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Columnista - 9 julio, 2018

La tragedia de los líderes sociales

El asesinato sistemático de líderes sociales en Colombia va en aumento, ya son 311 desde el 2016, según cifras de la Defensoría del Pueblo, una vergüenza internacional y una verdadera derrota de la sociedad colombiana, inmersa en una interminable espiral de violencia, promovida por odios y venganzas de todos los sectores. El gobierno Santos tiene […]

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El asesinato sistemático de líderes sociales en Colombia va en aumento, ya son 311 desde el 2016, según cifras de la Defensoría del Pueblo, una vergüenza internacional y una verdadera derrota de la sociedad colombiana, inmersa en una interminable espiral de violencia, promovida por odios y venganzas de todos los sectores.

El gobierno Santos tiene un alto grado de responsabilidad por no enfrentar el problema desde el principio, dejando cifras aterradoras, no podemos olvidar las palabras del Ministro de Defensa al argumentar que se trataba de líos de faldas o problemas de linderos, maquillando el crecimiento de cultivos ilícitos asociados a un posconflicto mal implementado.

Pero más allá de esto, lo que persiste es un sino de violencia por la tenencia de tierra, por la corrupción y el miedo a que llegue al poder en Colombia otra ideología, ya asomó sus narices con los 8 millones de votos de la Colombia Humana; llegó lo que muchos temíamos, la polarización generó otro tipo de violencia, más salvaje, y se está notando con la llegada de grupos de ultraderecha, asociados a bandas criminales, Águilas Negras, autodefensas gaitanistas, franquicias de carteles muy poderosos que necesitan la tierra, como el de Sinaloa de México, que junto a políticos corruptos de regiones, buscan a través de los asesinatos, generar el mismo terror que dejó tantas víctimas en el pasado y que algunos, equivocadamente, justifican por el odio que sienten por las Farc y el proceso mal llevado de Santos, que si bien dejó muchos vacíos y hombres desarmados, hoy parece estar en el limbo por la llegada del nuevo gobierno que muestra luces de reforma o hacerlo trizas.

El Presidente Iván Duque tiene un gran reto al inicio de su mandato, proteger a estos líderes y garantizarles la vida, pero quizás su mayor desafío es unificar a un país, un consenso para aliviar la polarización y no dejarse arrastrar por odios extremos dentro del Centro Democrático; por fin, después de tanta presión y de la exigencia de Gustavo Petro, se pronunció desde Washington y ordenó involucrar el tema de los asesinatos en el empalme, lo que más preocupa es que se siguen perdiendo vidas y no se sabe quién opera esta siniestra máquina de muerte.

La Velatón, en cada ciudad de Colombia, representa una esperanza, muestra una sociedad activa, que no es indiferente y no está dispuesta a dejarse matar, los líderes sociales tienen que seguir haciendo su labor para luchar por los derechos humanos y fortalecer nuestra democracia, no podemos volver a la época del exterminio de la UP con la complicidad del estado. Presidente electo Iván Duque, usted tiene la última palabra.

Por: Jacobo Solano

Columnista
9 julio, 2018

La tragedia de los líderes sociales

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

El asesinato sistemático de líderes sociales en Colombia va en aumento, ya son 311 desde el 2016, según cifras de la Defensoría del Pueblo, una vergüenza internacional y una verdadera derrota de la sociedad colombiana, inmersa en una interminable espiral de violencia, promovida por odios y venganzas de todos los sectores. El gobierno Santos tiene […]


El asesinato sistemático de líderes sociales en Colombia va en aumento, ya son 311 desde el 2016, según cifras de la Defensoría del Pueblo, una vergüenza internacional y una verdadera derrota de la sociedad colombiana, inmersa en una interminable espiral de violencia, promovida por odios y venganzas de todos los sectores.

El gobierno Santos tiene un alto grado de responsabilidad por no enfrentar el problema desde el principio, dejando cifras aterradoras, no podemos olvidar las palabras del Ministro de Defensa al argumentar que se trataba de líos de faldas o problemas de linderos, maquillando el crecimiento de cultivos ilícitos asociados a un posconflicto mal implementado.

Pero más allá de esto, lo que persiste es un sino de violencia por la tenencia de tierra, por la corrupción y el miedo a que llegue al poder en Colombia otra ideología, ya asomó sus narices con los 8 millones de votos de la Colombia Humana; llegó lo que muchos temíamos, la polarización generó otro tipo de violencia, más salvaje, y se está notando con la llegada de grupos de ultraderecha, asociados a bandas criminales, Águilas Negras, autodefensas gaitanistas, franquicias de carteles muy poderosos que necesitan la tierra, como el de Sinaloa de México, que junto a políticos corruptos de regiones, buscan a través de los asesinatos, generar el mismo terror que dejó tantas víctimas en el pasado y que algunos, equivocadamente, justifican por el odio que sienten por las Farc y el proceso mal llevado de Santos, que si bien dejó muchos vacíos y hombres desarmados, hoy parece estar en el limbo por la llegada del nuevo gobierno que muestra luces de reforma o hacerlo trizas.

El Presidente Iván Duque tiene un gran reto al inicio de su mandato, proteger a estos líderes y garantizarles la vida, pero quizás su mayor desafío es unificar a un país, un consenso para aliviar la polarización y no dejarse arrastrar por odios extremos dentro del Centro Democrático; por fin, después de tanta presión y de la exigencia de Gustavo Petro, se pronunció desde Washington y ordenó involucrar el tema de los asesinatos en el empalme, lo que más preocupa es que se siguen perdiendo vidas y no se sabe quién opera esta siniestra máquina de muerte.

La Velatón, en cada ciudad de Colombia, representa una esperanza, muestra una sociedad activa, que no es indiferente y no está dispuesta a dejarse matar, los líderes sociales tienen que seguir haciendo su labor para luchar por los derechos humanos y fortalecer nuestra democracia, no podemos volver a la época del exterminio de la UP con la complicidad del estado. Presidente electo Iván Duque, usted tiene la última palabra.

Por: Jacobo Solano