Los autores sugieren que aproximadamente 40.000 metros cuadrados de la superficie lunar tienen la capacidad de atrapar agua, cuya presencia puede tener implicaciones para futuras misiones lunares.
En dos artículos publicados en la revista Nature Astronomy, la Nasa anunció el descubrimiento de agua en la Luna. Los artículos indican la detección de moléculas de esta sustancia de forma inequívoca, así como la existencia de pequeñas áreas en la superficie del satélite donde el agua podría quedar atrapada de manera estable, lo que puede tener implicaciones para futuras misiones humanas.
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Según la publicación, un equipo dirigido por Casey Honniball de la Universidad de Hawái, usó datos del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja, SOFIA, de la Nasa, un avión Boeing 747SP modificado para transportar un telescopio reflector. Los datos fueron tomados del cráter Clavius, cerca del polo Sur, que fue observado por SOFIA en una longitud de onda de seis micras, a la que el agua molecular produce una firma espectral única.
La investigación explica que el agua, atrapada dentro de granos de polvo o de cristales, cuando es excitada por la luz del Sol vibra y la vuelve a emitir a una longitud de onda de seis micras, por lo que expertos señalan que es como si esas zonas de la luna brillaran más de lo que deberían a esa longitud de onda.
Los investigadores estiman que la abundancia en las altas latitudes meridionales es de 100 a 400 gramos de H2O por tonelada de regolito (el material del que está formado la superficie lunar) y la distribución del agua en ese pequeño rango de latitud es resultado de la geología local y “probablemente no un fenómeno global”.
El segundo estudio, encabezado por Paul Hayne de la Universidad de Colorado Boulder, examinó la distribución en la superficie lunar de zonas en un estado de oscuridad eterna, en las que el hielo podría ser capturado y permanecer estable.
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El científico explicó que “en las trampas frías las temperaturas son tan bajas que el hielo se comportaría como una roca, si el agua entra ahí no irá a ninguna parte durante mil millones de años“.
El estudio se hizo con datos del Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA para evaluar una gama de posibles tamaños de trampas frías, las cuales podrían ser mucho más comunes en la superficie de la luna de lo sugerido en investigaciones anteriores. El equipo usó también herramientas matemáticas para recrear cómo podría ser la superficie lunar a muy pequeña escala y la respuesta es que sería “un poco como una pelota de golf“, repleta de pequeños hoyos.
El estudio indica que las “micro” trampas frías, en ocasiones de un tamaño no superior a un céntimo de euro, son cientos o miles de veces más numerosas que las de mayor tamaño, que pueden tener varios kilómetros, y se pueden encontrar en ambos polos.
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Los autores sugieren que aproximadamente 40.000 metros cuadrados de la superficie lunar tienen la capacidad de atrapar agua, cuya presencia puede tener implicaciones para futuras misiones lunares que tengan como objetivo el acceso a estos potenciales depósitos de hielo.
Con información de Efe
Los autores sugieren que aproximadamente 40.000 metros cuadrados de la superficie lunar tienen la capacidad de atrapar agua, cuya presencia puede tener implicaciones para futuras misiones lunares.
En dos artículos publicados en la revista Nature Astronomy, la Nasa anunció el descubrimiento de agua en la Luna. Los artículos indican la detección de moléculas de esta sustancia de forma inequívoca, así como la existencia de pequeñas áreas en la superficie del satélite donde el agua podría quedar atrapada de manera estable, lo que puede tener implicaciones para futuras misiones humanas.
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Según la publicación, un equipo dirigido por Casey Honniball de la Universidad de Hawái, usó datos del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja, SOFIA, de la Nasa, un avión Boeing 747SP modificado para transportar un telescopio reflector. Los datos fueron tomados del cráter Clavius, cerca del polo Sur, que fue observado por SOFIA en una longitud de onda de seis micras, a la que el agua molecular produce una firma espectral única.
La investigación explica que el agua, atrapada dentro de granos de polvo o de cristales, cuando es excitada por la luz del Sol vibra y la vuelve a emitir a una longitud de onda de seis micras, por lo que expertos señalan que es como si esas zonas de la luna brillaran más de lo que deberían a esa longitud de onda.
Los investigadores estiman que la abundancia en las altas latitudes meridionales es de 100 a 400 gramos de H2O por tonelada de regolito (el material del que está formado la superficie lunar) y la distribución del agua en ese pequeño rango de latitud es resultado de la geología local y “probablemente no un fenómeno global”.
El segundo estudio, encabezado por Paul Hayne de la Universidad de Colorado Boulder, examinó la distribución en la superficie lunar de zonas en un estado de oscuridad eterna, en las que el hielo podría ser capturado y permanecer estable.
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El científico explicó que “en las trampas frías las temperaturas son tan bajas que el hielo se comportaría como una roca, si el agua entra ahí no irá a ninguna parte durante mil millones de años“.
El estudio se hizo con datos del Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA para evaluar una gama de posibles tamaños de trampas frías, las cuales podrían ser mucho más comunes en la superficie de la luna de lo sugerido en investigaciones anteriores. El equipo usó también herramientas matemáticas para recrear cómo podría ser la superficie lunar a muy pequeña escala y la respuesta es que sería “un poco como una pelota de golf“, repleta de pequeños hoyos.
El estudio indica que las “micro” trampas frías, en ocasiones de un tamaño no superior a un céntimo de euro, son cientos o miles de veces más numerosas que las de mayor tamaño, que pueden tener varios kilómetros, y se pueden encontrar en ambos polos.
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Los autores sugieren que aproximadamente 40.000 metros cuadrados de la superficie lunar tienen la capacidad de atrapar agua, cuya presencia puede tener implicaciones para futuras misiones lunares que tengan como objetivo el acceso a estos potenciales depósitos de hielo.
Con información de Efe