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Editorial - 23 julio, 2021

La región Caribe se tranca: ¿qué dicen Caicedo y los gobernadores?

Una reciente información nos dice: “Se mueve la economía regional. Las Regiones Administrativas y de Planificación (RAP) están formulando proyectos por más de $1.7 billones para el 2022. Se destacan las RAP de Caldas, Risaralda, Quindío y Tolima, que trabaja en la construcción de la Plataforma Logística del Eje Cafetero; la del Gran Santander liderará […]

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Una reciente información nos dice: “Se mueve la economía regional. Las Regiones Administrativas y de Planificación (RAP) están formulando proyectos por más de $1.7 billones para el 2022. Se destacan las RAP de Caldas, Risaralda, Quindío y Tolima, que trabaja en la construcción de la Plataforma Logística del Eje Cafetero; la del Gran Santander liderará la protección de los páramos de Santurbán y El almorzadero; y la de Orinoquía y Amazonía fomentará el turismo sostenible. La federación de departamentos, que dirige Didier Tavera, acompaña a las regiones en preparar los proyectos de impacto nacional y busca recursos de cooperación”. (Notas de Economía. Revista Semana).

También  conocimos los avances de la RAP Pacífico en aspectos sociales de salud y turismo sostenible. ¡Pero qué sorpresa!

Todas las RAP están funcionando, la única que no está en operación es la nuestra. Increíble que siendo la región Caribe la que ha liderado la causa de la descentralización y la autonomía territorial, primero con los Corpes (Ley 76 de 1985) y luego con la Región Administrativa de Planificación, RAP, y la Región Entidad Territorial, RET, en la Constitución Política de 1991, gracias a los miembros costeños de la  Constituyente (Orlando Fals Borda, Juan Fernández, Eduardo Verano y Carlos Rodado Noriega), ahora estamos rezagados, en el último lugar, sin explicación por nuestra dirigencia política y gremial, la cual le ha dado la espalda.

Mientras las demás regiones están avanzando en la formulación y elaboración de sus planes estratégicos regionales a través de sus RAP, tal y como lo dispone el Decreto 900 de 2020, Reglamentario de la Ley 1962 de 2019, la del  fortalecimiento de las RAP, nosotros seguimos, como le escuchamos a Amylkar Acosta, un empedernido luchador por la Autonomía territorial, “con el Rolls Royce en la puerta sin combustible y sin conductor, solo para exhibirlo”.

Qué hay detrás de esa sorprendente abulia, cuando en la mencionada ley y en la reforma de regalías se posibilitó una importante participación regional, haciendo causa con los departamentos en la estructuración de proyectos de impacto para la región y la nación.

Desde EL PILON, recogiendo el nuevo aliento legal de la regionalización, promovimos una integración de Cesar y La Guajira con invitación al Magdalena, realizando algunos foros y conversaciones públicas, con el propósito de que,  estimulados por una mayor cercanía y afinidad de los pobladores del Magdalena Grande, pudiésemos proseguir sumándonos a la acción convergente que se hacían en Córdoba, Sucre y Bolívar -otrora el Viejo Bolívar-,  con el designo unitario de la costa Caribe colombiana.

Es un propósito en el cual no podemos bajar la guardia los medios de comunicación,  periodistas, el sector privado, las universidades, el movimiento social y gremial, menos los gobernadores. Como el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, que ha ejercido un eficaz liderazgo social alternativo en la región y que aspiramos a ver también en el frente de la causa de la autonomía regional.

Editorial
23 julio, 2021

La región Caribe se tranca: ¿qué dicen Caicedo y los gobernadores?

Una reciente información nos dice: “Se mueve la economía regional. Las Regiones Administrativas y de Planificación (RAP) están formulando proyectos por más de $1.7 billones para el 2022. Se destacan las RAP de Caldas, Risaralda, Quindío y Tolima, que trabaja en la construcción de la Plataforma Logística del Eje Cafetero; la del Gran Santander liderará […]


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Una reciente información nos dice: “Se mueve la economía regional. Las Regiones Administrativas y de Planificación (RAP) están formulando proyectos por más de $1.7 billones para el 2022. Se destacan las RAP de Caldas, Risaralda, Quindío y Tolima, que trabaja en la construcción de la Plataforma Logística del Eje Cafetero; la del Gran Santander liderará la protección de los páramos de Santurbán y El almorzadero; y la de Orinoquía y Amazonía fomentará el turismo sostenible. La federación de departamentos, que dirige Didier Tavera, acompaña a las regiones en preparar los proyectos de impacto nacional y busca recursos de cooperación”. (Notas de Economía. Revista Semana).

También  conocimos los avances de la RAP Pacífico en aspectos sociales de salud y turismo sostenible. ¡Pero qué sorpresa!

Todas las RAP están funcionando, la única que no está en operación es la nuestra. Increíble que siendo la región Caribe la que ha liderado la causa de la descentralización y la autonomía territorial, primero con los Corpes (Ley 76 de 1985) y luego con la Región Administrativa de Planificación, RAP, y la Región Entidad Territorial, RET, en la Constitución Política de 1991, gracias a los miembros costeños de la  Constituyente (Orlando Fals Borda, Juan Fernández, Eduardo Verano y Carlos Rodado Noriega), ahora estamos rezagados, en el último lugar, sin explicación por nuestra dirigencia política y gremial, la cual le ha dado la espalda.

Mientras las demás regiones están avanzando en la formulación y elaboración de sus planes estratégicos regionales a través de sus RAP, tal y como lo dispone el Decreto 900 de 2020, Reglamentario de la Ley 1962 de 2019, la del  fortalecimiento de las RAP, nosotros seguimos, como le escuchamos a Amylkar Acosta, un empedernido luchador por la Autonomía territorial, “con el Rolls Royce en la puerta sin combustible y sin conductor, solo para exhibirlo”.

Qué hay detrás de esa sorprendente abulia, cuando en la mencionada ley y en la reforma de regalías se posibilitó una importante participación regional, haciendo causa con los departamentos en la estructuración de proyectos de impacto para la región y la nación.

Desde EL PILON, recogiendo el nuevo aliento legal de la regionalización, promovimos una integración de Cesar y La Guajira con invitación al Magdalena, realizando algunos foros y conversaciones públicas, con el propósito de que,  estimulados por una mayor cercanía y afinidad de los pobladores del Magdalena Grande, pudiésemos proseguir sumándonos a la acción convergente que se hacían en Córdoba, Sucre y Bolívar -otrora el Viejo Bolívar-,  con el designo unitario de la costa Caribe colombiana.

Es un propósito en el cual no podemos bajar la guardia los medios de comunicación,  periodistas, el sector privado, las universidades, el movimiento social y gremial, menos los gobernadores. Como el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, que ha ejercido un eficaz liderazgo social alternativo en la región y que aspiramos a ver también en el frente de la causa de la autonomía regional.