-->
Publicidad
Categorías
Categorías
Editorial - 21 marzo, 2025

La primavera y la sabiduría campesina

El maestro Leandro Díaz anuncia en una de sus canciones que “el 22 de marzo llega la primavera, le da alegría a la tierra y yo adornaré con mi canto”, cuya estrofa resume el encanto natural y la importancia que en otros años representaba esta época del año.

Boton Wpp

El maestro Leandro Díaz anuncia en una de sus canciones que “el 22 de marzo llega la primavera, le da alegría a la tierra y yo adornaré con mi canto”, cuya estrofa resume el encanto natural y la importancia que en otros años representaba esta época del año.

Pero los tiempos han cambiado, ahora la vida es más citadina y muchos aspectos de la naturaleza han pasado a un segundo plano, entre ellos todo ese cúmulo de conocimientos que nuestros antiguos campesinos poseían acerca de cómo trabajar la tierra bajo la guía que les proporcionaba el mismo campo, ellos podían esperar con precisión el momento exacto para sembrar, dependiendo de la llegada y la proporción de las lluvias, lo mismo que la duración o días de invierno.

Los campesinos tenían un lenguaje muy propio, hablaban de cosecha de primera, cosecha de segunda, de luna nueva, luna llena y del quinto siete de la luna, eran términos muy familiares por medio de los cuales se entendían para tomar decisiones relacionadas con la agricultura.

Los labriegos sabían que debían aprovechar el tiempo para la cosecha de primera, esa debía darse a partir del 20 de marzo y durante días claves del mes de abril, tiempo que era considerado muy bueno para sembrar yuca y maíz, entre otros cultivos.

Mientras que la cosecha de segunda era a partir del mes de agosto, época preferida para sembrar maíz. “Para la yuca era mejor la cosecha de primera y el maíz producía más en la cosecha de segunda”, refiere un campesino.

La luna era otra guía, en luna nueva no se podía sembrar ni se podía cortar madera verde. Para esas actividades ellos iban a la fija en periodo de luna llena o al que denominaban como “quinto siete” que corresponde al tiempo que sigue después del día 15, periodo ideal para labrar madera o podar árboles.

Para temas pecuarios también se basaban en la luna. “A esa puerca (cerda) se le pasó la luna, hay que esperar la nueva luna para que quede en calor y se pueda preñar”, decían para referirse al proceso de reproducción de algunos de sus animales de corral.

También estaban las famosas cabañuelas, referidas por la canción grabada por los Hermanos Zuleta, estas son los primeros 12 días del mes de enero, cada día corresponde a un mes del año, el primero de enero equivale al mes de enero, el dos de enero es febrero, el 3 es marzo, hasta llegar al mes 12 que es diciembre, y después del día12 se da un conteo regresivo hacia el día 24 para verificar el comportamiento del tiempo, es decir, el día 13 equivale al mes de diciembre, el 14 es noviembre, el 15 es octubre y sucesivamente hasta llegar nuevamente a enero. Dependiendo de cómo se muestre cada día así será cada mes del año en materia de lluvia o verano. “malparieron las cabañuelas”, solían decir los campesinos cuando en uno de esos días llovía sin ser algo esperado para esa fecha. También utilizaban la sal para saber cómo iban a ser los meses de lluvia.

Nuestros campesinos ancestrales no necesitaban leer libros ni ir al colegio, todo su proceso de aprendizaje se dada en el día a día desde niños hasta llegar a la edad adulta mediante la observación y la puesta en práctica de actividades que de manera conjunta desarrollaban con sus padres, abuelos y anteriores generaciones.

Todos estos conocimientos, al igual que gran parte de nuestra flora y nuestra fauna, están en vías de extinción, sería importante que desde la institucionalidad se busque la forma de preservarlos y ponerlos a disposición de las nuevas generaciones rurales. Nuestros abuelos campesinos poco a poco se están despidiendo y se llevan consigo un mundo de sabiduría natural.

