José Cuesta es un miembro de la bancada de Colombia Humana-Pacto Histórico en el honorable Concejo de Bogotá D.C., firmante del acuerdo de Paz con el M-19, filósofo con maestría en Estudios Políticos de la Universidad Javeriana y gran activista en causas a favor de la vida y la protección del ambiente, visibilizándose por su férrea defensa de la amenazada Reserva Thomas Van Der Hammen.
José Cuesta es un miembro de la bancada de Colombia Humana-Pacto Histórico en el honorable Concejo de Bogotá D.C., firmante del acuerdo de Paz con el M-19, filósofo con maestría en Estudios Políticos de la Universidad Javeriana y gran activista en causas a favor de la vida y la protección del ambiente, visibilizándose por su férrea defensa de la amenazada Reserva Thomas Van Der Hammen.
Por sus vínculos familiares y afectivos con Valledupar nos visitó los primeros días de enero, interrumpiendo vacaciones para dedicarse a revisar la actualidad regional, escuchando en varias reuniones las válidas inquietudes de los activistas políticos tanto de Colombia Humana como del Pacto Histórico e incluso independientes.
Aparte de la fundamentada defensa al gobierno Petro que hizo, lo más importante de sus mensajes estuvo en quitarle fuerza a la antropofagia partidista que se percibe en las huestes progresistas, cuya inspiración bizantina solo nos reserva el fracaso electoral, dilapidando la oportunidad histórica de convertirnos en una deliberante fuerza política que se mantenga en el tiempo.
Muy oportuna la invitación a la concordia, teniendo en cuenta que desde diferentes posturas hay algo claro y es que no hay fracturas ideológicas que prevean deserciones, sino que por el contrario, a pesar de que nos dicen “petristes”, producto de la desatención del gobierno nacional, nos mantenemos firmes en nuestra convicción política. Por lo que solo es renovar los puntos de encuentro filosófico en una gran unión, para no perecer en el voraz clientelismo tradicional que fomenta la división antagonista en beneficio de su supervivencia electoral.
Así como sucedió en el periodo denominado La Patria Boba, en el que luego del grito de independencia, federalistas y centralistas se dedicaron a pelear obstinadamente entre sí, hasta que llegó Pablo Morillo a ‘pacificar’ a sangre y fuego el sofoco de autonomía de la naciente república; igualmente corremos el riesgo que, en medio de enconadas discusiones sin sentido, facturas de antiguas elecciones, exclusiones acomodadas para beneficios personalistas y todo tipo de yerros políticos, llegue la política tradicional a ‘adoctrinar’ en la desesperanza el grito progresista de libertad, luego de 200 años de discriminación antidemocrática.
Claro que vamos a necesitar el acompañamiento de la dirigencia nacional, como garantes de los pactos y por supuesto, también será útil el empoderamiento del Gobierno del Cambio, para que las fuerzas regionales podamos sentirnos partícipes de los centenares de logros que hoy son una realidad, así no los reconozcan los grandes canales informativos nacionales, pero que sí están siendo capitalizados por quienes nos van a enfrentar electoralmente en un cercano futuro.
Si todos cumplimos fielmente el rol que nos corresponde, muy seguramente vamos a tener unas bases populares motivadas y con la suficiente moral y conocimiento, para seducir electores programáticamente y reclamar en las calles los espacios democráticos que con la compra de conciencias nos niegan. La desinformación mediática nos reta a reclamar la autoría política de los logros ciertos que están llegando a la gente. Ese es el camino para mostrar que sí somos el cambio y la verdadera opción para dejar de ser el país más desigual de América. Fuerte abrazo.
Por: Antonio María Araujo Calderón.
José Cuesta es un miembro de la bancada de Colombia Humana-Pacto Histórico en el honorable Concejo de Bogotá D.C., firmante del acuerdo de Paz con el M-19, filósofo con maestría en Estudios Políticos de la Universidad Javeriana y gran activista en causas a favor de la vida y la protección del ambiente, visibilizándose por su férrea defensa de la amenazada Reserva Thomas Van Der Hammen.
José Cuesta es un miembro de la bancada de Colombia Humana-Pacto Histórico en el honorable Concejo de Bogotá D.C., firmante del acuerdo de Paz con el M-19, filósofo con maestría en Estudios Políticos de la Universidad Javeriana y gran activista en causas a favor de la vida y la protección del ambiente, visibilizándose por su férrea defensa de la amenazada Reserva Thomas Van Der Hammen.
Por sus vínculos familiares y afectivos con Valledupar nos visitó los primeros días de enero, interrumpiendo vacaciones para dedicarse a revisar la actualidad regional, escuchando en varias reuniones las válidas inquietudes de los activistas políticos tanto de Colombia Humana como del Pacto Histórico e incluso independientes.
Aparte de la fundamentada defensa al gobierno Petro que hizo, lo más importante de sus mensajes estuvo en quitarle fuerza a la antropofagia partidista que se percibe en las huestes progresistas, cuya inspiración bizantina solo nos reserva el fracaso electoral, dilapidando la oportunidad histórica de convertirnos en una deliberante fuerza política que se mantenga en el tiempo.
Muy oportuna la invitación a la concordia, teniendo en cuenta que desde diferentes posturas hay algo claro y es que no hay fracturas ideológicas que prevean deserciones, sino que por el contrario, a pesar de que nos dicen “petristes”, producto de la desatención del gobierno nacional, nos mantenemos firmes en nuestra convicción política. Por lo que solo es renovar los puntos de encuentro filosófico en una gran unión, para no perecer en el voraz clientelismo tradicional que fomenta la división antagonista en beneficio de su supervivencia electoral.
Así como sucedió en el periodo denominado La Patria Boba, en el que luego del grito de independencia, federalistas y centralistas se dedicaron a pelear obstinadamente entre sí, hasta que llegó Pablo Morillo a ‘pacificar’ a sangre y fuego el sofoco de autonomía de la naciente república; igualmente corremos el riesgo que, en medio de enconadas discusiones sin sentido, facturas de antiguas elecciones, exclusiones acomodadas para beneficios personalistas y todo tipo de yerros políticos, llegue la política tradicional a ‘adoctrinar’ en la desesperanza el grito progresista de libertad, luego de 200 años de discriminación antidemocrática.
Claro que vamos a necesitar el acompañamiento de la dirigencia nacional, como garantes de los pactos y por supuesto, también será útil el empoderamiento del Gobierno del Cambio, para que las fuerzas regionales podamos sentirnos partícipes de los centenares de logros que hoy son una realidad, así no los reconozcan los grandes canales informativos nacionales, pero que sí están siendo capitalizados por quienes nos van a enfrentar electoralmente en un cercano futuro.
Si todos cumplimos fielmente el rol que nos corresponde, muy seguramente vamos a tener unas bases populares motivadas y con la suficiente moral y conocimiento, para seducir electores programáticamente y reclamar en las calles los espacios democráticos que con la compra de conciencias nos niegan. La desinformación mediática nos reta a reclamar la autoría política de los logros ciertos que están llegando a la gente. Ese es el camino para mostrar que sí somos el cambio y la verdadera opción para dejar de ser el país más desigual de América. Fuerte abrazo.
Por: Antonio María Araujo Calderón.