Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 1 febrero, 2015

La Vieja Mello… Votos y devotos

“Fui a Riohacha el día dos de febrero, esa ciudad me pareció bonita”: Armando Zabaleta. Como el tiempo es inexorable nos encontramos ante la primacía de la realidad litúrgica de la fiesta reservada en el calendario a la siempre milagrosa Virgen de los Remedios a la cual los viejos también llaman “La Candelaria”, y los […]

Boton Wpp

“Fui a Riohacha el día dos de febrero, esa ciudad me pareció bonita”: Armando Zabaleta.

Como el tiempo es inexorable nos encontramos ante la primacía de la realidad litúrgica de la fiesta reservada en el calendario a la siempre milagrosa Virgen de los Remedios a la cual los viejos también llaman “La Candelaria”, y los Riohacheros raizales que tienen más confianza con ella le dicen “La Vieja Mello”.

Decía Evaristo, mi padre, que se trataba de un día de fiesta para la gente decente, y que es deber de todo ciudadano asistir al Tedeum como testimonio de gratitud a sus sucesivos milagros, entre otros por haber salvado a Riohacha cuando el mar se la estaba tragando, este día mi viejo lo disfrutaba a plenitud, y aprovechaba muy bien para sus reencuentros con sus buenos amigos, muchos de ellos políticos sin que aquello tuviera connotaciones electorales, solo se pretendía homenajear a la Santa y no como sucede muchas veces en la actualidad, que mientras en la Catedral los actos son presididos por quienes hicieron votos de castidad, afuera y sin escuchar la misa, otros buscan votos por cantidad.

La fiesta más importante del almanaque Santoral de La Guajira, me decía mi padre, era un festejo de alborozo y regocijo de los devotos con su Santa Patrona, no se asumía como pretexto para usar su nombre en busca de votos, ella era la reina y sus rituales acompañados, acatados y respetados, en ese tiempo decía mi viejo, la capital del departamento que entonces era intendencia, era habitada por gente trabajadora, emprendedora, intelectual, de exigente oído para la música y finos modales, la palabra era sagrada y los negocios se cerraban con un apretón de manos.

Existen testimonios creíbles y bien documentados que dan cuenta de la presencia de la Virgen en momentos de dificultad; al respecto conozco un magistral relato del abogado e historiador Orlando Vidal Joiro, que se refiere a lo sucedido a Don Pedro Pimienta a quien su mujer le pidió que no fuera a salir de la ciudad para el sector rural donde dirigía una obra porque era víspera del día de la Virgen de los Remedios, y este le respondió en actitud altanera con una pregunta burlona: “¿Tu todavía crees en Santos que mean?, y seguidamente emprendió el viaje a lomo de mula y no obstante que estaba acostumbrado a transitarlo, de un momento a otro súbitamente quedó desorientado, olvidó el camino, y permaneció más de veinticuatro horas perdido y deshidratado, y cuando cayó vencido por la falta de alimentos, agua y el cansancio, en sueños aclamó a la Vieja Mello pidiendo ayuda, y se le apareció una mujer, y despertó ya orientado, con energías para caminar y así pudo llegar finalmente a su destino.

Más recientemente y a pesar de todos los operativos por aire mar y tierra que adelantaron las autoridades destinadas para el rescate y/o localización del empresario Moisés Henríquez que había sido secuestrado, todo fue infructuoso y este apareció sano y salvo coincidencialmente liberado por sus captores varios meses después, precisamente el 2 de febrero. Tienen razón entonces los nacidos y los que vivimos en Riohacha para una celebración entusiasta pero que sea la Virgen el verdadero motivo y no otras cositas más afines a los votos que a los devotos.

@Neme_AcostaM

Columnista
1 febrero, 2015

La Vieja Mello… Votos y devotos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Eduardo Acosta Medina

“Fui a Riohacha el día dos de febrero, esa ciudad me pareció bonita”: Armando Zabaleta. Como el tiempo es inexorable nos encontramos ante la primacía de la realidad litúrgica de la fiesta reservada en el calendario a la siempre milagrosa Virgen de los Remedios a la cual los viejos también llaman “La Candelaria”, y los […]


“Fui a Riohacha el día dos de febrero, esa ciudad me pareció bonita”: Armando Zabaleta.

Como el tiempo es inexorable nos encontramos ante la primacía de la realidad litúrgica de la fiesta reservada en el calendario a la siempre milagrosa Virgen de los Remedios a la cual los viejos también llaman “La Candelaria”, y los Riohacheros raizales que tienen más confianza con ella le dicen “La Vieja Mello”.

Decía Evaristo, mi padre, que se trataba de un día de fiesta para la gente decente, y que es deber de todo ciudadano asistir al Tedeum como testimonio de gratitud a sus sucesivos milagros, entre otros por haber salvado a Riohacha cuando el mar se la estaba tragando, este día mi viejo lo disfrutaba a plenitud, y aprovechaba muy bien para sus reencuentros con sus buenos amigos, muchos de ellos políticos sin que aquello tuviera connotaciones electorales, solo se pretendía homenajear a la Santa y no como sucede muchas veces en la actualidad, que mientras en la Catedral los actos son presididos por quienes hicieron votos de castidad, afuera y sin escuchar la misa, otros buscan votos por cantidad.

La fiesta más importante del almanaque Santoral de La Guajira, me decía mi padre, era un festejo de alborozo y regocijo de los devotos con su Santa Patrona, no se asumía como pretexto para usar su nombre en busca de votos, ella era la reina y sus rituales acompañados, acatados y respetados, en ese tiempo decía mi viejo, la capital del departamento que entonces era intendencia, era habitada por gente trabajadora, emprendedora, intelectual, de exigente oído para la música y finos modales, la palabra era sagrada y los negocios se cerraban con un apretón de manos.

Existen testimonios creíbles y bien documentados que dan cuenta de la presencia de la Virgen en momentos de dificultad; al respecto conozco un magistral relato del abogado e historiador Orlando Vidal Joiro, que se refiere a lo sucedido a Don Pedro Pimienta a quien su mujer le pidió que no fuera a salir de la ciudad para el sector rural donde dirigía una obra porque era víspera del día de la Virgen de los Remedios, y este le respondió en actitud altanera con una pregunta burlona: “¿Tu todavía crees en Santos que mean?, y seguidamente emprendió el viaje a lomo de mula y no obstante que estaba acostumbrado a transitarlo, de un momento a otro súbitamente quedó desorientado, olvidó el camino, y permaneció más de veinticuatro horas perdido y deshidratado, y cuando cayó vencido por la falta de alimentos, agua y el cansancio, en sueños aclamó a la Vieja Mello pidiendo ayuda, y se le apareció una mujer, y despertó ya orientado, con energías para caminar y así pudo llegar finalmente a su destino.

Más recientemente y a pesar de todos los operativos por aire mar y tierra que adelantaron las autoridades destinadas para el rescate y/o localización del empresario Moisés Henríquez que había sido secuestrado, todo fue infructuoso y este apareció sano y salvo coincidencialmente liberado por sus captores varios meses después, precisamente el 2 de febrero. Tienen razón entonces los nacidos y los que vivimos en Riohacha para una celebración entusiasta pero que sea la Virgen el verdadero motivo y no otras cositas más afines a los votos que a los devotos.

@Neme_AcostaM