Estrategia para afrontar el suicidio A través del lema ‘La vida es bella, tengo razones pa’ vivir’, la administración municipal presentó una estrategia para prevenir el suicidio, – que los expertos prefieren llamar la autoeliminación- haciendo énfasis en el fortalecimiento de valores para disminuir el riesgo, ante cualquier tipo de conducta o problema que se […]
Estrategia para afrontar el suicidio
A través del lema ‘La vida es bella, tengo razones pa’ vivir’, la administración municipal presentó una estrategia para prevenir el suicidio, – que los expertos prefieren llamar la autoeliminación- haciendo énfasis en el fortalecimiento de valores para disminuir el riesgo, ante cualquier tipo de conducta o problema que se le pueda presentar al ser humano.
El programa será operado por la fundación Mi Esperanza, institución que cuenta con personal médico especializado en enfermedades de salud mental y con el soporte espiritual, como una forma de orientar a las personas y evitar que se llegue a cometer el acto.
El programa consiste en la puesta en funcionamiento de un centro de orientación, ubicado en la manzana 56 casa 16, de la primera etapa del barrio Garupal y una línea de atención gratuita que funcionará las veinticuatro horas del día: 3205425593 y 5809470.
“Lo importante es que, una vez se recibe la llamada, se atiende a la persona, se le hace seguimiento a ella y a su familia y se va trabajando en la construcción del tejido social”, dijo el secretario de salud municipal, Antonio María Araujo Calderón.
El pastor Eduardo Calderón, es el director de la fundación Mi Esperanza que opera la estrategia de prevención de la autoeliminación. La institución implementará la estrategia a través de charlas de sensibilización en colegios, universidades y comunidades vulnerables.
La disposición de la línea de atención gratuita que dará la oportunidad de comunicarse a quienes necesitan apoyo en este tipo de situaciones, le permitirá a Calderón y a su equipo de colaboradores, identificar si la persona tiene problemas de depresión, para someterla a tratamiento médico y posteriormente se le brinda apoyo espiritual.
“Cada persona es diferente y hay que enfocar el tratamiento de acuerdo con la conversación que se haya sostenido con ella, lo que nos permite saber hacia donde orientar el tratamiento, aunque en ese primer momento, hay que explicarle a la persona que cualquiera que sea su problema, éste tiene solución y no es quitarse la vida”, expresó el pastor Calderón.
Hoy, Janeth Rosales Manga, da gracias a Dios porque después de haber intentado autoeliminarse, en dos ocasiones, ha sanado su alma y le ha brindado la oportunidad de tener un hogar maravilloso junto a su esposo, el pastor Eduardo Calderón .
“Mi situación se dio por algo muy difícil que viví en mi hogar. Hace 16 años mi esposo era un adúltero, un adicto sexual y comenzó a marcar unas heridas muy profundas en mi corazón, ya que era muy perseverante e insistente en esas actuaciones. Personas que decían ser mis amigas, eran sus amantes, era un problema serio porque tomaba a las mujeres como un objeto sexual; pero le doy gracias a Dios, porque me permitió ser un soldado de su ejército y arrancar esa alma a Satanás y poder decir que, desde entonces, mi esposo, es un hombre fiel, que más nunca se volvió a acostar con otra mujer y tomó la decisión de sanar esa área de su vida, que venía por herencia de maldiciones generacionales por parte de su padre, que también era un adicto sexual”.
“Viví muchos momentos de angustia, me di cuenta, en muchas ocasiones, que muchas mujeres lo seducían y él aceptaba eso y yo comencé a reaccionar. Mi esposo había comprado un arma y cada vez que tenía un conflicto, yo buscaba esa arma y le sacaba dos balas, le dejaba tres y jugaba a la ruleta rusa y él me la quitaba, eso era muy angustiante. De otra manera, también, intenté autoeliminarme, fue desde el puente de Hurtado, pero Dios envió un ángel, una persona -que fue mi compadre-, me vio el desespero, me vio llorando y hasta que no me hizo devolver con él, no me dejó sola. Hoy hace 16 años, tengo el hogar más feliz del mundo, comenzamos en esa terapia de que Dios sanara nuestras heridas. Antes había una voz que me decía mátate, mátate para que ya no sufras más. Hoy te puedo decir que el mundo espiritual es real, pero no podemos dormirnos ante tantas cosas que nos pueden hacer daño para destruir nuestras familias. Yo no busqué una religión, busqué a Dios y cambio mi vida desde el primer momento en que lo recibí”.
