Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 18 junio, 2021

La realidad

“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. San Mateo 6:33. Muchas veces la gente pregunta: ¿Mis problemas tienen su origen en lo espiritual, mental o físico? ¿Cuándo es espiritual un problema y cuándo es psicológico o neurológico? La Biblia reconoce la tridimensionalidad del ser: espíritu, alma […]

“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. San Mateo 6:33. Muchas veces la gente pregunta: ¿Mis problemas tienen su origen en lo espiritual, mental o físico? ¿Cuándo es espiritual un problema y cuándo es psicológico o neurológico? La Biblia reconoce la tridimensionalidad del ser: espíritu, alma y cuerpo. Visto así, nuestros problemas nunca dejan de ser sicológicos pues nuestra mente, emociones y voluntad siempre están sujetas a las cosas que pasan y contribuyen a solucionar o agrandar el problema.

 Al mismo tiempo, nuestros problemas nunca dejan de ser espirituales, puesto que Dios siempre está presente. Además que siempre tenemos la posibilidad de ser engañados por el gran enemigo de nuestras almas. 

La realidad es que nuestra cultura da por sentado que cualquier problema relacionado con la mente o el intelecto debe ser exclusivamente psicológico o neurológico y por lo tanto tratado de manera exclusiva. Ahora, dado que existe una interrelación entre la dimensión espiritual y la dimensión psíquica o alma, puede ser que algunos problemas tengan su asiento o causa en la esfera de lo espiritual y se manifiesten o exterioricen en lo psíquico o en lo físico. 

¿Quién dice que ciertos problemas no pueden ser espirituales? Debemos considerar el ámbito total de la realidad, de lo contrario nos polarizamos, sea en una ayuda psicoterapéutica que ignora la realidad espiritual o en un ministerio exclusivo de liberación que ignora la complejidad de los problemas cotidianos y elude la responsabilidad humana. 

El diagnóstico, base del adecuado tratamiento, y la posterior solución debe tomar en cuenta la realidad de todas las esferas en las que el hombre se mueve. Mucha gente sufre por enfermedades reales, causadas por virus, desequilibrios químicos o trastornos glandulares, por problemas mentales causados por el afán y la ansiedad y también por ataques espirituales.  

Advierto con cierta preocupación que la última posibilidad de solución que se toma en cuenta es la espiritual. Se recurre a la ayuda espiritual de presbíteros y pastores solo cuando han fracasado todos los otros métodos de solución anteriores y se han agotado todas las explicaciones naturales posibles. Puesto que se nos manda buscar primeramente el reino de Dios, ¿por qué no indagar el área espiritual primero? ¿Por qué no practicar las disciplinas espirituales de la oración, el ayuno, la lectura de la Biblia, el compañerismo cristiano y la vida comunitaria?

Queridos amigos: debemos ser realistas y mantener contacto firme con la realidad, pero bien vale la pena que consideremos como alternativa de solución la respuesta de Dios en su Palabra para cada situación. Abramos un espacio a la autoridad de Dios y probemos si su respuesta es mejor y más acertada. Si la batalla es por la mente, podemos ganar esa guerra con la autoridad de la Palabra de Dios. 

Hago oración para que Dios nos mantenga sintonizados con la realidad del mundo espiritual, y conscientes de los problemas que se presentan cuando fracasamos en poner a Dios en primer lugar de nuestras vidas. Un fuerte abrazo y abundantes bendiciones  

Columnista
18 junio, 2021

La realidad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Valerio Mejía Araújo

“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. San Mateo 6:33. Muchas veces la gente pregunta: ¿Mis problemas tienen su origen en lo espiritual, mental o físico? ¿Cuándo es espiritual un problema y cuándo es psicológico o neurológico? La Biblia reconoce la tridimensionalidad del ser: espíritu, alma […]


“Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. San Mateo 6:33. Muchas veces la gente pregunta: ¿Mis problemas tienen su origen en lo espiritual, mental o físico? ¿Cuándo es espiritual un problema y cuándo es psicológico o neurológico? La Biblia reconoce la tridimensionalidad del ser: espíritu, alma y cuerpo. Visto así, nuestros problemas nunca dejan de ser sicológicos pues nuestra mente, emociones y voluntad siempre están sujetas a las cosas que pasan y contribuyen a solucionar o agrandar el problema.

 Al mismo tiempo, nuestros problemas nunca dejan de ser espirituales, puesto que Dios siempre está presente. Además que siempre tenemos la posibilidad de ser engañados por el gran enemigo de nuestras almas. 

La realidad es que nuestra cultura da por sentado que cualquier problema relacionado con la mente o el intelecto debe ser exclusivamente psicológico o neurológico y por lo tanto tratado de manera exclusiva. Ahora, dado que existe una interrelación entre la dimensión espiritual y la dimensión psíquica o alma, puede ser que algunos problemas tengan su asiento o causa en la esfera de lo espiritual y se manifiesten o exterioricen en lo psíquico o en lo físico. 

¿Quién dice que ciertos problemas no pueden ser espirituales? Debemos considerar el ámbito total de la realidad, de lo contrario nos polarizamos, sea en una ayuda psicoterapéutica que ignora la realidad espiritual o en un ministerio exclusivo de liberación que ignora la complejidad de los problemas cotidianos y elude la responsabilidad humana. 

El diagnóstico, base del adecuado tratamiento, y la posterior solución debe tomar en cuenta la realidad de todas las esferas en las que el hombre se mueve. Mucha gente sufre por enfermedades reales, causadas por virus, desequilibrios químicos o trastornos glandulares, por problemas mentales causados por el afán y la ansiedad y también por ataques espirituales.  

Advierto con cierta preocupación que la última posibilidad de solución que se toma en cuenta es la espiritual. Se recurre a la ayuda espiritual de presbíteros y pastores solo cuando han fracasado todos los otros métodos de solución anteriores y se han agotado todas las explicaciones naturales posibles. Puesto que se nos manda buscar primeramente el reino de Dios, ¿por qué no indagar el área espiritual primero? ¿Por qué no practicar las disciplinas espirituales de la oración, el ayuno, la lectura de la Biblia, el compañerismo cristiano y la vida comunitaria?

Queridos amigos: debemos ser realistas y mantener contacto firme con la realidad, pero bien vale la pena que consideremos como alternativa de solución la respuesta de Dios en su Palabra para cada situación. Abramos un espacio a la autoridad de Dios y probemos si su respuesta es mejor y más acertada. Si la batalla es por la mente, podemos ganar esa guerra con la autoridad de la Palabra de Dios. 

Hago oración para que Dios nos mantenga sintonizados con la realidad del mundo espiritual, y conscientes de los problemas que se presentan cuando fracasamos en poner a Dios en primer lugar de nuestras vidas. Un fuerte abrazo y abundantes bendiciones