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Columnista - 13 diciembre, 2024

La transición energética en Colombia: ¿oportunidad o riesgo mal calculado?

Colombia está en una encrucijada histórica: la transición energética. El discurso oficial la presenta como un salto hacia un futuro más limpio y sostenible, pero ¿es esta transición realmente viable o estamos cayendo en un espejismo que podría costarnos muy caro? La verdad es que este cambio plantea preguntas difíciles y verdades incómodas que debemos enfrentar con realismo.

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Colombia está en una encrucijada histórica: la transición energética. El discurso oficial la presenta como un salto hacia un futuro más limpio y sostenible, pero ¿es esta transición realmente viable o estamos cayendo en un espejismo que podría costarnos muy caro? La verdad es que este cambio plantea preguntas difíciles y verdades incómodas que debemos enfrentar con realismo.

¿Es Colombia un ‘villano climático’? A menudo se culpa a Colombia de su contribución al cambio climático por ser un productor de carbón. Pero consideremos esto: nuestro país representa menos del 1 % de la producción mundial de carbón, luego nuestra incidencia está lejos de ser representativa. Además, del carbón que producimos, solo quemamos alrededor del 5.5 %, el resto se exporta a países industrializados que necesitan mantener sus economías funcionando. Entonces, ¿realmente somos los culpables de los desastres climáticos?

Seamos claros: si dejamos de exportar carbón, otros países simplemente cubrirán la demanda, sin una reducción real de las emisiones globales. Lo que perderá Colombia es una fuente clave de ingresos que financia hospitales, escuelas y programas sociales. Es una decisión con consecuencias reales para millones de colombianos.

Energías renovables: ¿la panacea? Las energías renovables son esenciales, pero también tienen un lado oscuro que pocos mencionan. Fabricar paneles solares y turbinas eólicas requiere grandes cantidades de minerales, cuya extracción también daña el medio ambiente. Además, estos equipos tienen una vida útil limitada, y sus residuos son complejos de gestionar. Entonces, ¿es justo demonizar los combustibles fósiles mientras ignoramos los desafíos de las renovables?

La realidad de la seguridad energética: en nuestra prisa por abrazar las energías renovables, corremos el riesgo de desmantelar nuestra capacidad para producir energía a bajo costo. Ya estamos importando gas natural a precios exorbitantes debido a la disminución de nuestra producción interna. Esto afecta directamente a los hogares colombianos, que enfrentan tarifas más altas, y pone en riesgo nuestra seguridad energética. ¿Qué tal que nosotros pasemos a depender enérgicamente de Venezuela? ¡Un país con tantos problemas en su gobierno y economía, impensable!

El papel de las empresas mineras: poco se habla de los esfuerzos que las empresas mineras están haciendo en materia de compensación ambiental. Estas empresas han invertido cientos de millones de pesos en programas de reforestación y conservación, con resultados impresionantes. Miles de hectáreas de bosques han sido restauradas, beneficiando a comunidades y a la biodiversidad. Entonces, ¿por qué no reconocer estos aportes como parte del equilibrio necesario para una transición responsable?

La verdadera reflexión: la transición energética no debe ser una decisión impulsiva, ni una respuesta a modas internacionales, o discursos demagógicos. Necesitamos un plan que equilibre la sostenibilidad con la viabilidad económica. La solución no es apagar la industria minera y esperar que las energías renovables resuelvan todos nuestros problemas. Debemos ser críticos, cuestionar los discursos simplistas y exigir estrategias basadas en datos reales y no en emociones o agendas políticas.

Conclusión: Colombia tiene el potencial de liderar un modelo de transición equilibrado y justo. Pero para lograrlo, debemos estar dispuestos a debatir, reflexionar y tomar decisiones informadas. Este no es solo un debate sobre energía; es una discusión sobre nuestro futuro como nación.

Por. Hernán Restrepo.

Columnista
13 diciembre, 2024

La transición energética en Colombia: ¿oportunidad o riesgo mal calculado?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán José Restrepo Muñoz

Colombia está en una encrucijada histórica: la transición energética. El discurso oficial la presenta como un salto hacia un futuro más limpio y sostenible, pero ¿es esta transición realmente viable o estamos cayendo en un espejismo que podría costarnos muy caro? La verdad es que este cambio plantea preguntas difíciles y verdades incómodas que debemos enfrentar con realismo.


Colombia está en una encrucijada histórica: la transición energética. El discurso oficial la presenta como un salto hacia un futuro más limpio y sostenible, pero ¿es esta transición realmente viable o estamos cayendo en un espejismo que podría costarnos muy caro? La verdad es que este cambio plantea preguntas difíciles y verdades incómodas que debemos enfrentar con realismo.

¿Es Colombia un ‘villano climático’? A menudo se culpa a Colombia de su contribución al cambio climático por ser un productor de carbón. Pero consideremos esto: nuestro país representa menos del 1 % de la producción mundial de carbón, luego nuestra incidencia está lejos de ser representativa. Además, del carbón que producimos, solo quemamos alrededor del 5.5 %, el resto se exporta a países industrializados que necesitan mantener sus economías funcionando. Entonces, ¿realmente somos los culpables de los desastres climáticos?

Seamos claros: si dejamos de exportar carbón, otros países simplemente cubrirán la demanda, sin una reducción real de las emisiones globales. Lo que perderá Colombia es una fuente clave de ingresos que financia hospitales, escuelas y programas sociales. Es una decisión con consecuencias reales para millones de colombianos.

Energías renovables: ¿la panacea? Las energías renovables son esenciales, pero también tienen un lado oscuro que pocos mencionan. Fabricar paneles solares y turbinas eólicas requiere grandes cantidades de minerales, cuya extracción también daña el medio ambiente. Además, estos equipos tienen una vida útil limitada, y sus residuos son complejos de gestionar. Entonces, ¿es justo demonizar los combustibles fósiles mientras ignoramos los desafíos de las renovables?

La realidad de la seguridad energética: en nuestra prisa por abrazar las energías renovables, corremos el riesgo de desmantelar nuestra capacidad para producir energía a bajo costo. Ya estamos importando gas natural a precios exorbitantes debido a la disminución de nuestra producción interna. Esto afecta directamente a los hogares colombianos, que enfrentan tarifas más altas, y pone en riesgo nuestra seguridad energética. ¿Qué tal que nosotros pasemos a depender enérgicamente de Venezuela? ¡Un país con tantos problemas en su gobierno y economía, impensable!

El papel de las empresas mineras: poco se habla de los esfuerzos que las empresas mineras están haciendo en materia de compensación ambiental. Estas empresas han invertido cientos de millones de pesos en programas de reforestación y conservación, con resultados impresionantes. Miles de hectáreas de bosques han sido restauradas, beneficiando a comunidades y a la biodiversidad. Entonces, ¿por qué no reconocer estos aportes como parte del equilibrio necesario para una transición responsable?

La verdadera reflexión: la transición energética no debe ser una decisión impulsiva, ni una respuesta a modas internacionales, o discursos demagógicos. Necesitamos un plan que equilibre la sostenibilidad con la viabilidad económica. La solución no es apagar la industria minera y esperar que las energías renovables resuelvan todos nuestros problemas. Debemos ser críticos, cuestionar los discursos simplistas y exigir estrategias basadas en datos reales y no en emociones o agendas políticas.

Conclusión: Colombia tiene el potencial de liderar un modelo de transición equilibrado y justo. Pero para lograrlo, debemos estar dispuestos a debatir, reflexionar y tomar decisiones informadas. Este no es solo un debate sobre energía; es una discusión sobre nuestro futuro como nación.

Por. Hernán Restrepo.