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Editorial - 13 abril, 2010

La UPC y la llegada de la Universidad Nacional

El anuncio del establecimiento de una sede de la Universidad Nacional en Valledupar, conocido hace varios meses, fue recibido en un principio con mucha resistencia por parte de la comunidad académica de la Universidad Popular del Cesar (UPC). De allí que hoy registremos con complacencia una nueva actitud de parte de las directivas de la […]

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El anuncio del establecimiento de una sede de la Universidad Nacional en Valledupar, conocido hace varios meses, fue recibido en un principio con mucha resistencia por parte de la comunidad académica de la Universidad Popular del Cesar (UPC). De allí que hoy registremos con complacencia una nueva actitud de parte de las directivas de la Popular ante la llegada de la Nacional a esta zona del país.
Así lo ha comprendido el nuevo rector de la UPC, Raúl Maya Pabón, quien tiene claro la llegada de la Nacional le abre nuevos escenarios en materia académica y de investigación a la UPC.
Y poco a poco se ha ido entendiendo las ventajas que tendría para la juventud y la comunidad toda del Cesar, La Guajira y la Costa Atlántica, en General, de concretarse este buen proyecto.
Otro paso importante, en este mismo sentido, es la autorización de la Asamblea del Cesar al gobernador para adquirir los predios donde funcionaría la sede la Universidad Nacional, el alma mater y la mejor universidad del país, según la gran mayoría de los parámetros de evaluación de las instituciones de educación superior en el país.
Avanza por buen camino, pues, el proyecto de crear una sede de la Universidad Nacional en el Cesar, particularmente cerca a Valledupar, su capital.
La sede de la Nacional sería de vital importancia para respaldar los programas de pregrado, post-grado  y los trabajos de investigación que se estén adelantando en la UPC, en beneficio, reiteramos, de nuestra juventud, en primer lugar, y del desarrollo económico, social y cultural del Cesar y La Guajira, y en general de toda la Costa Atlántica.
La Universidad Nacional no tiene sede en la parte continental de la Costa Atlántica, sino en la Isla de San Andrés y Providencia, de allí que sea mayor la importancia de apoyar la creación de esta sede, y presionar por la misma ante el Gobierno Nacional.
La idea es que la sede de la Nacional inicie con programas de pregrado y de post-grado que no tiene la UPC y más adelante se podrían realizar alianzas por medio de convenios entre las dos instituciones, en beneficio de la población estudiantil.
Con la llegada de la Nacional, adicionalmente, se aumentará sustancialmente la cobertura en materia de educación superior y podría significar, además, avanzar en el objetivo de convertir a Valledupar en una ciudad universitaria en el concierto de la Costa, teniendo en cuenta toda su área de influencia en el Cesar, La Guajira y el Magdalena, inclusive. La sede de la Nacional es sinónimo de desarrollo y de progreso para esta región del país y para concretarlo se requiere el apoyo, también de los nuevos representantes del departamento al Congreso de la República y de los gremios de la producción.

Ojo con las encuestas

Desde estas páginas, hemos advertido con tristeza que la política nacional se ha reducido a esperar los resultados de las encuestas y que la divulgación de propuestas novedosas, sobre la visión del Estado y de la economía, por ejemplo,  han brillado por su ausencia.
Ayer el Presidente del Consejo Nacional Electoral, Marco Emilio Hincapié, ha advertido que las empresas realizadoras de encuestas tienen que someterse  y respetar una regulación especial que busca evitar sesgos y manipulación de la opinión del público.
En primer lugar, ha dicho Hincapié, hay que distinguir entre sondeos y encuestas; muchas veces, en el país los medios de comunicación, en general, realizan sondeos que son presentados como encuestas y esto se puede prestar para intentos de manipulación de las preferencias de los electores.
Las encuestas son un instrumento de medición de la opinión pública, son como una especie de fotografía de un momento de esa opinión, pero tienen que ser bien elaboradas, desde sus cuestionarios, hasta el procedimiento metodológico, por cuanto pueden inducir a determinados resultados, a favor de uno u otro candidato.
Por supuesto, las autoridades del Estado deben hacer cumplir a cabalidad la legislación sobre la materia, pero también los propios candidatos, a partir de sus partidos y movimientos políticos, deberían firmar un pacto de caballeros sobre el tema de las encuestas. Esto también nos compete a los medios de comunicación, que tenemos una gran responsabilidad a la hora de informar sobre las encuestas, en últimas lo que está en juego es la voluntad popular.
El mejor mensaje a la ciudadanía es votar en la primera vuelta por el candidato que considere tiene el mejor perfil y las mejores propuestas para dirigir los destinos del país, independientemente de los resultados de las encuestas hasta ahora conocidas.
Las encuestas no pueden sustituir a las elecciones, y hay que votar a conciencia y por quien se considere la mejor opción, así él o ella no sea el favorecido por las encuestas. Esa es la verdadera democracia.