Estrategia para afrontar el suicidio A través del lema ‘La vida es bella, tengo razones pa’ vivir’, la administración municipal presentó una estrategia para prevenir el suicidio, – que los expertos prefieren llamar la autoeliminación- haciendo énfasis en el fortalecimiento de valores para disminuir el riesgo, ante cualquier tipo de conducta o problema que se […]
Estrategia para afrontar el suicidio
A través del lema ‘La vida es bella, tengo razones pa’ vivir’, la administración municipal presentó una estrategia para prevenir el suicidio, – que los expertos prefieren llamar la autoeliminación- haciendo énfasis en el fortalecimiento de valores para disminuir el riesgo, ante cualquier tipo de conducta o problema que se le pueda presentar al ser humano.
El programa será operado por la fundación Mi Esperanza, institución que cuenta con personal médico especializado en enfermedades de salud mental y con el soporte espiritual, como una forma de orientar a las personas y evitar que se llegue a cometer el acto.
El programa consiste en la puesta en funcionamiento de un centro de orientación, ubicado en la manzana 56 casa 16, de la primera etapa del barrio Garupal y una línea de atención gratuita que funcionará las veinticuatro horas del día: 3205425593 y 5809470.
“Lo importante es que, una vez se recibe la llamada, se atiende a la persona, se le hace seguimiento a ella y a su familia y se va trabajando en la construcción del tejido social”, dijo el secretario de salud municipal, Antonio María Araujo Calderón.
El pastor Eduardo Calderón, es el director de la fundación Mi Esperanza que opera la estrategia de prevención de la autoeliminación. La institución implementará la estrategia a través de charlas de sensibilización en colegios, universidades y comunidades vulnerables.
La disposición de la línea de atención gratuita que dará la oportunidad de comunicarse a quienes necesitan apoyo en este tipo de situaciones, le permitirá a Calderón y a su equipo de colaboradores, identificar si la persona tiene problemas de depresión, para someterla a tratamiento médico y posteriormente se le brinda apoyo espiritual.
“Cada persona es diferente y hay que enfocar el tratamiento de acuerdo con la conversación que se haya sostenido con ella, lo que nos permite saber hacia donde orientar el tratamiento, aunque en ese primer momento, hay que explicarle a la persona que cualquiera que sea su problema, éste tiene solución y no es quitarse la vida”, expresó el pastor Calderón.
Hoy, Janeth Rosales Manga, da gracias a Dios porque después de haber intentado autoeliminarse, en dos ocasiones, ha sanado su alma y le ha brindado la oportunidad de tener un hogar maravilloso junto a su esposo, el pastor Eduardo Calderón .
“Mi situación se dio por algo muy difícil que viví en mi hogar. Hace 16 años mi esposo era un adúltero, un adicto sexual y comenzó a marcar unas heridas muy profundas en mi corazón, ya que era muy perseverante e insistente en esas actuaciones. Personas que decían ser mis amigas, eran sus amantes, era un problema serio porque tomaba a las mujeres como un objeto sexual; pero le doy gracias a Dios, porque me permitió ser un soldado de su ejército y arrancar esa alma a Satanás y poder decir que, desde entonces, mi esposo, es un hombre fiel, que más nunca se volvió a acostar con otra mujer y tomó la decisión de sanar esa área de su vida, que venía por herencia de maldiciones generacionales por parte de su padre, que también era un adicto sexual”.
“Viví muchos momentos de angustia, me di cuenta, en muchas ocasiones, que muchas mujeres lo seducían y él aceptaba eso y yo comencé a reaccionar. Mi esposo había comprado un arma y cada vez que tenía un conflicto, yo buscaba esa arma y le sacaba dos balas, le dejaba tres y jugaba a la ruleta rusa y él me la quitaba, eso era muy angustiante. De otra manera, también, intenté autoeliminarme, fue desde el puente de Hurtado, pero Dios envió un ángel, una persona -que fue mi compadre-, me vio el desespero, me vio llorando y hasta que no me hizo devolver con él, no me dejó sola. Hoy hace 16 años, tengo el hogar más feliz del mundo, comenzamos en esa terapia de que Dios sanara nuestras heridas. Antes había una voz que me decía mátate, mátate para que ya no sufras más. Hoy te puedo decir que el mundo espiritual es real, pero no podemos dormirnos ante tantas cosas que nos pueden hacer daño para destruir nuestras familias. Yo no busqué una religión, busqué a Dios y cambio mi vida desde el primer momento en que lo recibí”.