Por: Jorge Eduardo Avila “La voz del pueblo es la voz de Dios”. El domingo pasado Colombia salió a votar, la participación fue del 59%. El 29 de octubre estábamos llamados a elegir alcaldes, gobernadores, concejales y ediles a lo largo y ancho del país. Los resultados no nos sorprendieron y dejaron en claro que […]
Por: Jorge Eduardo Avila
“La voz del pueblo es la voz de Dios”. El domingo pasado Colombia salió a votar, la participación fue del 59%. El 29 de octubre estábamos llamados a elegir alcaldes, gobernadores, concejales y ediles a lo largo y ancho del país.
Los resultados no nos sorprendieron y dejaron en claro que tomaron dichas elecciones como un plebiscito al gobierno Petro, no estamos contentos con lo que viene pasando, con la manera como están dirigiendo los destinos de Colombia, quienes hoy detentan el poder.
Llegaron allí precisamente por decisión del pueblo, dejemos atrás los argumentos de que llegaron porque corrieron estratégicamente la línea ética y la artimaña les resultó. Están ahí, y lo están haciendo mal, muy mal. Por eso, la gente habló, el pueblo no se calló, es que en las democracias, el voto tiene voz. Lo que escuchamos el domingo anterior después de las 4 PM, fue un grito ensordecedor: ¡basta ya! Nos equivocamos hace 18 meses pero ahora estamos acá para corregir ese exabrupto.
Mal hará el gobierno Petro en hacerse el de la vista gorda ante el clamor nacional. Vimos cómo en el Congreso, a los pocos días de la debacle electoral del gobierno, las discusiones sobre la reforma a la salud fueron aplazadas en tanto que las elecciones generaron dudas acerca de su apoyo a la misma.
Si bien los congresistas estuvieron dedicados al estudio y aprobación de varias iniciativas del gobierno -quiero pensar que lo hicieron porque la gente eligió esas ideas en las pasadas elecciones presidenciales-, ahora el tono fue otro porque la gente votó en contrario. La izquierda recibió una verdadera paliza.
Lo de las alcaldías de Barranquilla y Medellín ya lo veíamos venir; pero el triunfo de Alejandro Éder en Cali y que Juan Daniel Oviedo desbancara del segundo lugar a Bolívar, aunque soñábamos con que pasaran, fueron una verdadera cachetada para el gobierno. Seguramente el ministro Velasco dejará muy pronto su cartera y otros saldrán por la misma puerta.
La ejecución del gobierno es la más baja de la historia y decisiones como el manejo de la guerra de Rusia contra Ucrania y el conflicto bélico en medio oriente le han pasado cuentas de cobro contundentes en las urnas.
Quienes hemos elegido el camino de la oposición reflexiva estamos contentos, ganó Colombia. El concepto de estado de la izquierda, que se erige sobre el resentimiento y el revanchismo, no lo queremos la mayoría, eso está claro. Debemos regresar a apoyar al empresario que es quien genera empleo y riqueza, las cosas deben regresar a su lugar. Eso sí, estamos de acuerdo, y lo hemos sostenido así desde hace varios años, con que la inversión social debe ir creciendo conforme pasa el tiempo; esta es la única manera de trabajar en la mejora de índices de equidad, hay que invertir en lo social. Y si a esto le sumamos una economía fuerte y vigorosa, el panorama en el corto y mediano plazo empieza a cambiar.
Al Centro Democrático del presidente Uribe le fue muy bien, casi 9 millones de votos lo dejaron bien parado en esta contienda. Barrieron ‘Fico’ y Rendón en Antioquia, Galán ganó tranquilo, sobrado, y Oviedo, si aprovecha bien la palomita en el Concejo Distrital, queda de primero en el partidor para suceder a Galán.
Sin duda los Char y Éder ganaron, Cali fue la mejor noticia de la jornada: salió mal librado Jorge Iván Ospina y la unión de Éder y Diana Rojas les generó una enorme cosecha. Bien por Cali, bien por Medellín, el clan de Quintero, que se ha robado la ciudad, quedó muy maltrecho, lo aplastaron. ¡Duro con las ratas!
Alegra que Petro y Bolívar recibieran esta reprimenda. La nación que hace meses los arropó hoy les da la espalda y los deja heridos de muerte. Petro está en la lona y parece difícil que se levante. ¡KO!
Mientras tanto, Claudia Margarita Zuleta fue una digna rival y estuvo a poco más de 40 mil votos de ganar, sin maquinaria, sin corrupción, a punta de puro trabajo. Fue la candidata que obtuvo más votos en Valledupar y en un par de municipios más. Qué bueno que repita en la Asamblea y quede lista para llegar a la Gobernación dentro de 4 años, se lo merece.