Editorial
13 abril, 2010

La UPC y la llegada de la Universidad Nacional

El anuncio del establecimiento de una sede de la Universidad Nacional en Valledupar, conocido hace varios meses, fue recibido en un principio con mucha resistencia por parte de la comunidad académica de la Universidad Popular del Cesar (UPC). De allí que hoy registremos con complacencia una nueva actitud de parte de las directivas de la […]


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El anuncio del establecimiento de una sede de la Universidad Nacional en Valledupar, conocido hace varios meses, fue recibido en un principio con mucha resistencia por parte de la comunidad académica de la Universidad Popular del Cesar (UPC). De allí que hoy registremos con complacencia una nueva actitud de parte de las directivas de la Popular ante la llegada de la Nacional a esta zona del país.
Así lo ha comprendido el nuevo rector de la UPC, Raúl Maya Pabón, quien tiene claro la llegada de la Nacional le abre nuevos escenarios en materia académica y de investigación a la UPC.
Y poco a poco se ha ido entendiendo las ventajas que tendría para la juventud y la comunidad toda del Cesar, La Guajira y la Costa Atlántica, en General, de concretarse este buen proyecto.
Otro paso importante, en este mismo sentido, es la autorización de la Asamblea del Cesar al gobernador para adquirir los predios donde funcionaría la sede la Universidad Nacional, el alma mater y la mejor universidad del país, según la gran mayoría de los parámetros de evaluación de las instituciones de educación superior en el país.
Avanza por buen camino, pues, el proyecto de crear una sede de la Universidad Nacional en el Cesar, particularmente cerca a Valledupar, su capital.
La sede de la Nacional sería de vital importancia para respaldar los programas de pregrado, post-grado  y los trabajos de investigación que se estén adelantando en la UPC, en beneficio, reiteramos, de nuestra juventud, en primer lugar, y del desarrollo económico, social y cultural del Cesar y La Guajira, y en general de toda la Costa Atlántica.
La Universidad Nacional no tiene sede en la parte continental de la Costa Atlántica, sino en la Isla de San Andrés y Providencia, de allí que sea mayor la importancia de apoyar la creación de esta sede, y presionar por la misma ante el Gobierno Nacional.
La idea es que la sede de la Nacional inicie con programas de pregrado y de post-grado que no tiene la UPC y más adelante se podrían realizar alianzas por medio de convenios entre las dos instituciones, en beneficio de la población estudiantil.
Con la llegada de la Nacional, adicionalmente, se aumentará sustancialmente la cobertura en materia de educación superior y podría significar, además, avanzar en el objetivo de convertir a Valledupar en una ciudad universitaria en el concierto de la Costa, teniendo en cuenta toda su área de influencia en el Cesar, La Guajira y el Magdalena, inclusive. La sede de la Nacional es sinónimo de desarrollo y de progreso para esta región del país y para concretarlo se requiere el apoyo, también de los nuevos representantes del departamento al Congreso de la República y de los gremios de la producción.

Ojo con las encuestas

Desde estas páginas, hemos advertido con tristeza que la política nacional se ha reducido a esperar los resultados de las encuestas y que la divulgación de propuestas novedosas, sobre la visión del Estado y de la economía, por ejemplo,  han brillado por su ausencia.
Ayer el Presidente del Consejo Nacional Electoral, Marco Emilio Hincapié, ha advertido que las empresas realizadoras de encuestas tienen que someterse  y respetar una regulación especial que busca evitar sesgos y manipulación de la opinión del público.
En primer lugar, ha dicho Hincapié, hay que distinguir entre sondeos y encuestas; muchas veces, en el país los medios de comunicación, en general, realizan sondeos que son presentados como encuestas y esto se puede prestar para intentos de manipulación de las preferencias de los electores.
Las encuestas son un instrumento de medición de la opinión pública, son como una especie de fotografía de un momento de esa opinión, pero tienen que ser bien elaboradas, desde sus cuestionarios, hasta el procedimiento metodológico, por cuanto pueden inducir a determinados resultados, a favor de uno u otro candidato.
Por supuesto, las autoridades del Estado deben hacer cumplir a cabalidad la legislación sobre la materia, pero también los propios candidatos, a partir de sus partidos y movimientos políticos, deberían firmar un pacto de caballeros sobre el tema de las encuestas. Esto también nos compete a los medios de comunicación, que tenemos una gran responsabilidad a la hora de informar sobre las encuestas, en últimas lo que está en juego es la voluntad popular.
El mejor mensaje a la ciudadanía es votar en la primera vuelta por el candidato que considere tiene el mejor perfil y las mejores propuestas para dirigir los destinos del país, independientemente de los resultados de las encuestas hasta ahora conocidas.
Las encuestas no pueden sustituir a las elecciones, y hay que votar a conciencia y por quien se considere la mejor opción, así él o ella no sea el favorecido por las encuestas. Esa es la verdadera democracia.