El Obispo de Valledupar, monseñor Oscar José Vélez Isaza, es un convencido de la paz y cree que para tener un país sin conflicto armado se debe hacer un profundo trabajo con los desmovilizados y las víctimas, una especie de ‘desintoxicación’, para que no pase lo mismo que ocurrió con los paramilitares desmovilizados. En entrevista […]
El Obispo de Valledupar, monseñor Oscar José Vélez Isaza, es un convencido de la paz y cree que para tener un país sin conflicto armado se debe hacer un profundo trabajo con los desmovilizados y las víctimas, una especie de ‘desintoxicación’, para que no pase lo mismo que ocurrió con los paramilitares desmovilizados.
En entrevista con EL PILÓN monseñor Vélez Isaza habló del papel de la iglesia en la construcción de paz territorial, del postconflicto para que el que se debe preparar la sociedad, de la meta que tiene la Diócesis de pasar de 33 iglesias a 50 iglesias en Valledupar, de llegar a los jóvenes para fortalecer e inculcar valores que frenen la descomposición social que se presenta en la ciudad (drogas, sexos y embarazos en menores de edad), y de los retos que tiene con el Plan Global proyectado para los próximos cinco años, como preparación a la celebración de las bodas de oro de la Diócesis.
Monseñor Oscar José Vélez lleva 11 años al frente de esta pastoral y no solo ha visto crecer la iglesia en infraestructura, sino en sacerdocio. No cree en el ‘reclutamiento’ de feligreses, sino en un trabajo integral con las personas que les permita encontrar la conexión con Dios. Su gran apuesta es la construcción de la nueva Catedral en los terrenos situados detrás del Cementerio Nuevo. La siguiente es la entrevista concedida por el Obispo de Valledupar.
EL PILÓN: ¿Cómo se preparan para la celebración de los 50 años de la Diócesis de Valledupar?
Monseñor Óscar José Vélez Isaza: En el año 2019 se celebran los 50 años de la Diócesis de Valledupar y nosotros queremos celebrar como un jubileo, es un momento para darle gracias a Dios por celebrar estos 50 años. Vamos a tener tres frentes de preparación para esta celebración.
EP: ¿Cuáles son esos frentes?
MOJVI: El primer frente del Plan Global de la Diócesis es un plan a cinco años, abarca todos los aspectos de la vida pastoral, desde las catequesis, trabajo con jóvenes, todos los frentes de la Pastoral Diocesana para que de alguna manera en cada frente haya un desarrollo muy especial. Otro aspecto de la preparación para estos 50 años es intensificar el trabajo en los nuevos desarrollos urbanos tanto de Valledupar como de los demás municipios donde nosotros estamos trabajando, lógicamente la meta en Valledupar para el 2019 es tener 50 parroquias que en este tiene 33, que podamos llegar a las periferias, a todos los sectores, esto lo vamos a lograr con la ayuda de Dios, de la mano de algunos constructores que nos están dando los lotes, de benefactores y la comunidad. También tener 50 parroquias en los municipios que hacen parte de la Diócesis que abarca desde Fonseca, sur de La Guajira, hasta Curumaní, centro del Cesar.
El otro frente en el que estamos trabajando es la nueva Catedral de Valledupar, todos sabemos que la que existe es muy pequeña, tal vez es la más pequeña de Colombia, es cuando Valledupar era un pueblo, ahora es una ciudad muy pujante y necesitamos una Catedral que nos pueda albergar cuando tengamos las grandes celebraciones.
EP: La nueva Catedral estará al lado del Cementerio Nuevo ¿Se descarta la reubicación de este campo santo?
MOJVI: Eso es algo de futuro, pues todavía no sabemos, porque en este momento sacar a toda esa cantidad de difuntos es una tarea dispendiosa, eso ya le correspondería al Municipio de conseguir un cementerio popular, este es el cementerio a donde puede acceder cualquier persona, ya están haciendo otro cementerio a la salida de Valledupar, en esa vía van a quedar dos cementerios, pero son costosos, de particulares, no se puede pensar en esta opción hasta que no haya alternativas y esta es una tarea del Municipio de conseguir un terreno para hacer un cementerio popular. De todas maneras la Catedral va a tener en la parte de abajo la cripta para darle sentido de osario.
