Lo curioso si se fija es que la hinchada seguía vivando a su equipo a pesar que sonaba el himno patrio. Interrumpía ante la atenta mirada de los jugadores que, sosegados por el rito solemne, quedaban estupefactos por un escándalo bochornoso.

La gente cambió de patria y pareciera ser que la verdadera patria es el club de fútbol. Los corazones se arropan al unísono con esta inconfundible messe sur scène. Se ven hechizados y hasta embrutecidos, digamos.

En casas de apuestas-deportivas.es puede ratificar lo que le digo.

¡Es un sentimiento!. A todos les parece más sagrado las bandas rojas o celestes de sus equipos que la de su país. La emoción queda sacralizada en las banderas caseras que confeccionan los hinchas. Pisotearlas es un pecado.

El camino a la locura está librado. Las personas están enloquecidas. Para que todo esto suceda hay que estar loco. No cabe duda. Llegar al grado máximo de euforia. Esa demencia creciente.

Imagínese esas radios inundadas y esos televisores levantando estas noticias las 24 horas al día. La pasión tirará del carro en toda ocasión. La pasión será el pan de multitudes. Incluso ya teólogos avizoran un cataclismo alrededor de la pasión futbolera muy grande. Habrá políticos metaforizando goles en sus discursos. Estamos llegando a una verdadera rebelión mundial. Los cortes en las autopistas no tardarán en llegar. Las huelgas laborales tendrán mecha.

El fútbol lo ocupará todo. Los himnos nacionales pasarán a un segundo plano. Los cánticos genuinos de las tribunas y sus equipos, están a la cabeza. La ficción superará en muchos barnices a la realidad.

Piense que estamos creando una sociedad de locos. De románticos y locos. Locos por el fútbol. Apasionados que no lo ven como irreverencia mas sí como corpus.

Andarán demagogos y en franca gritería por las calles. Inventarán normas absurdas. Secuestrarán eventos que no sean contestes al fútbol a emisoras radiales deportivas. Nadie podrá controlar el tránsito porque los niños jugarán día y noche correteando con sus balones, sin remedio.

Muchos periodistas cambiarán su cobertura informativa hacia las hinchadas del mundo. Todas las operaciones mentales en materia de opinión conversarán el idioma de la demencia.

Toda sabiduría estará en los partidos de fútbol. Los libros y las enciclopedias historiográficas atesorarán en sus páginas los partidos emblemáticos.

Como en el estallido popular de Constantinopla, acuñado “disturbios de la Niká”, las facciones se pintarán entre “verdes” y “azules”.

La verdadera patria es el fútbol y se vive en casas de apuestas-deportivas.es.

Apostar seguridad

Las regulaciones adoptadas cumplen requisitos normados para continuar operando en territorio colombiano.

América Latina resulta un mercado creciente y nuevo para representar en modo auténticos a los usuarios que deseen entretenerse y demostrar sus conocimientos sobre el fútbol y el deporte en general.

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Probablemente sea el factor más determinante: corrobora si la casa de apuestas está habilitada por la DGOJ.

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