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Columnista - 1 noviembre, 2016

¿La música vallenata es machista? 

El pasado 13 de octubre, por cortesía de nuestra amiga Sandra Arregocés, tuve la oportunidad de asistir al acto de lanzamiento en Bogotá, en la discoteca Matildelina, del Encuentro Vallenato Femenino, EVAFE, evento folclórico que se desarrollará en Valledupar los días 18 y 19 de noviembre de 2016. En mi mesa estuve acompañado de jóvenes vallenatos radicados en Bogotá y que han logrado […]

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El pasado 13 de octubre, por cortesía de nuestra amiga Sandra Arregocés, tuve la oportunidad de asistir al acto de lanzamiento en Bogotá, en la discoteca Matildelina, del Encuentro Vallenato Femenino, EVAFE, evento folclórico que se desarrollará en Valledupar los días 18 y 19 de noviembre de 2016.

En mi mesa estuve acompañado de jóvenes vallenatos radicados en Bogotá y que han logrado posicionarse profesionalmente en la capital del país, cosa que no es fácil para cualquier “provinciano”. Además de mi esposa Ximena Becerra, fue muy placentero compartir con el médico otorrinolaringólogo Ricardo Guerra Fuentes y su esposa ibaguereña Ángela Albarello, ginecóloga;  y con los esposos Ányela Medina Álvarez y José Tobías Pumarejo Caro, ella abogada y él administrador financiero. Todos muy inquietos por las cosas del folclor vallenato.

Estuvimos muy atentos observando y analizando el escenario musical que allí se brindaba. El tema central de conversación giró en torno a una pregunta que me atreví hacerles a mis compañeros de mesa: ¿En qué se diferencia la forma de cantar vallenatos de las mujeres frente a lo que hacen los hombres?

No fue necesaria la discusión, pues las mismas artistas que una a una fueron pasando por la tarima nos hicieron ver, con escasas excepciones, que ellas cantan, saludan, se expresan y gesticulan su cuerpo al igual o muy parecido a los hombres. Y hasta los lamentos nostálgicos y de compadrazgo, propio de los varones, se escucharon en ese recinto melodioso femenino.

Considero que eso es un error de las féminas y pienso que  es un aspecto que deben revisar con cuidado esas damas a las que Dios les dio el talento para cantar música vallenata. Si ellas cantan muy bonito que bueno sería que no perdieran la feminidad cuando están en la tarima, no son todas, repito; pero sí la gran mayoría. Ese machismo al cantar sólo les luce a los hombres y también tiene sus límites en el sentido de no pasar la delgada línea de la chabacanería o ramplonería.

Todo esto nos hace pensar que la música vallenata sí es machista porque hasta las mismas damas, la mayoría, con su puesta en escena parecieran tener el deseo de mostrarlo así y de emular a los hombres para trascender musicalmente. Claro que sólo estamos hablando de la forma, porque si analizamos los contenidos musicales el asunto pica y se extiende.

Con eventos como este Festival donde se va a promover el talento, la inspiración  y la interpretación femenina, la música vallenata va a dar un paso muy importante, será  una  singular coyuntura para impulsar todo el potencial y la capacidad de nuestras mujeres para que perfumen el pentagrama vallenato, para que con su cadencia, con su impronta le den un nuevo momento, un momento muy especial a nuestro folclor. De seguro muchas artistas que han trabajado por este género musical van a estar muy orgullosas de la nueva etapa que comienza a vivir, un folclor mucho más rico, más pletórico de una forma muy prolija y masiva, será una fase sensible en el sentir de nuestras damas.

Mujeres, en esto del folclor vallenato femenino ustedes tienen muy buenos referentes como Rita Fernández Padilla y Estela Durán Escalona, entre muchas otras, que son  unas verdaderas artistas y no han tenido la necesidad de emular a los hombres.

Recuerdo que Adriana Lucía, muy sardina todavía, cuando apenas comenzaba a mostrarse, en una entrevista me dijo: “la picardía femenina tiene que ser distinta a la picardía de los hombres”, tiene toda la razón y tal vez por eso triunfó. He ahí el detalle.