EP: En cuanto al tema de evangelización, ¿Cómo llegarles a los jóvenes?
MOJVI: Sí, hay que tener en cuenta que la población de Valledupar es juvenil, hay que valerse del campo deportivo, recreativo, tenemos que llegarle con lo que le gusta al joven, y lógicamente enseñarle valores.
EP: ¿Cree que una de las fortalezas de los no católicos a los que ustedes llaman hermanos separados es que hacen ‘reclutamiento de feligreses’?
MOJVI: La metodología de la Iglesia Católica es diferente, no es hacer ese proselitismo, si no es hacer una labor más fuerte, no es como vender un producto, pero sí hay que decir que los hermanos separados han estado saliendo de casa en casa, no es una competencia porque no es nuestro interés, de ninguna manera, pero sí hacer mucha más presencia en estas poblaciones que no hemos llegado por distintos motivos, muchos de los cuales son católicos de nombre, o porque fueron bautizados, pero no han tenido práctica de religión, queremos llegar a ellos, para tratar de fortalecer su fe, pero no tratar de convertir un protestante, no tenemos ese afán proselitista pero sí que un católico pueda recuperar su identidad.
EP: ¿Cómo ha crecido la Diócesis de Valledupar?
MOJVI: Cuando yo llegué encontré unas cuantas iglesias concentradas en el centro, que estaban congregando mucha gente, pero comencé a visitar barrios como Villa Miriam y otros en las periferias y no había nada. Cuando me ordené sacerdote, me tocó comenzar en las periferias de Medellín, me entregaron una zona gigantesca en la comuna noroccidental, comencé a trabajar sin parroquias ni nada, entonces fue como otra vez iniciar con mi experiencia como sacerdote, y con el Papa Francisco que nos ha estado diciendo que salgamos, que hagamos misión y esto nos ha ayudado mucho, estoy muy contento en la Diócesis, muchos proyectos, muchos sueños, mucha alegría con el Seminario. Hay 71 sacerdotes y cuando llegué había 50 sacerdotes, ha habido una renovación muy grande de sacerdotes y precisamente ahora se ordenan cinco diáconos y en junio se ordenaron seis sacerdotes.
EP: Cuando usted llegó a Valledupar hace 11 años, en el departamento se estaba viviendo una situación de guerrilla y paramilitarismo, venía de participar en diálogos de paz, ¿Cómo ve este proceso en este momento?
MOJVI: Llegué en la etapa final del paramilitarismo, me tocó brindar una pequeña colaboración cuando la desmovilización de los paramilitares, la guerrilla había quedado un poco más atrás en el Cesar, no quiere decir que no la había. Ahora estamos en ese proceso, la Iglesia Católica está comprometida con el proceso de paz, nosotros a pesar de las dificultades, que son inevitables porque son más de 50 años de guerrilla y esto de un día para otro no se acaba, pero la Iglesia Católica está comprometida en ese proceso de paz, creemos en el proceso de paz, creemos que puede llegar a buen término, no hemos estado trabajando directamente en La Habana con los diálogos porque no somos partes del gobierno ni de la guerrilla que son los que están dialogando, pero sí le estamos haciendo un acompañamiento a las víctimas y estamos comprometidos con este proceso.
EP: ¿Cuál cree usted que debe ser el papel de la Iglesia en los territorios, cuando se habla de paz territorial para lograr ese sueño?
MOJVI: Lo primero es meternos en la conciencia de que la paz es posible, que es una oportunidad que no podemos perder, que ciertamente hay dificultades, muchas veces nos toca tragarnos unos sapos, pero sabemos que por la paz hay que hacerlo. Hay que hacer un trabajo para que crean en la paz, acepten la paz y apoyen la paz, es una idea que es el campo principal que puede hacer la Iglesia, es el principal aporte y lógicamente viene un segundo momento y es ir preparándonos para el postconflicto, del que se dice no va a ser nada fácil, mucha lacra, mucha cosa que ha quedado en la historia, en las poblaciones. La Iglesia debe colaborar en este momento tanto en el trabajo con las víctimas como con los que se desmovilizan y los que han tenido parte en el conflicto, porque hay que tener un cambio de mentalidad, y ese fue uno de los temas más débiles del paramilitarismo, que a esa gente se mandó a la calle sin haberle hecho una preparación, sin haberla desintoxicado, sin haberle hecho este proceso y esto trae sus consecuencias. Con la guerrilla puede pasar algo si no se le ha hecho la desintoxicación, a la iglesia le toca hacer un trabajo muy grande.