Por: Jorge Eduardo Avila “La voz del pueblo es la voz de Dios”. El domingo pasado Colombia salió a votar, la participación fue del 59%. El 29 de octubre estábamos llamados a elegir alcaldes, gobernadores, concejales y ediles a lo largo y ancho del país. Los resultados no nos sorprendieron y dejaron en claro que […]
Por: Jorge Eduardo Avila
“La voz del pueblo es la voz de Dios”. El domingo pasado Colombia salió a votar, la participación fue del 59%. El 29 de octubre estábamos llamados a elegir alcaldes, gobernadores, concejales y ediles a lo largo y ancho del país.
Los resultados no nos sorprendieron y dejaron en claro que tomaron dichas elecciones como un plebiscito al gobierno Petro, no estamos contentos con lo que viene pasando, con la manera como están dirigiendo los destinos de Colombia, quienes hoy detentan el poder.
Llegaron allí precisamente por decisión del pueblo, dejemos atrás los argumentos de que llegaron porque corrieron estratégicamente la línea ética y la artimaña les resultó. Están ahí, y lo están haciendo mal, muy mal. Por eso, la gente habló, el pueblo no se calló, es que en las democracias, el voto tiene voz. Lo que escuchamos el domingo anterior después de las 4 PM, fue un grito ensordecedor: ¡basta ya! Nos equivocamos hace 18 meses pero ahora estamos acá para corregir ese exabrupto.
Mal hará el gobierno Petro en hacerse el de la vista gorda ante el clamor nacional. Vimos cómo en el Congreso, a los pocos días de la debacle electoral del gobierno, las discusiones sobre la reforma a la salud fueron aplazadas en tanto que las elecciones generaron dudas acerca de su apoyo a la misma.
Si bien los congresistas estuvieron dedicados al estudio y aprobación de varias iniciativas del gobierno -quiero pensar que lo hicieron porque la gente eligió esas ideas en las pasadas elecciones presidenciales-, ahora el tono fue otro porque la gente votó en contrario. La izquierda recibió una verdadera paliza.
Lo de las alcaldías de Barranquilla y Medellín ya lo veíamos venir; pero el triunfo de Alejandro Éder en Cali y que Juan Daniel Oviedo desbancara del segundo lugar a Bolívar, aunque soñábamos con que pasaran, fueron una verdadera cachetada para el gobierno. Seguramente el ministro Velasco dejará muy pronto su cartera y otros saldrán por la misma puerta.
La ejecución del gobierno es la más baja de la historia y decisiones como el manejo de la guerra de Rusia contra Ucrania y el conflicto bélico en medio oriente le han pasado cuentas de cobro contundentes en las urnas.
Quienes hemos elegido el camino de la oposición reflexiva estamos contentos, ganó Colombia. El concepto de estado de la izquierda, que se erige sobre el resentimiento y el revanchismo, no lo queremos la mayoría, eso está claro. Debemos regresar a apoyar al empresario que es quien genera empleo y riqueza, las cosas deben regresar a su lugar. Eso sí, estamos de acuerdo, y lo hemos sostenido así desde hace varios años, con que la inversión social debe ir creciendo conforme pasa el tiempo; esta es la única manera de trabajar en la mejora de índices de equidad, hay que invertir en lo social. Y si a esto le sumamos una economía fuerte y vigorosa, el panorama en el corto y mediano plazo empieza a cambiar.
Al Centro Democrático del presidente Uribe le fue muy bien, casi 9 millones de votos lo dejaron bien parado en esta contienda. Barrieron ‘Fico’ y Rendón en Antioquia, Galán ganó tranquilo, sobrado, y Oviedo, si aprovecha bien la palomita en el Concejo Distrital, queda de primero en el partidor para suceder a Galán.
Sin duda los Char y Éder ganaron, Cali fue la mejor noticia de la jornada: salió mal librado Jorge Iván Ospina y la unión de Éder y Diana Rojas les generó una enorme cosecha. Bien por Cali, bien por Medellín, el clan de Quintero, que se ha robado la ciudad, quedó muy maltrecho, lo aplastaron. ¡Duro con las ratas!
Alegra que Petro y Bolívar recibieran esta reprimenda. La nación que hace meses los arropó hoy les da la espalda y los deja heridos de muerte. Petro está en la lona y parece difícil que se levante. ¡KO!
Mientras tanto, Claudia Margarita Zuleta fue una digna rival y estuvo a poco más de 40 mil votos de ganar, sin maquinaria, sin corrupción, a punta de puro trabajo. Fue la candidata que obtuvo más votos en Valledupar y en un par de municipios más. Qué bueno que repita en la Asamblea y quede lista para llegar a la Gobernación dentro de 4 años, se lo merece.