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Editorial - 4 septiembre, 2011

La política y el futuro del transporte público de Valledupar

Los problemas de movilidad, como la llaman ahora los expertos en urbanismo  y transporte, están entre los primeros lugares de la agenda pública de las ciudades del país. Valledupar, al igual que muchas ciudades de la Región Caribe, no cuenta con un adecuado sistema de transporte público colectivo. El servicio de buses y busetas prácticamente  […]

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Los problemas de movilidad, como la llaman ahora los expertos en urbanismo  y transporte, están entre los primeros lugares de la agenda pública de las ciudades del país. Valledupar, al igual que muchas ciudades de la Región Caribe, no cuenta con un adecuado sistema de transporte público colectivo.
El servicio de buses y busetas prácticamente  colapsó como consecuencia de la ineficiencia, la informalidad y el crecimiento del mototaxismo, que se ha convertido en la única alternativa de muchas personas, principalmente de las de menor capacidad económica.
Lo cierto es que hoy por hoy muchos habitantes de Valledupar, principalmente los hombres mayores de 14 años tienen que utilizar sólo las pocas busetas con que cuenta la ciudad o los taxis, ante la prohibición de viajar como parrillero. Para los otros está el mototaxismo que, además de ser informal representa un gran riesgo, principalmente para las mujeres, los niños y las personas mayores.
La ciudad requiere a gritos un sistema moderno y eficiente de transporte público colectivo, y en ese sentido se viene hablando del Proyecto del SETP, desde la época de la alcaldía de Elías Ochoa Daza. Este proyecto  se concretó durante la gestión del Alcalde Rubén Alfredo “Ava” Carvajal, con el apoyo luego del alcalde encargado, Carlos García Aragón, y posteriormente con el Alcalde Luis Fabián Fernández, y el apoyo decidido del Gobernador Cristian Moreno.
Hay que reconocer que el proyecto entró en un camino seguro, a finales del gobierno de Uribe Vélez, cuando la Nación se comprometió con algo más de $164 mil millones, el departamento debe aportar unos 39 mil millones y el Municipio $31 mil millones. Adicionalmente, se designó a un gerente en propiedad, el joven administrador de empresas y ex precandidato a la Alcaldía de Valledupar, Wisam Faraj Obregón, una designación que fue bien recibida por los transportadores, los gremios y la comunidad, en general.
Pero cuanto ya se pensaba que el proyecto había comenzado a marchar, se descubren una serie de diferencias entre el gobernador del Cesar, Cristian Moreno y el Alcalde de Valledupar, Luis Fabián Fernández, como la registrada el pasado jueves, en virtud de las cuales no fue posible realizar la posesión de Wisam Faraj, principal objetivo de la Junta Directiva programada para ese día.
En opinión del gobernador ha faltado un mayor compromiso del Alcalde. Además, un congresista ha objetado la elección del gerente, entre otros, con el argumento que en la terna debía estar incluida una mujer. Por su parte, el Alcalde ha dicho que no fue invitado oportunamente y que es el municipio y su despacho quienes deben liderar el proceso y convocar la Junta Directiva.
Independientemente de los argumentos de parte y parte, lo cierto es que ante los delegados del gobierno nacional, funcionarios de Planeación Nacional, del Ministerio de Hacienda y del Ministerio de Transporte, Alcalde y Gobernador sentaron un mal precedente, que esperamos no arriesgue el futuro de la financiación del proyecto más importante para Valledupar en el mediano plazo.
Con toda la consideración que nos merecen ambos funcionarios, y con el respeto por sus fueros, creemos, al igual que la mayoría de los representantes de los transportadores y los gremios de la ciudad, que se deben superar cuanto antes estas diferencias y seguir con los trámites que faltan para asegurar este proyecto, incluyendo la posesión del funcionario escogido, un personaje que inspira confianza a todas las partes, incluyendo al sector privado y a distintos voceros de la ciudadanía.
Hacemos un llamado a la sindéresis, a que ambos funcionarios conversen sobre sus diferencias, y se agilice y se garantice a la ciudad un proyecto vital para el bienestar de sus habitantes y para la competitividad de la ciudad de Valledupar, hoy disminuida por el mototaxismo y la falta de un sistema de transporte público moderno, cómodo, eficiente y seguro. Ojalá que la politiquería no ponga en riesgo un proyecto tan importante para Valledupar.

