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Columnista - 30 mayo, 2012

Las luchas por el poder político

Por: Basilio Padilla Indiscutiblemente, la presencia del músculo político en nuestra región es evidente en todos los procesos de elección o selección de funcionarios del área administrativa. Por esta razón, tradicionalmente, se escogen a las personas, no por sus calidades profesionales sino porque cuentan con el apoyo político necesario para ser seleccionadas. Estas armas del […]

Por: Basilio Padilla

Indiscutiblemente, la presencia del músculo político en nuestra región es evidente en todos los procesos de elección o selección de funcionarios del área administrativa. Por esta razón, tradicionalmente, se escogen a las personas, no por sus calidades profesionales sino porque cuentan con el apoyo político necesario para ser seleccionadas. Estas armas del poder son las que pervierten el desarrollo de la democracia y hacen que estas personas actúen como títeres del sistema que las pusieron en determinadas posiciones. Esta tendencia, de acuerdo a lo que dicen personas familiarizadas con algunos de estos procesos, han sido evidentes en los nombramientos del director de Corpocesar y el rector de la UPC, por ejemplo. En ambas instancias, el gobernador de turno ha querido que sus candidatos ocupen estas posiciones de gran influencia social. Lo hizo Cristian Moreno, en su momento, quien a esta hora parece enfrentado a la presente administración a pesar de haber sido una fuerza de apoyo para Monsalvo.

Justamente, para que en estos procesos no se le dé rienda suelta a los apetitos personales, es que se han creado los partidos políticos, cuya misión sería la de mantener el balance y hacen los seguimientos y tomar las medidas necesarias para beneficio de todos.

En nuestro medio, sin ningún recato, las administraciones llevan a los cargos públicos solamente a las personas que les ayudaron como candidatos y se menosprecia el talento de quienes quizás estuvieron al margen de la puja electoral o que apoyaron a otros candidatos.

Especulaciones de esta naturaleza son las que giran alrededor de la prematura renuncia del secretario de Salud departamental, llegándose a decir incluso que, aparentemente, se le quería reducir a ser una figura decorativa, como se le pretendió hacer en la gobernación del año 2000 y que fue lo que motivó también su renuncia.

El poder no tiene límites y por esta razón debemos utilizar medios como este para expresar estas preocupaciones y actuar en una forma que sea más positiva para nuestra región. Sobre todo para que eventos como estos no dejen en situación precaria a las entidades donde, al salir el jefe, se procede a eliminar a todos aquellos que estuvieron bajo su servicio y supervisión.

A través de la historia, el mal uso del poder ha sido utilizado para perseguir al oponente, tratando de eliminar su influencia y al mismo tiempo acabar con grupos familiares y políticos que se consideran contrarios. La democracia plena requiere de un balance de poderes y de personas donde cada una de ellas tenga algo interesante que ofrecer de acuerdo a sus conocimientos, su cultura y la transparencia de sus actos. El entendimiento racional de los humanos es lo que nos lleva a entender las distintas personalidades de acuerdo a la educación que ellos hayan recibido. Por esta razón la escogencia de personas solamente utilizando sus orientaciones políticas y sus amistades nunca han sido suficientes para resolver los complejos problemas de nuestra sociedad. Esta selección debería recaer sobre los más inteligentes y cultos, en personas que posean altos conocimientos de los temas a manejar y cuya honestidad, lo más importante, las hagan dignas de prestar el servicio público.

En nuestro medio, la falta de este análisis, hace que las administraciones fallen en sus intentos de sacar a las comunidades del estancamiento y el retraso en todo orden en que nos encontramos. Creo que parte del fracaso de la pasada administración tuvo mucho que ver con la ausencia de este análisis, que hizo que viéramos posesionadas en algunos cargos a personas que tenían un perfil distinto a las responsabilidades a asumir. Lo pasado ya pasó. Ojalá que no repita el fenómeno en la presente administración.

