Se experimenta un ambiente infortunado, que aunque es entendible no merece ni debe continuar. Es mucho lo que significa dirigir los destinos de una ciudad capital de nuestro nivel o de un municipio y entendemos que administrarla es el deseo de perfiles como los que se enfrentaron en las urnas el pasado 27 de octubre.
Se experimenta un ambiente infortunado, que aunque es entendible no merece ni debe continuar. Es mucho lo que significa dirigir los destinos de una ciudad capital de nuestro nivel o de un municipio y entendemos que administrarla es el deseo de perfiles como los que se enfrentaron en las urnas el pasado 27 de octubre.
Pero al final de cada contienda electoral hay triunfadores y otros que no alcanzan a llegar, sin que esto último signifique que no sea un gran logro movilizar a miles de personas a las urnas representando un activo en una carrera política que no se agota con una elección, como fue la historia de los últimos dos alcaldes vallenatos.
Lamentamos la situación que hoy se vive en sectores del departamento, de Valledupar, y principalmente a las afueras del recién inaugurado Centro de Eventos municipal, Paisaje de Sol, escenario que alberga a su interior a decenas de personas dedicadas al escrutinio de los votos depositados el pasado domingo.
Invitamos a serenar el ánimo y esperar el escrutinio, ejercer los derechos legales: si se tuviesen pruebas se puede demandar ante la instancia pertinente: Registraduría y Consejo Nacional Electoral y/o jurisdicción contenciosa-administrativa.
No es el momento de movilizaciones ciudadanas en la calle o lugares públicos, pues la etapa de ellas ya pasó. Con altas emociones se sabe cómo inician pero no cómo terminan por cuenta de vándalos infiltrados entre los pacíficos manifestantes.
Aunque es legítimo ejercer el derecho a la protesta pública ciudadana , – la que podrían hacer, previa autorización de uso del espacio público, todas las campañas de uno y otro lado para intentar confirmar o desvirtuar los resultados electorales- lo lógico es que se vayan tramitando y agotando las quejas en la instancia correspondiente.
Se denunció ayer por el elegido alcalde Mello Castro y su abogado Hernando Escobar una presunta instigación a delinquir contra Ernesto Orozco y a su jefe de campaña Moisés Gil porque estarían llamando a una asonada, un levantamiento violento contra la autoridad y la tranquilidad ciudadanas.
Nos preguntamos por qué si el proceso de votación fue tranquilo, se hizo el respectivo conteo de los jurados, con presencia de testigos electorales de las respectivas campañas- las cuales estaban celosas pues sabían lo que se estaba jugando- se conoció el resultado un se inició el escrutinio,’ con presencia de la Procuraduría General de la Nación, ahora se pretende armar desorden.
Sabemos de la serenidad, inteligencia y trayectoria de Ernesto Orozco, expuesto a la tentación de reclamar fuera del cauce legal, alimentada por seguidores con el dolor de la pérdida, y cuyo derecho a ser elegido no debe ser vulnerado.
De no prosperar su queja continuará con el reconocimiento ciudadano, que ya logró en su paso por Comfacesar y que podrá enaltecer en su paso por el Concejo. El Mello igual debe evitar en sus partidarios caer en provocaciones.
Se experimenta un ambiente infortunado, que aunque es entendible no merece ni debe continuar. Es mucho lo que significa dirigir los destinos de una ciudad capital de nuestro nivel o de un municipio y entendemos que administrarla es el deseo de perfiles como los que se enfrentaron en las urnas el pasado 27 de octubre.
Se experimenta un ambiente infortunado, que aunque es entendible no merece ni debe continuar. Es mucho lo que significa dirigir los destinos de una ciudad capital de nuestro nivel o de un municipio y entendemos que administrarla es el deseo de perfiles como los que se enfrentaron en las urnas el pasado 27 de octubre.
Pero al final de cada contienda electoral hay triunfadores y otros que no alcanzan a llegar, sin que esto último signifique que no sea un gran logro movilizar a miles de personas a las urnas representando un activo en una carrera política que no se agota con una elección, como fue la historia de los últimos dos alcaldes vallenatos.
Lamentamos la situación que hoy se vive en sectores del departamento, de Valledupar, y principalmente a las afueras del recién inaugurado Centro de Eventos municipal, Paisaje de Sol, escenario que alberga a su interior a decenas de personas dedicadas al escrutinio de los votos depositados el pasado domingo.
Invitamos a serenar el ánimo y esperar el escrutinio, ejercer los derechos legales: si se tuviesen pruebas se puede demandar ante la instancia pertinente: Registraduría y Consejo Nacional Electoral y/o jurisdicción contenciosa-administrativa.
No es el momento de movilizaciones ciudadanas en la calle o lugares públicos, pues la etapa de ellas ya pasó. Con altas emociones se sabe cómo inician pero no cómo terminan por cuenta de vándalos infiltrados entre los pacíficos manifestantes.
Aunque es legítimo ejercer el derecho a la protesta pública ciudadana , – la que podrían hacer, previa autorización de uso del espacio público, todas las campañas de uno y otro lado para intentar confirmar o desvirtuar los resultados electorales- lo lógico es que se vayan tramitando y agotando las quejas en la instancia correspondiente.
Se denunció ayer por el elegido alcalde Mello Castro y su abogado Hernando Escobar una presunta instigación a delinquir contra Ernesto Orozco y a su jefe de campaña Moisés Gil porque estarían llamando a una asonada, un levantamiento violento contra la autoridad y la tranquilidad ciudadanas.
Nos preguntamos por qué si el proceso de votación fue tranquilo, se hizo el respectivo conteo de los jurados, con presencia de testigos electorales de las respectivas campañas- las cuales estaban celosas pues sabían lo que se estaba jugando- se conoció el resultado un se inició el escrutinio,’ con presencia de la Procuraduría General de la Nación, ahora se pretende armar desorden.
Sabemos de la serenidad, inteligencia y trayectoria de Ernesto Orozco, expuesto a la tentación de reclamar fuera del cauce legal, alimentada por seguidores con el dolor de la pérdida, y cuyo derecho a ser elegido no debe ser vulnerado.
De no prosperar su queja continuará con el reconocimiento ciudadano, que ya logró en su paso por Comfacesar y que podrá enaltecer en su paso por el Concejo. El Mello igual debe evitar en sus partidarios caer en provocaciones.