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Columnista - 31 mayo, 2013

Las categorías de los Acordeoneros de hoy

En la magistral obra Vallenato, Hombre y Canto, del Doctor Ciro Quiroz Otero, se cita al Padre Enrique Pérez Arbeláez, quien hizo una clasificación de los acordeoneros .

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Por: Jorge Nain Ruiz
 
En la magistral obra  Vallenato, Hombre y Canto, del Doctor Ciro Quiroz Otero, se cita al Padre Enrique Pérez  Arbeláez, quien hizo una clasificación de los acordeoneros en tres grandes grupos: Los jornaleros que adquirían los acordeones con el ahorro de sus jornales y de ninguna manera con el ánimo de obtener beneficios económicos, sino de alegrar y distraer a sus compañeros de faena; un segundo grupo, compuesto por músicos de profesión que alternaban el trabajo material con toques y parrandas los fines de semana, y, por último, una tercera categoría integrada por los vende – música, quienes eran carentes de originalidad, normalmente grandes imitadores y escasos de imaginación.

Quienes hoy adquieren un acordeón con el propósito de aprender a tocarlo, lo más probable es que terminen en uno de los siguientes grupos:

Aquellos que, no obstante tener definida una profesión y un camino laboral, quieren alegrar a sus familiares y amigos en reuniones sociales, pero no desean, ni procuran perfeccionar su interpretación, porque a esa actividad suelen darle el carácter de hobby.

Quienes anhelan convertirse en músicos de profesión y desde muy pequeños adquieren el instrumento poniéndole todo el empeño y dedicación, pero que, por razones diversas como la suerte, no llegan a adquirir fama ni triunfos importantes, pero sí logran hacer de ese arte una manera de ganarse la vida, tocan en bailes, parrandas y obtienen su sustento y el de su familia de esa actividad; a estos casi siempre les toca incursionar en algún otro oficio para sobrevivir.

También tenemos un bloque de músicos que inician muy jóvenes esas lides, aprenden a interpretar el instrumento con gran destreza, adquieren las habilidades y experticia para enfrentarse en franca lid a otros contrincantes en festivales y concursos, logran grabar y en ocasiones hasta hacer popular algunos temas; sin embargo nunca alcanzan a cotizarse lo suficiente para estar entre los preferidos por las disqueras y cantantes del primer nivel; estos también logran vivir de la música, pero les toca, como a los anteriores, compensar con otra actividad lo necesario para sacar adelante un hogar.

Por último tenemos aquellos a quienes todos los astros se les alinean de tal manera que logran a veces en muy corto tiempo llegar a la cima del éxito, la fama y, por supuesto, la riqueza; claro hay que decirlo, es el grupo minoritario, y estos también corren con el riego de una bonanza efímera.  

Columnista
31 mayo, 2013

Las categorías de los Acordeoneros de hoy

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain

En la magistral obra Vallenato, Hombre y Canto, del Doctor Ciro Quiroz Otero, se cita al Padre Enrique Pérez Arbeláez, quien hizo una clasificación de los acordeoneros .


Por: Jorge Nain Ruiz
 
En la magistral obra  Vallenato, Hombre y Canto, del Doctor Ciro Quiroz Otero, se cita al Padre Enrique Pérez  Arbeláez, quien hizo una clasificación de los acordeoneros en tres grandes grupos: Los jornaleros que adquirían los acordeones con el ahorro de sus jornales y de ninguna manera con el ánimo de obtener beneficios económicos, sino de alegrar y distraer a sus compañeros de faena; un segundo grupo, compuesto por músicos de profesión que alternaban el trabajo material con toques y parrandas los fines de semana, y, por último, una tercera categoría integrada por los vende – música, quienes eran carentes de originalidad, normalmente grandes imitadores y escasos de imaginación.

Quienes hoy adquieren un acordeón con el propósito de aprender a tocarlo, lo más probable es que terminen en uno de los siguientes grupos:

Aquellos que, no obstante tener definida una profesión y un camino laboral, quieren alegrar a sus familiares y amigos en reuniones sociales, pero no desean, ni procuran perfeccionar su interpretación, porque a esa actividad suelen darle el carácter de hobby.

Quienes anhelan convertirse en músicos de profesión y desde muy pequeños adquieren el instrumento poniéndole todo el empeño y dedicación, pero que, por razones diversas como la suerte, no llegan a adquirir fama ni triunfos importantes, pero sí logran hacer de ese arte una manera de ganarse la vida, tocan en bailes, parrandas y obtienen su sustento y el de su familia de esa actividad; a estos casi siempre les toca incursionar en algún otro oficio para sobrevivir.

También tenemos un bloque de músicos que inician muy jóvenes esas lides, aprenden a interpretar el instrumento con gran destreza, adquieren las habilidades y experticia para enfrentarse en franca lid a otros contrincantes en festivales y concursos, logran grabar y en ocasiones hasta hacer popular algunos temas; sin embargo nunca alcanzan a cotizarse lo suficiente para estar entre los preferidos por las disqueras y cantantes del primer nivel; estos también logran vivir de la música, pero les toca, como a los anteriores, compensar con otra actividad lo necesario para sacar adelante un hogar.

Por último tenemos aquellos a quienes todos los astros se les alinean de tal manera que logran a veces en muy corto tiempo llegar a la cima del éxito, la fama y, por supuesto, la riqueza; claro hay que decirlo, es el grupo minoritario, y estos también corren con el riego de una bonanza efímera.