Columnista
30 mayo, 2012

Las luchas por el poder político

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla Indiscutiblemente, la presencia del músculo político en nuestra región es evidente en todos los procesos de elección o selección de funcionarios del área administrativa. Por esta razón, tradicionalmente, se escogen a las personas, no por sus calidades profesionales sino porque cuentan con el apoyo político necesario para ser seleccionadas. Estas armas del […]


Por: Basilio Padilla

Indiscutiblemente, la presencia del músculo político en nuestra región es evidente en todos los procesos de elección o selección de funcionarios del área administrativa. Por esta razón, tradicionalmente, se escogen a las personas, no por sus calidades profesionales sino porque cuentan con el apoyo político necesario para ser seleccionadas. Estas armas del poder son las que pervierten el desarrollo de la democracia y hacen que estas personas actúen como títeres del sistema que las pusieron en determinadas posiciones. Esta tendencia, de acuerdo a lo que dicen personas familiarizadas con algunos de estos procesos, han sido evidentes en los nombramientos del director de Corpocesar y el rector de la UPC, por ejemplo. En ambas instancias, el gobernador de turno ha querido que sus candidatos ocupen estas posiciones de gran influencia social. Lo hizo Cristian Moreno, en su momento, quien a esta hora parece enfrentado a la presente administración a pesar de haber sido una fuerza de apoyo para Monsalvo.

Justamente, para que en estos procesos no se le dé rienda suelta a los apetitos personales, es que se han creado los partidos políticos, cuya misión sería la de mantener el balance y hacen los seguimientos y tomar las medidas necesarias para beneficio de todos.

En nuestro medio, sin ningún recato, las administraciones llevan a los cargos públicos solamente a las personas que les ayudaron como candidatos y se menosprecia el talento de quienes quizás estuvieron al margen de la puja electoral o que apoyaron a otros candidatos.

Especulaciones de esta naturaleza son las que giran alrededor de la prematura renuncia del secretario de Salud departamental, llegándose a decir incluso que, aparentemente, se le quería reducir a ser una figura decorativa, como se le pretendió hacer en la gobernación del año 2000 y que fue lo que motivó también su renuncia.

El poder no tiene límites y por esta razón debemos utilizar medios como este para expresar estas preocupaciones y actuar en una forma que sea más positiva para nuestra región. Sobre todo para que eventos como estos no dejen en situación precaria a las entidades donde, al salir el jefe, se procede a eliminar a todos aquellos que estuvieron bajo su servicio y supervisión.

A través de la historia, el mal uso del poder ha sido utilizado para perseguir al oponente, tratando de eliminar su influencia y al mismo tiempo acabar con grupos familiares y políticos que se consideran contrarios. La democracia plena requiere de un balance de poderes y de personas donde cada una de ellas tenga algo interesante que ofrecer de acuerdo a sus conocimientos, su cultura y la transparencia de sus actos. El entendimiento racional de los humanos es lo que nos lleva a entender las distintas personalidades de acuerdo a la educación que ellos hayan recibido. Por esta razón la escogencia de personas solamente utilizando sus orientaciones políticas y sus amistades nunca han sido suficientes para resolver los complejos problemas de nuestra sociedad. Esta selección debería recaer sobre los más inteligentes y cultos, en personas que posean altos conocimientos de los temas a manejar y cuya honestidad, lo más importante, las hagan dignas de prestar el servicio público.

En nuestro medio, la falta de este análisis, hace que las administraciones fallen en sus intentos de sacar a las comunidades del estancamiento y el retraso en todo orden en que nos encontramos. Creo que parte del fracaso de la pasada administración tuvo mucho que ver con la ausencia de este análisis, que hizo que viéramos posesionadas en algunos cargos a personas que tenían un perfil distinto a las responsabilidades a asumir. Lo pasado ya pasó. Ojalá que no repita el fenómeno en la presente administración.