EP: ¿Tienen ustedes algún trabajo adelantado en esto?
MOJVI: Sí, con el Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, el PDP, que justo hicimos reunión de Junta Directiva para nuevo presidente y los planes para el año entrante, en este programa ha estado la Diócesis desde el comienzo, precisamente preparándonos para esta etapa del postconflicto.
EP: Es diciembre, época de paz y armonía. ¿Qué mensaje le envía a la comunidad que hoy se siente insegura, atrapada por los delincuentes que no conocen el valor de la vida?
MOJVI: El mensaje es el que los ángeles de Belén cantaron cuando nació Jesús, “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor”, este mensaje tiene dos partes, uno es el sentido de la gloria de Dios, creo que ninguna sociedad se puede construir bien, justa, en paz, si no es con la misericordia de Dios, la alabanza y gloria a Él, el conocimiento a su palabra y como consecuencia a esta aceptación a Dios, de permitir que Dios esté en la vida de las personas, es la segunda parte del mensaje de los ángeles. Es precisamente que la paz nace en el corazón del hombre en la medida en que se acoja a Dios, podría concluir con esta frase: Navidad es el acontecimiento en el que celebramos el nacimiento de Jesús en Belén, pero cuando la iglesia sigue celebrando la Navidad es con el propósito de que ese niño que nació en Belén, nazca también en el corazón de cada uno, para traer paz, alegría y fortaleza para afrontarlo todo, para que podamos construir una sociedad en paz.
Por Yelene Cuan Pertuz/ EL PILÓN
El Obispo de Valledupar, monseñor Oscar José Vélez Isaza, es un convencido de la paz y cree que para tener un país sin conflicto armado se debe hacer un profundo trabajo con los desmovilizados y las víctimas, una especie de ‘desintoxicación’, para que no pase lo mismo que ocurrió con los paramilitares desmovilizados. En entrevista […]
El Obispo de Valledupar, monseñor Oscar José Vélez Isaza, es un convencido de la paz y cree que para tener un país sin conflicto armado se debe hacer un profundo trabajo con los desmovilizados y las víctimas, una especie de ‘desintoxicación’, para que no pase lo mismo que ocurrió con los paramilitares desmovilizados.
En entrevista con EL PILÓN monseñor Vélez Isaza habló del papel de la iglesia en la construcción de paz territorial, del postconflicto para que el que se debe preparar la sociedad, de la meta que tiene la Diócesis de pasar de 33 iglesias a 50 iglesias en Valledupar, de llegar a los jóvenes para fortalecer e inculcar valores que frenen la descomposición social que se presenta en la ciudad (drogas, sexos y embarazos en menores de edad), y de los retos que tiene con el Plan Global proyectado para los próximos cinco años, como preparación a la celebración de las bodas de oro de la Diócesis.
Monseñor Oscar José Vélez lleva 11 años al frente de esta pastoral y no solo ha visto crecer la iglesia en infraestructura, sino en sacerdocio. No cree en el ‘reclutamiento’ de feligreses, sino en un trabajo integral con las personas que les permita encontrar la conexión con Dios. Su gran apuesta es la construcción de la nueva Catedral en los terrenos situados detrás del Cementerio Nuevo. La siguiente es la entrevista concedida por el Obispo de Valledupar.
EL PILÓN: ¿Cómo se preparan para la celebración de los 50 años de la Diócesis de Valledupar?
Monseñor Óscar José Vélez Isaza: En el año 2019 se celebran los 50 años de la Diócesis de Valledupar y nosotros queremos celebrar como un jubileo, es un momento para darle gracias a Dios por celebrar estos 50 años. Vamos a tener tres frentes de preparación para esta celebración.
