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Columnista - 4 agosto, 2020

La poesía viaja por el mundo

Manuel Ekiwa Estrella, es un mexicano emprendedor, poeta y gestor cultural que se lanzó al ruedo y como buen gallo respondió con pico y espuela.  Se dedicó a organizar un “Gran encuentro mundial virtual de poetas, por un mundo mejor para vivir”, que en principio estaba para desarrollarse en cinco días y terminó en siete. […]

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Manuel Ekiwa Estrella, es un mexicano emprendedor, poeta y gestor cultural que se lanzó al ruedo y como buen gallo respondió con pico y espuela.  Se dedicó a organizar un “Gran encuentro mundial virtual de poetas, por un mundo mejor para vivir”, que en principio estaba para desarrollarse en cinco días y terminó en siete.

Desde el lunes 27 de julio hasta el domingo 2 de agosto, como él mismo lo manifestó se sintió capaz de soñar y se armó de valor, es de lo único de lo que se puede armar un poeta; de valor y de letras que nacen del corazón.  Y el encuentro virtual no era una competencia, eso le generaba un poco de tranquilidad.  354 poetas de 25 países del mundo,  y dentro de esos países, Colombia no podía faltar, fueron 26 poetas de diferentes zonas de nuestra geografía, que se inscribieron en este magno evento; de ellos hubo cuatro poetas representando al departamento del Cesar. Una distinguida y gran poeta de Aguachica, Esperanza Ramos Yañez; de Codazzi el poeta conocido como el “Poeta del Valle” Enrique Orozco; Adalin Aldana y este servidor en representación de Valledupar.  Tengo que reconocer que fue una grata experiencia y esto me lleva a escribir esta nota. 

Pablo Neruda refería:   “supone que el poeta es un diverso entre los hombres con una misión singular —privilegio y responsabilidad— que consiste en dar forma comunicable a la capacidad de la literatura para modificar positivamente la realidad, actualizando así su deber de solidaridad con los comunes seres humanos”. La vigencia de ese escenario que refería Neruda es lo que nos lleva a analizar la importancia de las redes sociales para poder compartir lo que emana del corazón del poeta. Mario Benedetti define la poesía como “el alma del mundo”, hoy también la podemos definir como las alas del mundo; viaja a cualquier rincón,  se pasea por los más grandes escenarios y se planta en el campo, en el azadón del jornalero y tiene tiempo, además, para hacer encuentros virtuales.

Llevando en el suspiro del poeta, un mensaje de esperanza, de sueños para vivir mejor, izando una bandera blanca que pregona la paz y gritando a todo pulmón: “Yo quiero que venga Francisco el hombre, y que cante sus canciones  para poderlo escuchar, que traiga de las sabanas los sones, de la nevada aquel indio llamado el Cacique Upar; traer los acordeoneros de más renombre, los mejores verseadores a improvisar y que vengan los cantantes de otras naciones a cantar el amor, amor en Valledupar”. Este fue el mensaje que nos dejó Nando Marín y que jamás podremos olvidar, mientras tanto la poesía viaja por el mundo y no se detiene;  y mientras haya personajes como Manuel Ekiwa, vamos a seguir optimistas.

Cierro esta nota, dándole las gracias a seres humanos como él. Y por último comparto de Benedetti lo siguiente, ojalá tenga eco en nuestros noveles compositores que no poetas: el creciente eco de la poesía entre los jóvenes, especialmente en Latinoamérica. “Los jóvenes están volviendo a la poesía y a la canción que dice cosas, que no sólo repite un estribillo machacón”. Ojalá y se dé. Mientras tanto que la poesía siga viajando por el mundo.  Sólo Eso.

Columnista
4 agosto, 2020

La poesía viaja por el mundo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eduardo S. Ortega Vergara

Manuel Ekiwa Estrella, es un mexicano emprendedor, poeta y gestor cultural que se lanzó al ruedo y como buen gallo respondió con pico y espuela.  Se dedicó a organizar un “Gran encuentro mundial virtual de poetas, por un mundo mejor para vivir”, que en principio estaba para desarrollarse en cinco días y terminó en siete. […]


Manuel Ekiwa Estrella, es un mexicano emprendedor, poeta y gestor cultural que se lanzó al ruedo y como buen gallo respondió con pico y espuela.  Se dedicó a organizar un “Gran encuentro mundial virtual de poetas, por un mundo mejor para vivir”, que en principio estaba para desarrollarse en cinco días y terminó en siete.

Desde el lunes 27 de julio hasta el domingo 2 de agosto, como él mismo lo manifestó se sintió capaz de soñar y se armó de valor, es de lo único de lo que se puede armar un poeta; de valor y de letras que nacen del corazón.  Y el encuentro virtual no era una competencia, eso le generaba un poco de tranquilidad.  354 poetas de 25 países del mundo,  y dentro de esos países, Colombia no podía faltar, fueron 26 poetas de diferentes zonas de nuestra geografía, que se inscribieron en este magno evento; de ellos hubo cuatro poetas representando al departamento del Cesar. Una distinguida y gran poeta de Aguachica, Esperanza Ramos Yañez; de Codazzi el poeta conocido como el “Poeta del Valle” Enrique Orozco; Adalin Aldana y este servidor en representación de Valledupar.  Tengo que reconocer que fue una grata experiencia y esto me lleva a escribir esta nota. 

Pablo Neruda refería:   “supone que el poeta es un diverso entre los hombres con una misión singular —privilegio y responsabilidad— que consiste en dar forma comunicable a la capacidad de la literatura para modificar positivamente la realidad, actualizando así su deber de solidaridad con los comunes seres humanos”. La vigencia de ese escenario que refería Neruda es lo que nos lleva a analizar la importancia de las redes sociales para poder compartir lo que emana del corazón del poeta. Mario Benedetti define la poesía como “el alma del mundo”, hoy también la podemos definir como las alas del mundo; viaja a cualquier rincón,  se pasea por los más grandes escenarios y se planta en el campo, en el azadón del jornalero y tiene tiempo, además, para hacer encuentros virtuales.

Llevando en el suspiro del poeta, un mensaje de esperanza, de sueños para vivir mejor, izando una bandera blanca que pregona la paz y gritando a todo pulmón: “Yo quiero que venga Francisco el hombre, y que cante sus canciones  para poderlo escuchar, que traiga de las sabanas los sones, de la nevada aquel indio llamado el Cacique Upar; traer los acordeoneros de más renombre, los mejores verseadores a improvisar y que vengan los cantantes de otras naciones a cantar el amor, amor en Valledupar”. Este fue el mensaje que nos dejó Nando Marín y que jamás podremos olvidar, mientras tanto la poesía viaja por el mundo y no se detiene;  y mientras haya personajes como Manuel Ekiwa, vamos a seguir optimistas.

Cierro esta nota, dándole las gracias a seres humanos como él. Y por último comparto de Benedetti lo siguiente, ojalá tenga eco en nuestros noveles compositores que no poetas: el creciente eco de la poesía entre los jóvenes, especialmente en Latinoamérica. “Los jóvenes están volviendo a la poesía y a la canción que dice cosas, que no sólo repite un estribillo machacón”. Ojalá y se dé. Mientras tanto que la poesía siga viajando por el mundo.  Sólo Eso.