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Columnista - 26 julio, 2013

La Unión Patriótica, ¿un lugar para la oposición?

A finales de la década de los 80 y comienzo de los 90, miles de militantes de la UP murieron en una campaña de exterminio y su saldo trágico incluye a los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa.

Por Gustavo Cotes Medina

A finales de la década de los 80 y comienzo de los 90, miles de militantes de la UP murieron en una campaña de exterminio y su saldo trágico incluye a los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa, además de un grupo importante de congresistas, diputados, concejales y alcaldes.

Este movimiento surgió en 1995 producto de un proceso de paz en el gobierno de Belisario Betancur con las Farc.

Hoy, al devolverles el Consejo de Estado la personería que había perdido en el 2002, por decisión  del Consejo Nacional Electoral, sin tener en cuenta las razones que explicaban su ausencia en los comicios de ese año, nos demuestra que estamos frente a un hecho positivo que refuerza el ánimo de reconstruir las verdades históricas y de reparar a las víctimas de este capítulo nefasto.

Lo anterior nos ruboriza y deja aprendida la lección que esta experiencia atroz y cavernaria no puede repetirse bajo ninguna circunstancia.

Sin embargo, el renacer de la UP está corriendo el riesgo de tener una corta vida, ya que estaría obligada a superar el umbral en las  elecciones corporativas de marzo de 2014. Hoy, se discute en La Habana el segundo punto del temario con el gobierno que es justamente la participación política de las Farc.

Una coincidencia que se pude considerar como un hecho positivo y que nos obliga a aprender de los errores cometidos en el pasado, pero debemos tener siempre el concepto claro que la política solo se puede ejercer con argumentos e ideas, sin considerar nunca la combinación fatal de las armas y las balas.

¿Qué ruta tomará la UP en este acto de justicia? Puede ser el de un movimiento autónomo, el de un acercamiento al proceso de paz, o el de buscar un espacio entre los partidos minoritarios que hoy existen a través de coaliciones o de reformas de la ley abriéndose un lugar entre la oposición.

Se necesita una garantía legal que sea un complemento de la reparación para una reconciliación definitiva con la historia reciente de nuestro país. No podemos volver a cruzar los límites para lo cual se necesitan definir unos mínimos comunes que deben reunir a todos los actores de este drama político con ribetes de terror. “A la UP le toca ahora iniciar prácticamente de cero, un cero teñido con sangre”.

Agregado: Está claro que al país le llegó la hora de regular y controlar los precios de los medicamentos y de la tonelada de cemento. Colombia necesita llevar estos mercados a sus justas proporciones a partir de referencias internacionales.

 

Columnista
26 julio, 2013

La Unión Patriótica, ¿un lugar para la oposición?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Gustavo Cotez Medina

A finales de la década de los 80 y comienzo de los 90, miles de militantes de la UP murieron en una campaña de exterminio y su saldo trágico incluye a los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa.


Por Gustavo Cotes Medina

A finales de la década de los 80 y comienzo de los 90, miles de militantes de la UP murieron en una campaña de exterminio y su saldo trágico incluye a los candidatos presidenciales Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa, además de un grupo importante de congresistas, diputados, concejales y alcaldes.

Este movimiento surgió en 1995 producto de un proceso de paz en el gobierno de Belisario Betancur con las Farc.

Hoy, al devolverles el Consejo de Estado la personería que había perdido en el 2002, por decisión  del Consejo Nacional Electoral, sin tener en cuenta las razones que explicaban su ausencia en los comicios de ese año, nos demuestra que estamos frente a un hecho positivo que refuerza el ánimo de reconstruir las verdades históricas y de reparar a las víctimas de este capítulo nefasto.

Lo anterior nos ruboriza y deja aprendida la lección que esta experiencia atroz y cavernaria no puede repetirse bajo ninguna circunstancia.

Sin embargo, el renacer de la UP está corriendo el riesgo de tener una corta vida, ya que estaría obligada a superar el umbral en las  elecciones corporativas de marzo de 2014. Hoy, se discute en La Habana el segundo punto del temario con el gobierno que es justamente la participación política de las Farc.

Una coincidencia que se pude considerar como un hecho positivo y que nos obliga a aprender de los errores cometidos en el pasado, pero debemos tener siempre el concepto claro que la política solo se puede ejercer con argumentos e ideas, sin considerar nunca la combinación fatal de las armas y las balas.

¿Qué ruta tomará la UP en este acto de justicia? Puede ser el de un movimiento autónomo, el de un acercamiento al proceso de paz, o el de buscar un espacio entre los partidos minoritarios que hoy existen a través de coaliciones o de reformas de la ley abriéndose un lugar entre la oposición.

Se necesita una garantía legal que sea un complemento de la reparación para una reconciliación definitiva con la historia reciente de nuestro país. No podemos volver a cruzar los límites para lo cual se necesitan definir unos mínimos comunes que deben reunir a todos los actores de este drama político con ribetes de terror. “A la UP le toca ahora iniciar prácticamente de cero, un cero teñido con sangre”.

Agregado: Está claro que al país le llegó la hora de regular y controlar los precios de los medicamentos y de la tonelada de cemento. Colombia necesita llevar estos mercados a sus justas proporciones a partir de referencias internacionales.