EP: ¿Cuáles son esos frentes?
MOJVI: El primer frente del Plan Global de la Diócesis es un plan a cinco años, abarca todos los aspectos de la vida pastoral, desde las catequesis, trabajo con jóvenes, todos los frentes de la Pastoral Diocesana para que de alguna manera en cada frente haya un desarrollo muy especial. Otro aspecto de la preparación para estos 50 años es intensificar el trabajo en los nuevos desarrollos urbanos tanto de Valledupar como de los demás municipios donde nosotros estamos trabajando, lógicamente la meta en Valledupar para el 2019 es tener 50 parroquias que en este tiene 33, que podamos llegar a las periferias, a todos los sectores, esto lo vamos a lograr con la ayuda de Dios, de la mano de algunos constructores que nos están dando los lotes, de benefactores y la comunidad. También tener 50 parroquias en los municipios que hacen parte de la Diócesis que abarca desde Fonseca, sur de La Guajira, hasta Curumaní, centro del Cesar.
El otro frente en el que estamos trabajando es la nueva Catedral de Valledupar, todos sabemos que la que existe es muy pequeña, tal vez es la más pequeña de Colombia, es cuando Valledupar era un pueblo, ahora es una ciudad muy pujante y necesitamos una Catedral que nos pueda albergar cuando tengamos las grandes celebraciones.
EP: La nueva Catedral estará al lado del Cementerio Nuevo ¿Se descarta la reubicación de este campo santo?
MOJVI: Eso es algo de futuro, pues todavía no sabemos, porque en este momento sacar a toda esa cantidad de difuntos es una tarea dispendiosa, eso ya le correspondería al Municipio de conseguir un cementerio popular, este es el cementerio a donde puede acceder cualquier persona, ya están haciendo otro cementerio a la salida de Valledupar, en esa vía van a quedar dos cementerios, pero son costosos, de particulares, no se puede pensar en esta opción hasta que no haya alternativas y esta es una tarea del Municipio de conseguir un terreno para hacer un cementerio popular. De todas maneras la Catedral va a tener en la parte de abajo la cripta para darle sentido de osario.
EP: En cuanto al tema de evangelización, ¿Cómo llegarles a los jóvenes?
MOJVI: Sí, hay que tener en cuenta que la población de Valledupar es juvenil, hay que valerse del campo deportivo, recreativo, tenemos que llegarle con lo que le gusta al joven, y lógicamente enseñarle valores.
EP: ¿Cree que una de las fortalezas de los no católicos a los que ustedes llaman hermanos separados es que hacen ‘reclutamiento de feligreses’?
MOJVI: La metodología de la Iglesia Católica es diferente, no es hacer ese proselitismo, si no es hacer una labor más fuerte, no es como vender un producto, pero sí hay que decir que los hermanos separados han estado saliendo de casa en casa, no es una competencia porque no es nuestro interés, de ninguna manera, pero sí hacer mucha más presencia en estas poblaciones que no hemos llegado por distintos motivos, muchos de los cuales son católicos de nombre, o porque fueron bautizados, pero no han tenido práctica de religión, queremos llegar a ellos, para tratar de fortalecer su fe, pero no tratar de convertir un protestante, no tenemos ese afán proselitista pero sí que un católico pueda recuperar su identidad.
EP: ¿Cómo ha crecido la Diócesis de Valledupar?
MOJVI: Cuando yo llegué encontré unas cuantas iglesias concentradas en el centro, que estaban congregando mucha gente, pero comencé a visitar barrios como Villa Miriam y otros en las periferias y no había nada. Cuando me ordené sacerdote, me tocó comenzar en las periferias de Medellín, me entregaron una zona gigantesca en la comuna noroccidental, comencé a trabajar sin parroquias ni nada, entonces fue como otra vez iniciar con mi experiencia como sacerdote, y con el Papa Francisco que nos ha estado diciendo que salgamos, que hagamos misión y esto nos ha ayudado mucho, estoy muy contento en la Diócesis, muchos proyectos, muchos sueños, mucha alegría con el Seminario. Hay 71 sacerdotes y cuando llegué había 50 sacerdotes, ha habido una renovación muy grande de sacerdotes y precisamente ahora se ordenan cinco diáconos y en junio se ordenaron seis sacerdotes.
