Aunque los mariachis, el almuerzo y la festividad con bombos y platillos quedó postergada para el 2021, su familia logró conmemorar su centenario.
La pandemia de la covid-19 no fue impedimento para que la familia Camargo Jiménez celebrara el cumpleaños de Graciela Elena Jiménez Arias, quien el pasado 12 de junio llegó a los 100 años de vida.
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Aunque la celebración de su centenario no se realizó como lo habían acordado en compañía de sus hijos, nietos y bisnietos provenientes de Barranquilla, Bucaramanga, Bogotá y Sabanas de San Ángel, la tecnología permitió que a través de una videollamada pudieran interactuar y compartir este momento especial en familia.
El almuerzo, los mariachis y la presentación de su bisnieto Yesid Yackson quedaron aplazadas para el próximo año, tal como lo manifestó su hija Beatriz Camargo a EL PILÓN, quien recordó momentos de la vida de su madre y su lucha incansable por sacar adelante a sus 15 hijos, pese a la pérdida de su esposo, quien fue su apoyo durante 45 años.
“Mi mamá fue comerciante de víveres y abarrotes y su empresa, en ese tiempo, se constituía de panadería y dulcería: mogollas, pan largo, de sal, queso, merengue, almojábana, arepuela, kekis y dulces de toda clase. Los empleados eran sus hijos. Fue una mujer muy trabajadora y educó a sus hijos con su esposo, un campesino llamado Manuel Camargo Vergara, al que le dedicó toda su vida durante 45 años de matrimonio”, dijo Camargo.
Aunque Graciela Elena nació el 12 de junio de 1920 en Plato, Magdalena, a la edad de 16 años se mudó para el municipio de Sabanas de San Ángel donde se consolidó como una comerciante durante 60 años, cuando decidió mudarse para Valledupar donde viven la mayoría de sus hijos hace 40 años.
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“Cuando llegó a Valledupar mi mamá no volvió a trabajar porque entre todos los hermanos la ayudamos económicamente, pero siempre se ha valido por sí sola, realizaba sus tres comidas al día, barría el patio”, añadió.
Mencionó también que, aunque su madre no fue “fiestera”, todos los meses de septiembre le encantaba disfrutar del fandango y la música de viento que se escuchaba en esa época durante las festividades de Sábanas de San Ángel.
Aunque siempre ha gozado de buena salud, Graciela Elena desde hace 30 años sufre de hipertensión, enfermedad que ha sido controlada con medicamentos, según aseguró su hija Beatriz, quien, además, aseguró que pese a que en algunos momentos a su madre “le da un poquito de demencia” todavía puede entablar una conversación y sostenerse de pie con la ayuda de un bastón.
“Mi mamá vino a decaer como a los 92 años que dejó de realizar sus cosas, hay momentitos como que le da un poquito de demencia, pero entabla una conversación con cualquier persona. El internista le manda a hacer los exámenes y le sale todo bien”, agregó Camargo.
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Por último, relató que su madre “ha conocido todas las tecnologías”, haciendo referencia a la gaceta, telégrafo, el teléfono, la televisión a color y blanco y negro, celulares y computadores.
Actualmente Graciela Elena Jiménez vive con una de sus hijas en Valledupar, aunque ya no le gusta mucho salir de su casa, siempre buscan un motivo para celebrar en familia, esta vez fue su centenario.
POR: CARMEN LUCIA MENDOZA CUELLO / EL PILÓN
@luciamfotos
Aunque los mariachis, el almuerzo y la festividad con bombos y platillos quedó postergada para el 2021, su familia logró conmemorar su centenario.
La pandemia de la covid-19 no fue impedimento para que la familia Camargo Jiménez celebrara el cumpleaños de Graciela Elena Jiménez Arias, quien el pasado 12 de junio llegó a los 100 años de vida.
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Aunque la celebración de su centenario no se realizó como lo habían acordado en compañía de sus hijos, nietos y bisnietos provenientes de Barranquilla, Bucaramanga, Bogotá y Sabanas de San Ángel, la tecnología permitió que a través de una videollamada pudieran interactuar y compartir este momento especial en familia.
El almuerzo, los mariachis y la presentación de su bisnieto Yesid Yackson quedaron aplazadas para el próximo año, tal como lo manifestó su hija Beatriz Camargo a EL PILÓN, quien recordó momentos de la vida de su madre y su lucha incansable por sacar adelante a sus 15 hijos, pese a la pérdida de su esposo, quien fue su apoyo durante 45 años.
“Mi mamá fue comerciante de víveres y abarrotes y su empresa, en ese tiempo, se constituía de panadería y dulcería: mogollas, pan largo, de sal, queso, merengue, almojábana, arepuela, kekis y dulces de toda clase. Los empleados eran sus hijos. Fue una mujer muy trabajadora y educó a sus hijos con su esposo, un campesino llamado Manuel Camargo Vergara, al que le dedicó toda su vida durante 45 años de matrimonio”, dijo Camargo.
Aunque Graciela Elena nació el 12 de junio de 1920 en Plato, Magdalena, a la edad de 16 años se mudó para el municipio de Sabanas de San Ángel donde se consolidó como una comerciante durante 60 años, cuando decidió mudarse para Valledupar donde viven la mayoría de sus hijos hace 40 años.
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“Cuando llegó a Valledupar mi mamá no volvió a trabajar porque entre todos los hermanos la ayudamos económicamente, pero siempre se ha valido por sí sola, realizaba sus tres comidas al día, barría el patio”, añadió.
Mencionó también que, aunque su madre no fue “fiestera”, todos los meses de septiembre le encantaba disfrutar del fandango y la música de viento que se escuchaba en esa época durante las festividades de Sábanas de San Ángel.
Aunque siempre ha gozado de buena salud, Graciela Elena desde hace 30 años sufre de hipertensión, enfermedad que ha sido controlada con medicamentos, según aseguró su hija Beatriz, quien, además, aseguró que pese a que en algunos momentos a su madre “le da un poquito de demencia” todavía puede entablar una conversación y sostenerse de pie con la ayuda de un bastón.
“Mi mamá vino a decaer como a los 92 años que dejó de realizar sus cosas, hay momentitos como que le da un poquito de demencia, pero entabla una conversación con cualquier persona. El internista le manda a hacer los exámenes y le sale todo bien”, agregó Camargo.
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Por último, relató que su madre “ha conocido todas las tecnologías”, haciendo referencia a la gaceta, telégrafo, el teléfono, la televisión a color y blanco y negro, celulares y computadores.
Actualmente Graciela Elena Jiménez vive con una de sus hijas en Valledupar, aunque ya no le gusta mucho salir de su casa, siempre buscan un motivo para celebrar en familia, esta vez fue su centenario.
POR: CARMEN LUCIA MENDOZA CUELLO / EL PILÓN
@luciamfotos