Hoy sesionará en Valledupar el Consejo Superior Universitario (CSU) de la Universidad Popular del Cesar (UPC) y seguramente en el orden del día debe estar el polémico Acuerdo 037, aprobado supuestamente por los consejeros Napoleón Durán Cortés, Jaime Maestre Aponte, Jorge Manjarrez, Karla Jaramillo y Elberto Pumarejo.

Dicho Acuerdo, aún en “remojo” porque no ha sido firmado por el Presidente (a) del CSU, está en la picota pública y ha provocado un paro de carácter indefinido de los estudiantes.
El Acuerdo elimina la consulta estamentaria para escoger Rector el próximo año en junio. En dicha consulta participaban estudiantes, profesores y egresados.
Se afirma en el Acuerdo que el Rector podrá ser designado cuatro meses antes del vencimiento del actual Rector por el CSU en cualquier momento, sin cita previa de los consejeros y sin estar en el orden de día, ¡María Santísima! “¿Acuerdo amañado?”, preguntan mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan.
Dicen los estudiantes que en el mismo Acuerdo que tiene 45 artículos, está el 18 que indica que si un ex miembro del CSU aspira a Rector pueden homologar las funciones de consejeros como funciones administrativas. ¿Creen los consejeros que ellos legislan y crean leyes?, ¡Por Dios!
Pero los requisitos no paran ahí, los estudiantes que están en paro aseguran que el CSU está blindando la candidatura del profesor Carlos Oñate, aunque el citado niega ser candidato.
Inclusive, los estudiantes precisan que hay un conflicto de intereses en el CSU porque Oñate renunció e ingresó su segundo renglón Elberto Pumarejo Cotes y enseguida fue aprobado el polémico Acuerdo, para supuestamente favorecer a Oñate.
Pero todo no para aquí. En el interior de la UPC algunos docentes y administrativos suponen que el paro de los estudiantes es patrocinado por la administración de la UPC, porque existe un abierto enfrentamiento entre miembros del CSU, el rector Jesualdo Hernández, el vicerrector Académico, Raúl Bermúdez, y el vicerrector Administrativo, Wilfrido Godoy, todo por la designación del Rector.

Inclusive, se especula que el gobernador Luis Alberto Monsalvo también ha entrado a la disputa y no perdona que lo hayan tratado de sacar del seno del CSU, por la puerta trasera.
Se asegura, además, que la casa “cielo” tiene listo un candidato a la rectoría para atiborrar todos los cargos del Departamento, como en el pasado sucedió con la casa “Araujo”, la que a los años se desboronó como “castillo de naipes”.
Para los docentes este rifirrafe está para alquilar balcón y cada día toman más fuerza las conjeturas de los estudiantes: ‘de un lado un CSU modificando lo que haya que modificar para elegir Rector, la administración buscando continuar, con un Plan B incluido, y la Gobernación del Cesar queriendo tener todo el poder en dicha alma mater’.
Inclusive, mis consejeros señalan que en el interior de la UPC muchos claman porque entre la Fiscalía y el CTI a investigar por presuntos enriquecimientos ilícito a varios de sus funcionarios, porque se afirma que hay gente riquísima.
Entretanto, los 14 mil estudiantes son los únicos perjudicados en esta película que apenas comienza, pero que no se sabe cómo va terminar. La pregunta es: ¿Qué tiene la rectoría de la UPC que es tan apetecida? ¿Qué dice la Ministra de Educación? ¡Abran las apuestas señores! Hasta la próxima semana.