EP: Cuando usted llegó a Valledupar hace 11 años, en el departamento se estaba viviendo una situación de guerrilla y paramilitarismo, venía de participar en diálogos de paz, ¿Cómo ve este proceso en este momento?
MOJVI: Llegué en la etapa final del paramilitarismo, me tocó brindar una pequeña colaboración cuando la desmovilización de los paramilitares, la guerrilla había quedado un poco más atrás en el Cesar, no quiere decir que no la había. Ahora estamos en ese proceso, la Iglesia Católica está comprometida con el proceso de paz, nosotros a pesar de las dificultades, que son inevitables porque son más de 50 años de guerrilla y esto de un día para otro no se acaba, pero la Iglesia Católica está comprometida en ese proceso de paz, creemos en el proceso de paz, creemos que puede llegar a buen término, no hemos estado trabajando directamente en La Habana con los diálogos porque no somos partes del gobierno ni de la guerrilla que son los que están dialogando, pero sí le estamos haciendo un acompañamiento a las víctimas y estamos comprometidos con este proceso.
EP: ¿Cuál cree usted que debe ser el papel de la Iglesia en los territorios, cuando se habla de paz territorial para lograr ese sueño?
MOJVI: Lo primero es meternos en la conciencia de que la paz es posible, que es una oportunidad que no podemos perder, que ciertamente hay dificultades, muchas veces nos toca tragarnos unos sapos, pero sabemos que por la paz hay que hacerlo. Hay que hacer un trabajo para que crean en la paz, acepten la paz y apoyen la paz, es una idea que es el campo principal que puede hacer la Iglesia, es el principal aporte y lógicamente viene un segundo momento y es ir preparándonos para el postconflicto, del que se dice no va a ser nada fácil, mucha lacra, mucha cosa que ha quedado en la historia, en las poblaciones. La Iglesia debe colaborar en este momento tanto en el trabajo con las víctimas como con los que se desmovilizan y los que han tenido parte en el conflicto, porque hay que tener un cambio de mentalidad, y ese fue uno de los temas más débiles del paramilitarismo, que a esa gente se mandó a la calle sin haberle hecho una preparación, sin haberla desintoxicado, sin haberle hecho este proceso y esto trae sus consecuencias. Con la guerrilla puede pasar algo si no se le ha hecho la desintoxicación, a la iglesia le toca hacer un trabajo muy grande.
EP: ¿Tienen ustedes algún trabajo adelantado en esto?
MOJVI: Sí, con el Programa de Desarrollo y Paz del Cesar, el PDP, que justo hicimos reunión de Junta Directiva para nuevo presidente y los planes para el año entrante, en este programa ha estado la Diócesis desde el comienzo, precisamente preparándonos para esta etapa del postconflicto.
EP: Es diciembre, época de paz y armonía. ¿Qué mensaje le envía a la comunidad que hoy se siente insegura, atrapada por los delincuentes que no conocen el valor de la vida?
MOJVI: El mensaje es el que los ángeles de Belén cantaron cuando nació Jesús, “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor”, este mensaje tiene dos partes, uno es el sentido de la gloria de Dios, creo que ninguna sociedad se puede construir bien, justa, en paz, si no es con la misericordia de Dios, la alabanza y gloria a Él, el conocimiento a su palabra y como consecuencia a esta aceptación a Dios, de permitir que Dios esté en la vida de las personas, es la segunda parte del mensaje de los ángeles. Es precisamente que la paz nace en el corazón del hombre en la medida en que se acoja a Dios, podría concluir con esta frase: Navidad es el acontecimiento en el que celebramos el nacimiento de Jesús en Belén, pero cuando la iglesia sigue celebrando la Navidad es con el propósito de que ese niño que nació en Belén, nazca también en el corazón de cada uno, para traer paz, alegría y fortaleza para afrontarlo todo, para que podamos construir una sociedad en paz.
Por Yelene Cuan Pertuz/ EL PILÓN