Editorial
4 septiembre, 2011

La política y el futuro del transporte público de Valledupar

Los problemas de movilidad, como la llaman ahora los expertos en urbanismo  y transporte, están entre los primeros lugares de la agenda pública de las ciudades del país. Valledupar, al igual que muchas ciudades de la Región Caribe, no cuenta con un adecuado sistema de transporte público colectivo. El servicio de buses y busetas prácticamente  […]


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Los problemas de movilidad, como la llaman ahora los expertos en urbanismo  y transporte, están entre los primeros lugares de la agenda pública de las ciudades del país. Valledupar, al igual que muchas ciudades de la Región Caribe, no cuenta con un adecuado sistema de transporte público colectivo.
El servicio de buses y busetas prácticamente  colapsó como consecuencia de la ineficiencia, la informalidad y el crecimiento del mototaxismo, que se ha convertido en la única alternativa de muchas personas, principalmente de las de menor capacidad económica.
Lo cierto es que hoy por hoy muchos habitantes de Valledupar, principalmente los hombres mayores de 14 años tienen que utilizar sólo las pocas busetas con que cuenta la ciudad o los taxis, ante la prohibición de viajar como parrillero. Para los otros está el mototaxismo que, además de ser informal representa un gran riesgo, principalmente para las mujeres, los niños y las personas mayores.
La ciudad requiere a gritos un sistema moderno y eficiente de transporte público colectivo, y en ese sentido se viene hablando del Proyecto del SETP, desde la época de la alcaldía de Elías Ochoa Daza. Este proyecto  se concretó durante la gestión del Alcalde Rubén Alfredo “Ava” Carvajal, con el apoyo luego del alcalde encargado, Carlos García Aragón, y posteriormente con el Alcalde Luis Fabián Fernández, y el apoyo decidido del Gobernador Cristian Moreno.
Hay que reconocer que el proyecto entró en un camino seguro, a finales del gobierno de Uribe Vélez, cuando la Nación se comprometió con algo más de $164 mil millones, el departamento debe aportar unos 39 mil millones y el Municipio $31 mil millones. Adicionalmente, se designó a un gerente en propiedad, el joven administrador de empresas y ex precandidato a la Alcaldía de Valledupar, Wisam Faraj Obregón, una designación que fue bien recibida por los transportadores, los gremios y la comunidad, en general.
Pero cuanto ya se pensaba que el proyecto había comenzado a marchar, se descubren una serie de diferencias entre el gobernador del Cesar, Cristian Moreno y el Alcalde de Valledupar, Luis Fabián Fernández, como la registrada el pasado jueves, en virtud de las cuales no fue posible realizar la posesión de Wisam Faraj, principal objetivo de la Junta Directiva programada para ese día.
En opinión del gobernador ha faltado un mayor compromiso del Alcalde. Además, un congresista ha objetado la elección del gerente, entre otros, con el argumento que en la terna debía estar incluida una mujer. Por su parte, el Alcalde ha dicho que no fue invitado oportunamente y que es el municipio y su despacho quienes deben liderar el proceso y convocar la Junta Directiva.
Independientemente de los argumentos de parte y parte, lo cierto es que ante los delegados del gobierno nacional, funcionarios de Planeación Nacional, del Ministerio de Hacienda y del Ministerio de Transporte, Alcalde y Gobernador sentaron un mal precedente, que esperamos no arriesgue el futuro de la financiación del proyecto más importante para Valledupar en el mediano plazo.
Con toda la consideración que nos merecen ambos funcionarios, y con el respeto por sus fueros, creemos, al igual que la mayoría de los representantes de los transportadores y los gremios de la ciudad, que se deben superar cuanto antes estas diferencias y seguir con los trámites que faltan para asegurar este proyecto, incluyendo la posesión del funcionario escogido, un personaje que inspira confianza a todas las partes, incluyendo al sector privado y a distintos voceros de la ciudadanía.
Hacemos un llamado a la sindéresis, a que ambos funcionarios conversen sobre sus diferencias, y se agilice y se garantice a la ciudad un proyecto vital para el bienestar de sus habitantes y para la competitividad de la ciudad de Valledupar, hoy disminuida por el mototaxismo y la falta de un sistema de transporte público moderno, cómodo, eficiente y seguro. Ojalá que la politiquería no ponga en riesgo un proyecto tan importante para Valledupar.