Por Oscar Martínez Ortiz      

 

Columnista
1 noviembre, 2016

¿La música vallenata es machista? 

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
El Pilón

El pasado 13 de octubre, por cortesía de nuestra amiga Sandra Arregocés, tuve la oportunidad de asistir al acto de lanzamiento en Bogotá, en la discoteca Matildelina, del Encuentro Vallenato Femenino, EVAFE, evento folclórico que se desarrollará en Valledupar los días 18 y 19 de noviembre de 2016. En mi mesa estuve acompañado de jóvenes vallenatos radicados en Bogotá y que han logrado […]


El pasado 13 de octubre, por cortesía de nuestra amiga Sandra Arregocés, tuve la oportunidad de asistir al acto de lanzamiento en Bogotá, en la discoteca Matildelina, del Encuentro Vallenato Femenino, EVAFE, evento folclórico que se desarrollará en Valledupar los días 18 y 19 de noviembre de 2016.

En mi mesa estuve acompañado de jóvenes vallenatos radicados en Bogotá y que han logrado posicionarse profesionalmente en la capital del país, cosa que no es fácil para cualquier “provinciano”. Además de mi esposa Ximena Becerra, fue muy placentero compartir con el médico otorrinolaringólogo Ricardo Guerra Fuentes y su esposa ibaguereña Ángela Albarello, ginecóloga;  y con los esposos Ányela Medina Álvarez y José Tobías Pumarejo Caro, ella abogada y él administrador financiero. Todos muy inquietos por las cosas del folclor vallenato.

Estuvimos muy atentos observando y analizando el escenario musical que allí se brindaba. El tema central de conversación giró en torno a una pregunta que me atreví hacerles a mis compañeros de mesa: ¿En qué se diferencia la forma de cantar vallenatos de las mujeres frente a lo que hacen los hombres?

No fue necesaria la discusión, pues las mismas artistas que una a una fueron pasando por la tarima nos hicieron ver, con escasas excepciones, que ellas cantan, saludan, se expresan y gesticulan su cuerpo al igual o muy parecido a los hombres. Y hasta los lamentos nostálgicos y de compadrazgo, propio de los varones, se escucharon en ese recinto melodioso femenino.

Considero que eso es un error de las féminas y pienso que  es un aspecto que deben revisar con cuidado esas damas a las que Dios les dio el talento para cantar música vallenata. Si ellas cantan muy bonito que bueno sería que no perdieran la feminidad cuando están en la tarima, no son todas, repito; pero sí la gran mayoría. Ese machismo al cantar sólo les luce a los hombres y también tiene sus límites en el sentido de no pasar la delgada línea de la chabacanería o ramplonería.

Todo esto nos hace pensar que la música vallenata sí es machista porque hasta las mismas damas, la mayoría, con su puesta en escena parecieran tener el deseo de mostrarlo así y de emular a los hombres para trascender musicalmente. Claro que sólo estamos hablando de la forma, porque si analizamos los contenidos musicales el asunto pica y se extiende.

Con eventos como este Festival donde se va a promover el talento, la inspiración  y la interpretación femenina, la música vallenata va a dar un paso muy importante, será  una  singular coyuntura para impulsar todo el potencial y la capacidad de nuestras mujeres para que perfumen el pentagrama vallenato, para que con su cadencia, con su impronta le den un nuevo momento, un momento muy especial a nuestro folclor. De seguro muchas artistas que han trabajado por este género musical van a estar muy orgullosas de la nueva etapa que comienza a vivir, un folclor mucho más rico, más pletórico de una forma muy prolija y masiva, será una fase sensible en el sentir de nuestras damas.

Mujeres, en esto del folclor vallenato femenino ustedes tienen muy buenos referentes como Rita Fernández Padilla y Estela Durán Escalona, entre muchas otras, que son  unas verdaderas artistas y no han tenido la necesidad de emular a los hombres.

Recuerdo que Adriana Lucía, muy sardina todavía, cuando apenas comenzaba a mostrarse, en una entrevista me dijo: “la picardía femenina tiene que ser distinta a la picardía de los hombres”, tiene toda la razón y tal vez por eso triunfó. He ahí el detalle.

Por Oscar Martínez Ortiz