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Columnista - 27 abril, 2021

Las emergentes unidades de atención

Preguntaba en Twitter una inteligente activista por algunos auditorios y hoteles habilitados hace un año para atender pacientes contagiados con el covid-19, los cuales serían utilizados en caso de que las Unidades de Cuidados Intensivos de las clínicas y hospitales no fueran suficientes, a lo que un ilustre ciudadano vallenato respondió sarcásticamente diciendo que le […]

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Preguntaba en Twitter una inteligente activista por algunos auditorios y hoteles habilitados hace un año para atender pacientes contagiados con el covid-19, los cuales serían utilizados en caso de que las Unidades de Cuidados Intensivos de las clínicas y hospitales no fueran suficientes, a lo que un ilustre ciudadano vallenato respondió sarcásticamente diciendo que le preguntara a Claudia López, alcaldesa de Bogotá. Iniciándose el polarizado enfrentamiento en redes, el cual resta opciones pragmáticas de elegir buenos mandatarios. Las pasiones nos matan más que el covid.

Realmente la pregunta es buena, sobre todo porque la dinámica de la pandemia está dando la oportunidad para que las inversiones que han sido calificadas como detrimento patrimonial, por falta de uso debido a que los dos picos de contagio anteriores no rebasaron la capacidad instalada hospitalaria, tengan impacto en las comunidades, convirtiéndose en alternativas complementarias a los tratamientos intramurales, ahora que estamos al tope de ocupación y la tendencia es que los próximos quince días serán críticos por el alto nivel de contagio.

En Valledupar se hicieron inversiones en el mismo sentido, hace un año se anunció la adecuación y dotación del auditorio ‘Paisaje de sol’, de la institución Educativa Pedro Castro Monsalvo y del Centro de Convenciones Crispín Villazón de Comfacesar, como unidades extras de atención de media y baja complejidad, con capacidad para albergar a más de 130 pacientes respiratorios. El ‘Paisaje de sol’ fue estrenado en la implementación del plan de vacunación para los adultos mayores o sea que las dotaciones deben estar intactas para atender la emergencia hospitalaria, ya anunciada por algunas clínicas y que inexorablemente llegará al cien por ciento de ocupación, al momento de escribir esta columna.

Entonces sin perder de vista el reto principal que tienen en este momento las autoridades civiles del departamento, como lo es el achatamiento del pico de contagio y para lo que es menester utilizar eficaz y eficientemente todos los recursos educativos, policivos y logísticos con que se cuenta, es imperativo poner inmediatamente estos auditorios al servicio del sistema de salud, dentro de una estrategia coordinada por la autoridad sanitaria y con la eficiente participación de clínicas, hospitales y Empresas Promotoras de Salud, EPS, como responsables directos del aseguramiento de sus usuarios.

La idea es que solo permanezcan en las clínicas los pacientes con alto grado de complicación o que requieran la utilización de recursos tecnológicos complejos como la ventilación mecánica o la intervención de personal médico especializado en su tratamiento.

 Igualmente, los que por su favorable evolución necesiten atención hospitalaria, pero que puedan ser tratados por personal médico general o incluso con cuidado en casa, también pueden ser atendidos en estos espacios. De esta forma se descongestionarían las clínicas y se aumentaría la expectativa de vida en este momento crítico. Ojalá muy pronto se comiencen a utilizar los auditorios convertidos en emergentes unidades de atención. 

Y una recomendación respetuosa a manera de colofón, no olvidemos a la primera línea de atención compuesta por médicos, enfermeras y servicios generales de clínicas y hospitales, quienes aún sin el debido reconocimiento, luchan silenciosamente por la supervivencia de la especie humana. La fatiga profesional es un elemento que no se ha tenido en cuenta, pero que debemos tener presente en la lucha contra la pandemia. Mucha disciplina todos. Dios nos proteja. Un abrazo.

Columnista
27 abril, 2021

Las emergentes unidades de atención

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio María Araujo

Preguntaba en Twitter una inteligente activista por algunos auditorios y hoteles habilitados hace un año para atender pacientes contagiados con el covid-19, los cuales serían utilizados en caso de que las Unidades de Cuidados Intensivos de las clínicas y hospitales no fueran suficientes, a lo que un ilustre ciudadano vallenato respondió sarcásticamente diciendo que le […]


Preguntaba en Twitter una inteligente activista por algunos auditorios y hoteles habilitados hace un año para atender pacientes contagiados con el covid-19, los cuales serían utilizados en caso de que las Unidades de Cuidados Intensivos de las clínicas y hospitales no fueran suficientes, a lo que un ilustre ciudadano vallenato respondió sarcásticamente diciendo que le preguntara a Claudia López, alcaldesa de Bogotá. Iniciándose el polarizado enfrentamiento en redes, el cual resta opciones pragmáticas de elegir buenos mandatarios. Las pasiones nos matan más que el covid.

Realmente la pregunta es buena, sobre todo porque la dinámica de la pandemia está dando la oportunidad para que las inversiones que han sido calificadas como detrimento patrimonial, por falta de uso debido a que los dos picos de contagio anteriores no rebasaron la capacidad instalada hospitalaria, tengan impacto en las comunidades, convirtiéndose en alternativas complementarias a los tratamientos intramurales, ahora que estamos al tope de ocupación y la tendencia es que los próximos quince días serán críticos por el alto nivel de contagio.

En Valledupar se hicieron inversiones en el mismo sentido, hace un año se anunció la adecuación y dotación del auditorio ‘Paisaje de sol’, de la institución Educativa Pedro Castro Monsalvo y del Centro de Convenciones Crispín Villazón de Comfacesar, como unidades extras de atención de media y baja complejidad, con capacidad para albergar a más de 130 pacientes respiratorios. El ‘Paisaje de sol’ fue estrenado en la implementación del plan de vacunación para los adultos mayores o sea que las dotaciones deben estar intactas para atender la emergencia hospitalaria, ya anunciada por algunas clínicas y que inexorablemente llegará al cien por ciento de ocupación, al momento de escribir esta columna.

Entonces sin perder de vista el reto principal que tienen en este momento las autoridades civiles del departamento, como lo es el achatamiento del pico de contagio y para lo que es menester utilizar eficaz y eficientemente todos los recursos educativos, policivos y logísticos con que se cuenta, es imperativo poner inmediatamente estos auditorios al servicio del sistema de salud, dentro de una estrategia coordinada por la autoridad sanitaria y con la eficiente participación de clínicas, hospitales y Empresas Promotoras de Salud, EPS, como responsables directos del aseguramiento de sus usuarios.

La idea es que solo permanezcan en las clínicas los pacientes con alto grado de complicación o que requieran la utilización de recursos tecnológicos complejos como la ventilación mecánica o la intervención de personal médico especializado en su tratamiento.

 Igualmente, los que por su favorable evolución necesiten atención hospitalaria, pero que puedan ser tratados por personal médico general o incluso con cuidado en casa, también pueden ser atendidos en estos espacios. De esta forma se descongestionarían las clínicas y se aumentaría la expectativa de vida en este momento crítico. Ojalá muy pronto se comiencen a utilizar los auditorios convertidos en emergentes unidades de atención. 

Y una recomendación respetuosa a manera de colofón, no olvidemos a la primera línea de atención compuesta por médicos, enfermeras y servicios generales de clínicas y hospitales, quienes aún sin el debido reconocimiento, luchan silenciosamente por la supervivencia de la especie humana. La fatiga profesional es un elemento que no se ha tenido en cuenta, pero que debemos tener presente en la lucha contra la pandemia. Mucha disciplina todos. Dios nos proteja. Un abrazo.