Las manecillas del reloj marcaban las 5:15 de la mañana. Los periodistas invitados comenzaron a ascender al bus que de Valledupar nos llevaría directo a la zona minera del departamento del Cesar.

Dos horas más tarde comenzamos recibir orientación de Margarita Saade, de comunicaciones de Drummond, quien con el dedo señaló una de las tres poblaciones que deben ser reasentadas por las empresas mineras por aparentes afectaciones por la explotación del carbón.

Aquel pueblo señalado era El Hatillo, que junto con Boquerón y Plan Bonito, es una de las localidades que hacen parte del plan de reasentamiento exigido por el Gobierno Nacional. Plan Bonito es la única reasentada, las otras poblaciones están en el proceso.

Una vez llegamos a una de las dos grandes minas de esta multinacional, Pribbenow, en el corregimiento de La Loma, el primer sitio en visitar fue el embalse del Pau Gil, diseñado por la compañía cuyo fin no sólo es proporcionar agua que necesite la operación, sino además para regular el flujo de agua salada en el caño San Antonio.

El director ambiental, Amilcar Valencia se encargó de explicar el proceso de conservación ambiental y revegetalización. Dijo que los animales son protegidos por la empresa y por ello las actividades de pesca y caza son prohibidas dentro de la mina a cielo abierto.

La siguiente parada fue en el mirador del Tajo  de donde se observa cómo se extrae el carbón con maquinarias de más de 15 metros de altura y otras utilizadas para el transporte del mineral.

Patios de acopio

En otra parte de la mina observamos los patios de acopio del carbón, donde se acumula para luego ser puestos en los trenes que los llevan al puerto de exportación, en Ciénaga, Magdalena.

En el año 2014 la compañía produjo alrededor de 27 millones de toneladas de carbón y exportó cerca de 24 millones  y para el 2015 se tiene proyectado producir alrededor de 30 millones de toneladas de producción, lo que se traduce en muchos millones de pesos en regalías que benefician a la región y al país.

Terminado el recorrido llegamos hasta el centro de producción (zona de alimentos) donde la empresa proporciona diariamente entre seis mil y siete mil servicios de alimentos a los más de cuatro mil empleados divididos en tres turnos.

Uno de los sitios que más nos llamó la atención es el lago formado por aguas del río Toribio, que es llamado ‘piscina de agua fresca’ donde habitan peces, babillas y garzas. El agua de este, según explicaron los ingenieros, es utilizada para varias actividades industriales como riego de vías y contra incendios.

Minutos después nos dirigimos al muelle del puerto, donde se hacía el cargue de un buque de 165 toneladas de carbón. En ese momento uno de los funcionarios indicó que en abril se exportaron 2.800 toneladas de carbón.

“Nominalmente podemos estar exportando entre 120 y 110 mil toneladas. Hoy por hoy tenemos una gran restricción y es al tráfico nocturnos que existe ente Bosconia y Algarrobo. Durante seis horas en la noche el tráfico de trenes está suspendido lo que nos crea una disminución de capacidad entre 30 y 35 porciento. El cargue diario de hoy se redujo entre 70 y 75 mil toneladas”, explicó el ingeniero José Velázquez, director de Puerto Drummond.

De este puerto se despacha carbón producido en el Cesar, en un 65 % a Europa: en Francia, Róterdam, Portugal, Italia y en Reino Unido; en un 20 % a los Estados Unidos y 15 % entre Suramérica y el Caribe: en Guatemala, Honduras, Puerto Rico, Brasil, Chile. Además a Israel.

En  2015 se tiene proyectado producir alrededor de 30 millones de toneladas de producción, lo que beneficiará a la región y al país.

Por Merlin Duarte García