Aunque se ha mantenido firme por ocho décadas, no ha podido escaparse de este parásito que es esparcido por las aves que se alimentan de su fruto.
El pasado 7 de agosto el emblemático palo de mango de la Plaza Alfonso López de Valledupar llegó a sus 84 años. Este árbol ha sido testigo de amaneceres y anocheceres durante varias generaciones, que han sido cobijadas por su sombra ante el inclemente sol del cielo vallenato o las lluvias en la temporada invernal.
Aunque se ha mantenido firme por ocho décadas, no ha podido escaparse de su principal enemigo: ‘La pajarita’, como se le conoce al parásito que es esparcido por las aves que se alimentan de su fruto.
Es por ello que el ingeniero agrónomo Carlos Peraza Morón hizo un diagnóstico de la condición actual del árbol. “Hay que hacerle un tratamiento por medio de unas raspaduras para poder eliminar ‘La pajarita’ para que el árbol pueda fotosintetizar bien”, explicó.
El experto agregó que esta intervención es totalmente necesaria, aunque no de forma drástica, para garantizar el sostenimiento del árbol y pueda cumplir fisiológicamente con la fotosíntesis. “Es la única forma que tiene de liberar el oxígeno”, señaló.
El tradicional palo de mango no es el único que ha sido atacado por ‘La pajarita’, que aunque actúa de forma lenta ya ha eliminado mucha parte del área foliar de otros árboles de la ciudad.
El pasado mes de abril cuatro organizaciones ambientalistas se unieron para iniciar un programa de conservación y restauración del árbol. Varios expertos en arbolado urbano se dispusieron a darle un tratamiento que pudiera evitar la extinción del palo de mango. Las organizaciones que lideraron la iniciativa fueron la Fundación Biosierra Nevada, la Asociación Colombiana de Arboricultura, Arboresas y el Instituto Latinoamericano de Arboricultura, con el objetivo de realizar procesos de nutrición encaminados a la preservación de la vitalidad del icónico árbol.
Por: Andreina Galvez
Aunque se ha mantenido firme por ocho décadas, no ha podido escaparse de este parásito que es esparcido por las aves que se alimentan de su fruto.
El pasado 7 de agosto el emblemático palo de mango de la Plaza Alfonso López de Valledupar llegó a sus 84 años. Este árbol ha sido testigo de amaneceres y anocheceres durante varias generaciones, que han sido cobijadas por su sombra ante el inclemente sol del cielo vallenato o las lluvias en la temporada invernal.
Aunque se ha mantenido firme por ocho décadas, no ha podido escaparse de su principal enemigo: ‘La pajarita’, como se le conoce al parásito que es esparcido por las aves que se alimentan de su fruto.
Es por ello que el ingeniero agrónomo Carlos Peraza Morón hizo un diagnóstico de la condición actual del árbol. “Hay que hacerle un tratamiento por medio de unas raspaduras para poder eliminar ‘La pajarita’ para que el árbol pueda fotosintetizar bien”, explicó.
El experto agregó que esta intervención es totalmente necesaria, aunque no de forma drástica, para garantizar el sostenimiento del árbol y pueda cumplir fisiológicamente con la fotosíntesis. “Es la única forma que tiene de liberar el oxígeno”, señaló.
El tradicional palo de mango no es el único que ha sido atacado por ‘La pajarita’, que aunque actúa de forma lenta ya ha eliminado mucha parte del área foliar de otros árboles de la ciudad.
El pasado mes de abril cuatro organizaciones ambientalistas se unieron para iniciar un programa de conservación y restauración del árbol. Varios expertos en arbolado urbano se dispusieron a darle un tratamiento que pudiera evitar la extinción del palo de mango. Las organizaciones que lideraron la iniciativa fueron la Fundación Biosierra Nevada, la Asociación Colombiana de Arboricultura, Arboresas y el Instituto Latinoamericano de Arboricultura, con el objetivo de realizar procesos de nutrición encaminados a la preservación de la vitalidad del icónico árbol.
Por: Andreina Galvez