Editorial
21 marzo, 2025

La primavera y la sabiduría campesina

El maestro Leandro Díaz anuncia en una de sus canciones que “el 22 de marzo llega la primavera, le da alegría a la tierra y yo adornaré con mi canto”, cuya estrofa resume el encanto natural y la importancia que en otros años representaba esta época del año.


Boton Wpp

El maestro Leandro Díaz anuncia en una de sus canciones que “el 22 de marzo llega la primavera, le da alegría a la tierra y yo adornaré con mi canto”, cuya estrofa resume el encanto natural y la importancia que en otros años representaba esta época del año.

Pero los tiempos han cambiado, ahora la vida es más citadina y muchos aspectos de la naturaleza han pasado a un segundo plano, entre ellos todo ese cúmulo de conocimientos que nuestros antiguos campesinos poseían acerca de cómo trabajar la tierra bajo la guía que les proporcionaba el mismo campo, ellos podían esperar con precisión el momento exacto para sembrar, dependiendo de la llegada y la proporción de las lluvias, lo mismo que la duración o días de invierno.

Los campesinos tenían un lenguaje muy propio, hablaban de cosecha de primera, cosecha de segunda, de luna nueva, luna llena y del quinto siete de la luna, eran términos muy familiares por medio de los cuales se entendían para tomar decisiones relacionadas con la agricultura.

Los labriegos sabían que debían aprovechar el tiempo para la cosecha de primera, esa debía darse a partir del 20 de marzo y durante días claves del mes de abril, tiempo que era considerado muy bueno para sembrar yuca y maíz, entre otros cultivos.

Mientras que la cosecha de segunda era a partir del mes de agosto, época preferida para sembrar maíz. “Para la yuca era mejor la cosecha de primera y el maíz producía más en la cosecha de segunda”, refiere un campesino.

La luna era otra guía, en luna nueva no se podía sembrar ni se podía cortar madera verde. Para esas actividades ellos iban a la fija en periodo de luna llena o al que denominaban como “quinto siete” que corresponde al tiempo que sigue después del día 15, periodo ideal para labrar madera o podar árboles.

Para temas pecuarios también se basaban en la luna. “A esa puerca (cerda) se le pasó la luna, hay que esperar la nueva luna para que quede en calor y se pueda preñar”, decían para referirse al proceso de reproducción de algunos de sus animales de corral.

También estaban las famosas cabañuelas, referidas por la canción grabada por los Hermanos Zuleta, estas son los primeros 12 días del mes de enero, cada día corresponde a un mes del año, el primero de enero equivale al mes de enero, el dos de enero es febrero, el 3 es marzo, hasta llegar al mes 12 que es diciembre, y después del día12 se da un conteo regresivo hacia el día 24 para verificar el comportamiento del tiempo, es decir, el día 13 equivale al mes de diciembre, el 14 es noviembre, el 15 es octubre y sucesivamente hasta llegar nuevamente a enero. Dependiendo de cómo se muestre cada día así será cada mes del año en materia de lluvia o verano. “malparieron las cabañuelas”, solían decir los campesinos cuando en uno de esos días llovía sin ser algo esperado para esa fecha. También utilizaban la sal para saber cómo iban a ser los meses de lluvia.

Nuestros campesinos ancestrales no necesitaban leer libros ni ir al colegio, todo su proceso de aprendizaje se dada en el día a día desde niños hasta llegar a la edad adulta mediante la observación y la puesta en práctica de actividades que de manera conjunta desarrollaban con sus padres, abuelos y anteriores generaciones.

Todos estos conocimientos, al igual que gran parte de nuestra flora y nuestra fauna, están en vías de extinción, sería importante que desde la institucionalidad se busque la forma de preservarlos y ponerlos a disposición de las nuevas generaciones rurales. Nuestros abuelos campesinos poco a poco se están despidiendo y se llevan consigo un mundo de sabiduría natural.