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Editorial - 30 noviembre, 2021

La verdad como oportunidad para la paz

Pensar y repensar qué queremos como sociedad es un tema central. Que sea este quinto aniversario del Acuerdo de Paz el escenario propicio para hacerlo y tomar partido en el asunto.

El tango de Gardel titulado ‘Volver’ asegura: “…Qué es un soplo la vida, que veinte años no es nada…”. Traemos a colación este inolvidable tango del artista argentino para parodiar que “cinco años no es nada” y que faltan muchos cinco años más para lograr las transformaciones que requiere el país, que permitan superar el conflicto armado y abrir la anhelada puerta de la paz, con justicia, verdad, reparación y no repetición.

Durante estos días del mes de noviembre, cuando el país mira, revisa, analiza y cuestiona la implementación del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc, es importante resaltar los pasos (de pronto lentos) que se han dado de la mano de toda la sociedad, del Estado y de la cooperación internacional.

Son cinco puntos los acordados: i) Reforma Rural Integral; ii) Participación política; iii) Fin del conflicto; iv) Solución al problema de las drogas ilícitas, y v) Víctimas. Sí es cierto que son bajos los porcentajes de implementación de algunos de estos puntos acordados, pero el que se debe destacar por la dinámica que ha tenido es el punto quinto, el que le dio vida al Sistema Integral para la Paz, conformado por la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y la Unidad de Búsquedas de personas dadas por Desaparecidas.

En diferentes escenarios, judiciales y extrajudiciales, las tres entidades hacen el llamado a que Colombia hoy renueve la convocatoria hacia esa paz grande, por encima de todos los intereses políticos de partidos.

Una de esas voces es la del presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco De Roux, quien dice: “Necesitamos la grandeza humana que acoge con determinación el Acuerdo establecido para ponerlo en práctica y para acrecentarlo y enriquecerlo”.

EL PILÓN se une a ese llamado, extendido a todos los sectores de la sociedad, pero especialmente a los habitantes del Cesar y La Guajira, donde se escuchan voces que hablan de reconciliación, pero también de temor por el regreso de la noche oscura. Por eso esperamos que la verdad, de la que se encarga la Comisión, sea una real oportunidad para la paz, en el entendido de que conocer y reconocer lo que ha pasado por cuenta del conflicto armado es necesario para avanzar en esa difícil construcción de paz.

Sabemos que en este territorio se encuentran dos espacios (ya convertidos en veredas), donde un número importante de los firmantes del Acuerdo (antes miembros de Farc) hacen su apuesta por la paz; también sabemos que la sociedad civil está cercana a las tres instituciones del Sistema Integral para la Paz, que han logrado concertar Pactos por la Búsqueda y la No Repetición; solo en el Cesar hay más de 3.700 personas de las cuales se desconoce su paradero y qué les pasó.

Pensar y repensar qué queremos como sociedad es un tema central. Que sea este quinto aniversario del Acuerdo de Paz el escenario propicio para hacerlo y tomar partido en el asunto. Se necesitan muchos años más, décadas quizás, para lograrlo.

Editorial
30 noviembre, 2021

La verdad como oportunidad para la paz

Pensar y repensar qué queremos como sociedad es un tema central. Que sea este quinto aniversario del Acuerdo de Paz el escenario propicio para hacerlo y tomar partido en el asunto.


El tango de Gardel titulado ‘Volver’ asegura: “…Qué es un soplo la vida, que veinte años no es nada…”. Traemos a colación este inolvidable tango del artista argentino para parodiar que “cinco años no es nada” y que faltan muchos cinco años más para lograr las transformaciones que requiere el país, que permitan superar el conflicto armado y abrir la anhelada puerta de la paz, con justicia, verdad, reparación y no repetición.

Durante estos días del mes de noviembre, cuando el país mira, revisa, analiza y cuestiona la implementación del Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las Farc, es importante resaltar los pasos (de pronto lentos) que se han dado de la mano de toda la sociedad, del Estado y de la cooperación internacional.

Son cinco puntos los acordados: i) Reforma Rural Integral; ii) Participación política; iii) Fin del conflicto; iv) Solución al problema de las drogas ilícitas, y v) Víctimas. Sí es cierto que son bajos los porcentajes de implementación de algunos de estos puntos acordados, pero el que se debe destacar por la dinámica que ha tenido es el punto quinto, el que le dio vida al Sistema Integral para la Paz, conformado por la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad y la Unidad de Búsquedas de personas dadas por Desaparecidas.

En diferentes escenarios, judiciales y extrajudiciales, las tres entidades hacen el llamado a que Colombia hoy renueve la convocatoria hacia esa paz grande, por encima de todos los intereses políticos de partidos.

Una de esas voces es la del presidente de la Comisión de la Verdad, Francisco De Roux, quien dice: “Necesitamos la grandeza humana que acoge con determinación el Acuerdo establecido para ponerlo en práctica y para acrecentarlo y enriquecerlo”.

EL PILÓN se une a ese llamado, extendido a todos los sectores de la sociedad, pero especialmente a los habitantes del Cesar y La Guajira, donde se escuchan voces que hablan de reconciliación, pero también de temor por el regreso de la noche oscura. Por eso esperamos que la verdad, de la que se encarga la Comisión, sea una real oportunidad para la paz, en el entendido de que conocer y reconocer lo que ha pasado por cuenta del conflicto armado es necesario para avanzar en esa difícil construcción de paz.

Sabemos que en este territorio se encuentran dos espacios (ya convertidos en veredas), donde un número importante de los firmantes del Acuerdo (antes miembros de Farc) hacen su apuesta por la paz; también sabemos que la sociedad civil está cercana a las tres instituciones del Sistema Integral para la Paz, que han logrado concertar Pactos por la Búsqueda y la No Repetición; solo en el Cesar hay más de 3.700 personas de las cuales se desconoce su paradero y qué les pasó.

Pensar y repensar qué queremos como sociedad es un tema central. Que sea este quinto aniversario del Acuerdo de Paz el escenario propicio para hacerlo y tomar partido en el asunto. Se necesitan muchos años más, décadas quizás, para lograrlo.