“La barra es un grupo de personas que hace 44 años nos reunimos a fregar la vida y a reirnos del mundo”. Así define William Quiroz Torres a la barra Shangay,
“La barra es un grupo de personas que hace 44 años nos reunimos a fregar la vida y a reirnos del mundo”. Así define William Quiroz Torres a la barra Shangay, un grupo de amigos vallenatos que un día cualquiera decidieron olvidar las penas y escapar de los pesares divirtiéndose y celebrando cada vez que se lo proponen.
Desde entonces cada época de fin de año, la Shangay celebra una fiesta de gala en la que los miembros de la barra homenajean a un personaje ya sea del grupo o externo. Este año el turno es para David Reales Castilla y la gala será en el kiosko de Chayo, en el barrio Guatapurí, con buen vallenato, güisqui y sancocho de chivo o gallina criolla.
Recordando cómo se bautizó este singular grupo de mamadores de gallo, cuenta William que “El 16 de setiembre de 1976, a raíz de la muerte del líder Mao Tse Tung en la ciudad china de Shangay, cuatro dirigentes del partido comunista se quisieron tomar por asalto la dirección del partido comunista chino y la prensa occidental señaló a este grupo como la mafia de Shangay. Como eramos cuatro los que andábamos pa rriba y pa bajo Enrique Carrillo, Bore Luque, Argemiro Mesa y mi persona, entonces nos decían la mafia de la Shangay y de allí se derivó el nombre”.
A estos cuatro amigos se fueron sumando personas como Ciro Villazón Gutiérrez, Bore Luque, Juanchito Díaz, Armando Castro Mojica, Alvaro Escobar, Argemiro Carrillo, Jonny Fuentes, y Orlando Ustariz, cofundadores de la barra.
Lo realmente admirable de este grupo es que a través de más de cuatro décadas se ha mantenido con un simple propósito: fregar la vida. “Nuestra actividad era reunirnos a reírnos de la vida en las casas de Teófila Jiménez, Vitalia Escobar, Lelia Julio, y Lida Torres de Quiroz en los barrios Cañahuate, Novalito, San Jorge y Dangond. Para carnaval y festival nos reuníamos también para pasar momentos agradables”.
Cuando el grupo comenzó las reuniones eran diarias. “parrandeábamos y poníamos serenatas”. Pero a medida que sus integrantes se casaban y se organizaban, decidieron fijar una fecha para hacer una fiesta de gala con las parejas y en familia. Esta tradición se ha conservado, solo que hace unos años tiene un nuevo ingrediente que es el homenajeado.
“Todos los años homenajeamos una persona, ya sea de la Shangay o externa. Entre esos han estado, Aníbal Martínez Zuleta, Rodolfo Campo Soto, Alfredo Araújo Noguera, Gustavo Gutiérrez Cabello, Jaime Olivella, Dicson Quiroz, Alberto “Beto” Murgas, Efraín Aponte, José Calixto Quintero y Wiliam Quiroz”.
Si hay algo que destacar de La Shangay es el sentido de la amistad y la integración. “Nos fuimos consolidando y gracias al espíritu integracionista con que nacimos, hoy estamos firmes a pesar de los vaivenes que se han dado en este pueblo, todavía hay una barra que se mantiene a pesar de los agridulces que hemos tenido”.
“La barra es un grupo de personas que hace 44 años nos reunimos a fregar la vida y a reirnos del mundo”. Así define William Quiroz Torres a la barra Shangay,
“La barra es un grupo de personas que hace 44 años nos reunimos a fregar la vida y a reirnos del mundo”. Así define William Quiroz Torres a la barra Shangay, un grupo de amigos vallenatos que un día cualquiera decidieron olvidar las penas y escapar de los pesares divirtiéndose y celebrando cada vez que se lo proponen.
Desde entonces cada época de fin de año, la Shangay celebra una fiesta de gala en la que los miembros de la barra homenajean a un personaje ya sea del grupo o externo. Este año el turno es para David Reales Castilla y la gala será en el kiosko de Chayo, en el barrio Guatapurí, con buen vallenato, güisqui y sancocho de chivo o gallina criolla.
Recordando cómo se bautizó este singular grupo de mamadores de gallo, cuenta William que “El 16 de setiembre de 1976, a raíz de la muerte del líder Mao Tse Tung en la ciudad china de Shangay, cuatro dirigentes del partido comunista se quisieron tomar por asalto la dirección del partido comunista chino y la prensa occidental señaló a este grupo como la mafia de Shangay. Como eramos cuatro los que andábamos pa rriba y pa bajo Enrique Carrillo, Bore Luque, Argemiro Mesa y mi persona, entonces nos decían la mafia de la Shangay y de allí se derivó el nombre”.
A estos cuatro amigos se fueron sumando personas como Ciro Villazón Gutiérrez, Bore Luque, Juanchito Díaz, Armando Castro Mojica, Alvaro Escobar, Argemiro Carrillo, Jonny Fuentes, y Orlando Ustariz, cofundadores de la barra.
Lo realmente admirable de este grupo es que a través de más de cuatro décadas se ha mantenido con un simple propósito: fregar la vida. “Nuestra actividad era reunirnos a reírnos de la vida en las casas de Teófila Jiménez, Vitalia Escobar, Lelia Julio, y Lida Torres de Quiroz en los barrios Cañahuate, Novalito, San Jorge y Dangond. Para carnaval y festival nos reuníamos también para pasar momentos agradables”.
Cuando el grupo comenzó las reuniones eran diarias. “parrandeábamos y poníamos serenatas”. Pero a medida que sus integrantes se casaban y se organizaban, decidieron fijar una fecha para hacer una fiesta de gala con las parejas y en familia. Esta tradición se ha conservado, solo que hace unos años tiene un nuevo ingrediente que es el homenajeado.
“Todos los años homenajeamos una persona, ya sea de la Shangay o externa. Entre esos han estado, Aníbal Martínez Zuleta, Rodolfo Campo Soto, Alfredo Araújo Noguera, Gustavo Gutiérrez Cabello, Jaime Olivella, Dicson Quiroz, Alberto “Beto” Murgas, Efraín Aponte, José Calixto Quintero y Wiliam Quiroz”.
Si hay algo que destacar de La Shangay es el sentido de la amistad y la integración. “Nos fuimos consolidando y gracias al espíritu integracionista con que nacimos, hoy estamos firmes a pesar de los vaivenes que se han dado en este pueblo, todavía hay una barra que se mantiene a pesar de los agridulces que hemos tenido”.