Publicidad
Categorías
Categorías
Editorial - 6 mayo, 2021

La reforma que no fue y el paro que sí

Frente a los últimos hechos del paro que fue y que, con el duro efecto que genera, sigue, recordamos cómo una fractura en el gobierno y su partido  provocaron el incendio, como reflejo de políticas nacidas en teorías económicas y los escritorios, sepultando cualquier atisbo social y ausencia de buen manejo político. Una de esas […]

Frente a los últimos hechos del paro que fue y que, con el duro efecto que genera, sigue, recordamos cómo una fractura en el gobierno y su partido  provocaron el incendio, como reflejo de políticas nacidas en teorías económicas y los escritorios, sepultando cualquier atisbo social y ausencia de buen manejo político. Una de esas voces que sí recomendó públicamente (a diferencia del expresidente Uribe que salió a decir inexplicablemente que él no había sido consultado como jefe del partido de gobierno), sin jerarquía en el uribismo, fue el exministro de medio Ambiente Juan Lozano,  que en una columna del 22 de marzo en El Tiempo, antes de que se presentara la reforma, escribió ’15 consejos no pedidos para Carrasquilla’. 

¿Qué aconsejaba Lozano? 

“No se convierta en el jefe de debate de Gustavo Petro, insistiendo en extender el IVA a productos esenciales para la alimentación básica.  Busque, eso sí, gravar bienes de lujo”.

“Sea valiente de la política de austeridad. Adopte, tal como se lo han sugerido, un plan de austeridad en el gasto a 10 o 15 años y tráigalo a valor presente. Acepte para proponerle al Congreso la idea de congelar la burocracia por los mismos 10 o 15 años. Preséntele al país un plan realista y ambicioso de adelgazamiento de entidades públicas”.

“Despliegue con su equipo una artillería argumental para explicarles a las calificadoras de riesgo que Colombia necesita más gasto social (…)  y que debe enfrentar una explosiva situación social y política que vivimos (…) no maltraten a los pensionados, quienes trabajaron toda su vida para tener un derecho. 

Quíteles todos los beneficios tributarios a quienes no los merecen. 

Que no lo atormenten los neoliberales brutales a la hora de defender una exención o un beneficio necesario. Y que no lo intimiden las presiones cuando tenga que eliminar un beneficio o una exención dañina. 

No pierda de vista que lo más importante del paquete que van a presentar al Congreso es la agenda social. 

Enamórese de la completa gratuidad en educación superior para los estratos 1, 2 y 3 y defiéndala con ahínco. Esa debe ser una causa país. También del Ingreso Solidario Permanente, de la extensión de los planes de apoyo a las microempresas en particular y a las empresas en general y al pago por parte del Gobierno de la seguridad social a los trabajadores jóvenes. 

Impulsen un gran programa de mejoramiento de vías terciarias.

Afinen todas las herramientas anticorrupción. Estamos desesperados con la robadera de los recursos públicos. Estructuren un programa serio de congelamiento de giros a las administraciones donde algunos alcaldes y gobernadores se estén  robando la plata y busquen la manera de girarlos y ejecutarlos en las mismas entidades por otro conducto”. 

En fin, que el gobierno debió  primero proponer ahorro burocrático, anticorrupción y gasto social como condiciones  de la reforma.  

Lo que nos conduce a lo que  el periodista vallenato,  corresponsal del New York Times en Colombia, Sinar Alvarado,  escribió en sus páginas  el 29 abril sobre el presidente y el paro: “Duque, por estar en el estudio de la televisión, tampoco estudió la reforma presentada”.

Editorial
6 mayo, 2021

La reforma que no fue y el paro que sí

Frente a los últimos hechos del paro que fue y que, con el duro efecto que genera, sigue, recordamos cómo una fractura en el gobierno y su partido  provocaron el incendio, como reflejo de políticas nacidas en teorías económicas y los escritorios, sepultando cualquier atisbo social y ausencia de buen manejo político. Una de esas […]


Frente a los últimos hechos del paro que fue y que, con el duro efecto que genera, sigue, recordamos cómo una fractura en el gobierno y su partido  provocaron el incendio, como reflejo de políticas nacidas en teorías económicas y los escritorios, sepultando cualquier atisbo social y ausencia de buen manejo político. Una de esas voces que sí recomendó públicamente (a diferencia del expresidente Uribe que salió a decir inexplicablemente que él no había sido consultado como jefe del partido de gobierno), sin jerarquía en el uribismo, fue el exministro de medio Ambiente Juan Lozano,  que en una columna del 22 de marzo en El Tiempo, antes de que se presentara la reforma, escribió ’15 consejos no pedidos para Carrasquilla’. 

¿Qué aconsejaba Lozano? 

“No se convierta en el jefe de debate de Gustavo Petro, insistiendo en extender el IVA a productos esenciales para la alimentación básica.  Busque, eso sí, gravar bienes de lujo”.

“Sea valiente de la política de austeridad. Adopte, tal como se lo han sugerido, un plan de austeridad en el gasto a 10 o 15 años y tráigalo a valor presente. Acepte para proponerle al Congreso la idea de congelar la burocracia por los mismos 10 o 15 años. Preséntele al país un plan realista y ambicioso de adelgazamiento de entidades públicas”.

“Despliegue con su equipo una artillería argumental para explicarles a las calificadoras de riesgo que Colombia necesita más gasto social (…)  y que debe enfrentar una explosiva situación social y política que vivimos (…) no maltraten a los pensionados, quienes trabajaron toda su vida para tener un derecho. 

Quíteles todos los beneficios tributarios a quienes no los merecen. 

Que no lo atormenten los neoliberales brutales a la hora de defender una exención o un beneficio necesario. Y que no lo intimiden las presiones cuando tenga que eliminar un beneficio o una exención dañina. 

No pierda de vista que lo más importante del paquete que van a presentar al Congreso es la agenda social. 

Enamórese de la completa gratuidad en educación superior para los estratos 1, 2 y 3 y defiéndala con ahínco. Esa debe ser una causa país. También del Ingreso Solidario Permanente, de la extensión de los planes de apoyo a las microempresas en particular y a las empresas en general y al pago por parte del Gobierno de la seguridad social a los trabajadores jóvenes. 

Impulsen un gran programa de mejoramiento de vías terciarias.

Afinen todas las herramientas anticorrupción. Estamos desesperados con la robadera de los recursos públicos. Estructuren un programa serio de congelamiento de giros a las administraciones donde algunos alcaldes y gobernadores se estén  robando la plata y busquen la manera de girarlos y ejecutarlos en las mismas entidades por otro conducto”. 

En fin, que el gobierno debió  primero proponer ahorro burocrático, anticorrupción y gasto social como condiciones  de la reforma.  

Lo que nos conduce a lo que  el periodista vallenato,  corresponsal del New York Times en Colombia, Sinar Alvarado,  escribió en sus páginas  el 29 abril sobre el presidente y el paro: “Duque, por estar en el estudio de la televisión, tampoco estudió la reforma presentada”.