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Columnista - 15 julio, 2022

La oración

¿Podrías ahora mismo elevar una oración a Dios? Mis oraciones contigo… 

“Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Filipenses 4,6

La feliz relación filial con nuestro Dios tiene un secreto: La oración. Sobra decir que, la oración es algo más que repetir frases o pensamientos de manera mecánica y sin intención. La oración realmente importante, aquella que irrumpe en el cielo, que llega hasta el trono de la gracia, debe provenir de una necesidad real, ser definida y expresada con la actitud correcta. 

La Biblia está llena de respuestas a oraciones que prevalecieron: El siervo de Abraham, ora y aparece Rebeca. Jacob lucha y ora y Esaú cambia de sus intenciones de venganza por veinte años. Moisés, ora y el mar Rojo se divide. Josué, ora y Acán es descubierto. Isaías ora y Dios mismo se revela. 

Daniel ora y los leones son amordazados. Nehemías ora y el corazón del rey se ablanda. Elías ora y el cielo se cierra para que no llueva. Eliseo ora y el río Jordán se divide. La Iglesia ora y Pedro es liberado de la cárcel.

La mayoría de nosotros asentimos fácilmente a la verdad de los relatos bíblicos respecto a la importancia de la oración definida y urgente; pero, estamos inclinados a pensar que Dios ya no obra de la misma manera que obraba antes. ¡No podemos poner en duda el poder de la oración para resolver situaciones difíciles hoy! Sí, la oración tiene hoy el mismo poder como lo ha tenido siempre. 

Dios no ha cambiado. Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. La mano del Señor no se ha acortado para salvar, ni se ha endurecido su oído para oír. 

Queridos amigos lectores: la oración es la llave que abre todos los depósitos de la gracia infinita y el poder de Dios. No solo nos pone en comunión con Dios, cuyo compañerismo disipa los caprichos egoístas y deseos triviales y nos lleva a la plena aceptación de la voluntad divina. Sino que, también, la oración es un instrumento poderoso para ser usado en favor de otras personas, por medio de la intercesión. 

El atrevimiento, el ser esforzados y definidos en la oración, son los medios para desatar los ríos de gracia divina, dirigidos a las necesidades más apremiantes de las personas. Por tanto, la oración vital no son palabras, es un acto. Un acto de fe, mediante el cual tomamos los recursos ilimitados del cielo y los traemos a la tierra para suplir necesidades sentidas. La oración prevalece sobre las dificultades. Trae poder para vencer la adversidad. 

Mi invitación es a ser definidos con Dios. Dispongamos cada día un tiempo de calidad para comunicarnos con Dios. Disfrutemos de esa feliz relación de amor y de pacto con Dios a través de la oración. Confiemos que Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Atrevámonos a asirnos de las promesas divinas y a esperar con fe hasta que venga la respuesta. 

¿Podrías ahora mismo elevar una oración a Dios? Mis oraciones contigo… 

Columnista
15 julio, 2022

La oración

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Valerio Mejía Araújo

¿Podrías ahora mismo elevar una oración a Dios? Mis oraciones contigo… 


“Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”. Filipenses 4,6

La feliz relación filial con nuestro Dios tiene un secreto: La oración. Sobra decir que, la oración es algo más que repetir frases o pensamientos de manera mecánica y sin intención. La oración realmente importante, aquella que irrumpe en el cielo, que llega hasta el trono de la gracia, debe provenir de una necesidad real, ser definida y expresada con la actitud correcta. 

La Biblia está llena de respuestas a oraciones que prevalecieron: El siervo de Abraham, ora y aparece Rebeca. Jacob lucha y ora y Esaú cambia de sus intenciones de venganza por veinte años. Moisés, ora y el mar Rojo se divide. Josué, ora y Acán es descubierto. Isaías ora y Dios mismo se revela. 

Daniel ora y los leones son amordazados. Nehemías ora y el corazón del rey se ablanda. Elías ora y el cielo se cierra para que no llueva. Eliseo ora y el río Jordán se divide. La Iglesia ora y Pedro es liberado de la cárcel.

La mayoría de nosotros asentimos fácilmente a la verdad de los relatos bíblicos respecto a la importancia de la oración definida y urgente; pero, estamos inclinados a pensar que Dios ya no obra de la misma manera que obraba antes. ¡No podemos poner en duda el poder de la oración para resolver situaciones difíciles hoy! Sí, la oración tiene hoy el mismo poder como lo ha tenido siempre. 

Dios no ha cambiado. Dios es el mismo ayer, hoy y por los siglos. La mano del Señor no se ha acortado para salvar, ni se ha endurecido su oído para oír. 

Queridos amigos lectores: la oración es la llave que abre todos los depósitos de la gracia infinita y el poder de Dios. No solo nos pone en comunión con Dios, cuyo compañerismo disipa los caprichos egoístas y deseos triviales y nos lleva a la plena aceptación de la voluntad divina. Sino que, también, la oración es un instrumento poderoso para ser usado en favor de otras personas, por medio de la intercesión. 

El atrevimiento, el ser esforzados y definidos en la oración, son los medios para desatar los ríos de gracia divina, dirigidos a las necesidades más apremiantes de las personas. Por tanto, la oración vital no son palabras, es un acto. Un acto de fe, mediante el cual tomamos los recursos ilimitados del cielo y los traemos a la tierra para suplir necesidades sentidas. La oración prevalece sobre las dificultades. Trae poder para vencer la adversidad. 

Mi invitación es a ser definidos con Dios. Dispongamos cada día un tiempo de calidad para comunicarnos con Dios. Disfrutemos de esa feliz relación de amor y de pacto con Dios a través de la oración. Confiemos que Dios es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Atrevámonos a asirnos de las promesas divinas y a esperar con fe hasta que venga la respuesta. 

¿Podrías ahora mismo elevar una oración a Dios? Mis oraciones contigo…