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Columnista - 9 marzo, 2014

La palabra y la mujer

Y siempre quédate con aquel que sepa hablarte de lunas… Poco después de nacer vino a verme una mujer muy linda a quién yo no conocía. Recuerdo muy bien su perfume de jazmines y la suave melodía de su voz. El mundo era muy nuevo para mí pero gravé con atención las hermosas palabras que […]

Y siempre quédate con aquel que sepa hablarte de lunas…

Poco después de nacer vino a verme una mujer muy linda a quién yo no conocía.

Recuerdo muy bien su perfume de jazmines y la suave melodía de su voz. El mundo era muy nuevo para mí pero gravé con atención las hermosas palabras que dejó en mis oídos, yo no conocía las palabras, ni por supuesto las mujeres, pero ambas marcaron mi destino desde ese primer instante.

El tiempo fue pasando y yo no le encontraba el verdadero sentido a aquella visita extraordinaria, pero años después lo entendí todo.

Era una profecía, y por lo tanto absolutamente irreversible.
Jamás tendría acceso a la una sin recurrir a la otra.

PENÉLOPE

Penélope la tejedora, bordaba y bordaba sin mirar, pensando en Ulises, el guerrero legendario. A miles de kilómetros, en el fragor de la guerra él sintió el llamado del amor, era un hombre de guerra, por lo tanto decidido, se vino por el hilo del bordado mientras ella bordaba y bordaba todas las tardes, sin mirar el bordado y soñando con el.

Varias semanas después, cuando el bordado estuvo terminado ella lo extendió para corregir los errores. No había error, era perfecto!

Estaba Ulises con su uniforme de guerra y el rostro impaciente mirando a lo lejos como si esperara a alguien, había cruzado el desierto de los médanos infinitos, el golfo de Corinto, y había escalado las escarpadas rocas del kilimingo, seis semanas de travesía, pero llegó justo a tiempo para demostrarle que no había error en su pensamiento. Ni en sus sueños.

SOLAMENTE PARA TUS OJOS

Quiero escalar las escarpadas cumbres del kilimingo, escurrirme en sus laderas soportando sus vientos eternos y llegar a la cúspide de sus nieves perpetuas, encontrar allí la preciosa flor esquiva que solo se abre ante el perfume de una mujer linda, traerla a tus manos conservada en su clima para que se abra ante tus ojos divinos.

– ¿Y esa flor existe?
– Si, la he inventado yo solamente para tus ojos.

QUIZÁS NO HAS NOTADO

Quizás no has notado que un poco más de la mitad de la humanidad son seres maravillosos dulces, tiernos y extraordinariamente sensibles que esparcen el perfume de la vida.

quizás no has notado que un poco más de la mitad de la humanidad son mujeres y son ellas quienes perfuman nuestros días.

Feliz día de la mujer, muy especialmente a todas las que viven bajo el cielo de Valledupar.

 

Columnista
9 marzo, 2014

La palabra y la mujer

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Leonardo Maya Amaya

Y siempre quédate con aquel que sepa hablarte de lunas… Poco después de nacer vino a verme una mujer muy linda a quién yo no conocía. Recuerdo muy bien su perfume de jazmines y la suave melodía de su voz. El mundo era muy nuevo para mí pero gravé con atención las hermosas palabras que […]


Y siempre quédate con aquel que sepa hablarte de lunas…

Poco después de nacer vino a verme una mujer muy linda a quién yo no conocía.

Recuerdo muy bien su perfume de jazmines y la suave melodía de su voz. El mundo era muy nuevo para mí pero gravé con atención las hermosas palabras que dejó en mis oídos, yo no conocía las palabras, ni por supuesto las mujeres, pero ambas marcaron mi destino desde ese primer instante.

El tiempo fue pasando y yo no le encontraba el verdadero sentido a aquella visita extraordinaria, pero años después lo entendí todo.

Era una profecía, y por lo tanto absolutamente irreversible.
Jamás tendría acceso a la una sin recurrir a la otra.

PENÉLOPE

Penélope la tejedora, bordaba y bordaba sin mirar, pensando en Ulises, el guerrero legendario. A miles de kilómetros, en el fragor de la guerra él sintió el llamado del amor, era un hombre de guerra, por lo tanto decidido, se vino por el hilo del bordado mientras ella bordaba y bordaba todas las tardes, sin mirar el bordado y soñando con el.

Varias semanas después, cuando el bordado estuvo terminado ella lo extendió para corregir los errores. No había error, era perfecto!

Estaba Ulises con su uniforme de guerra y el rostro impaciente mirando a lo lejos como si esperara a alguien, había cruzado el desierto de los médanos infinitos, el golfo de Corinto, y había escalado las escarpadas rocas del kilimingo, seis semanas de travesía, pero llegó justo a tiempo para demostrarle que no había error en su pensamiento. Ni en sus sueños.

SOLAMENTE PARA TUS OJOS

Quiero escalar las escarpadas cumbres del kilimingo, escurrirme en sus laderas soportando sus vientos eternos y llegar a la cúspide de sus nieves perpetuas, encontrar allí la preciosa flor esquiva que solo se abre ante el perfume de una mujer linda, traerla a tus manos conservada en su clima para que se abra ante tus ojos divinos.

– ¿Y esa flor existe?
– Si, la he inventado yo solamente para tus ojos.

QUIZÁS NO HAS NOTADO

Quizás no has notado que un poco más de la mitad de la humanidad son seres maravillosos dulces, tiernos y extraordinariamente sensibles que esparcen el perfume de la vida.

quizás no has notado que un poco más de la mitad de la humanidad son mujeres y son ellas quienes perfuman nuestros días.

Feliz día de la mujer, muy especialmente a todas las que viven bajo el cielo de Valledupar.