mentiras más frecuentes que lo encabezan las siguientes: ‘No vuelvo a tomar jamás’ esta siempre la decimos después de una embarrada borrachos o cuando tenemos un guayabo de esos bien tesos, otra es la que aplicamos cuando pedimos plata prestada: ‘mañana te pago’ y hay una muy intima que espero y no los ruborice, que es aquella que pecaminosamente decimos algunos hombres:  ‘nada más la puntica mi amor’,  de esta hasta les puedo referir un chiste: Una pareja de novios están casi a punto de tener relaciones en la sala de la casa de la chica y el novio desesperadamente le pide que lo deje hacerle el amor, a lo que la muchacha se niega y el muchacho le insiste diciéndole ‘nada más la cabecita mi amor’ y en ese momento sale la abuela de la novia que estaba escondida detrás de una pared expiándolos y le dice. ‘mija ten cuidado, mira que esa cabecita no tiene hombros. En todas partes hay embusteros algunos cuyas mentiras son sanas y hasta divertidas pero hay otros que lo hacen para llevar a cabo sus planes maquiavélicos, de esos líbranos Señor Dios.
[email protected]