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Columnista - 30 septiembre, 2013

La muerte del estratega

Hace algunos días la literatura colombiana sufrió una de sus más grandes pérdidas con la muerte del historiador, poeta y novelista, Álvaro Mutis; un hombre apasionado por las letras quien durante muchas décadas aportó una infinita gama de análisis y reflexiones sobre la historia, la filosofía y la creación literaria, que hoy permiten establecer una mirada más clara de la literatura colombiana en el contexto universal.

Por Óscar Ariza Daza

Hace algunos días la literatura colombiana sufrió una de sus más grandes pérdidas con la muerte del historiador, poeta  y novelista, Álvaro Mutis; un hombre apasionado por las letras quien durante muchas décadas aportó una infinita gama de análisis y reflexiones sobre la historia, la filosofía y la creación literaria, que hoy permiten establecer una mirada más clara de la literatura colombiana en el contexto universal.

Ha muerto el estratega de las letras cuyo apasionamiento por la cultura lo llevó a meterse en empresas  descabelladas a punto de terminar preso durante 15 meses en Lecumberri, una cárcel de México, ante el requerimiento de autoridades colombianas que luego de acusarlo de usar fondos públicos de la cultura para auspiciar a amigos escritores, entre ellos García Márquez, su entrañable amigo, terminaron absolviéndolo.

De ese carcelazo,surgió la historia llamada El Diario de Lecumberri, que más que anotaciones, parece un tratado sobre la empañada circunstancia humana.  

Su condición postmoderna lo convirtió en un eterno exiliado, que lo llevaba a añorar el Tolima, su patria chica,  a pesar de haber nacido en Bogotá.

Eso tal vez lo hizo a entender que ya no pertenecía a ninguna parte; aun así en su jardín de ciudad de México sembraba matas de plátanos y otras plantas de tierra caliente, tratando de evocar esa zona de donde provenía, pero que no alcanzaba a superar su eterna condición de errante, tal como lo plasma en su personaje Maqroll el Gaviero, su alter ego, que pasó de ser una figura poética, a convertirse en una expresión viva de sus novelas, pues hace tiempo según sus mismas palabras, Maqroll le pedía a gritos más libertad para actuar, por eso lo trasladó a su proyecto narrativo.

Ha muerto Álvaro Mutis,  uno de los colombianos más cultos de los últimos tiempos y con su muerte,Maqroll el Gaviero emprende otro viaje más, en el que habrá de confirmar que no pertenece a Europa, ni a Latinoamérica, mucho menos a cualquier reino de este mundo ni de otro; su destino será siempre el del errante, en el que ningún puerto define su último viaje, porque vivirá por siempre tras las huellas de sus amigos literarios que se esconden en los lugares menos imaginados de la nostalgia y del deseo de encontrarlos.

Esta es otra escala de su gran Trampsteamer, que sigue el viaje eterno tras las huellas de Ilona, Abdul Bashur, Flor Estévez o cualquier otro de sus grandes amigos que aparecen cuando abrimos una de sus novelas donde también está él, enorme, imponente en su condición desesperanzada, que necesita seguir vagando a pesar de que su naturaleza mortal le haya definido su último viaje.

@Oscararizadaza

 

Columnista
30 septiembre, 2013

La muerte del estratega

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Oscar Ariza Daza

Hace algunos días la literatura colombiana sufrió una de sus más grandes pérdidas con la muerte del historiador, poeta y novelista, Álvaro Mutis; un hombre apasionado por las letras quien durante muchas décadas aportó una infinita gama de análisis y reflexiones sobre la historia, la filosofía y la creación literaria, que hoy permiten establecer una mirada más clara de la literatura colombiana en el contexto universal.


Por Óscar Ariza Daza

Hace algunos días la literatura colombiana sufrió una de sus más grandes pérdidas con la muerte del historiador, poeta  y novelista, Álvaro Mutis; un hombre apasionado por las letras quien durante muchas décadas aportó una infinita gama de análisis y reflexiones sobre la historia, la filosofía y la creación literaria, que hoy permiten establecer una mirada más clara de la literatura colombiana en el contexto universal.

Ha muerto el estratega de las letras cuyo apasionamiento por la cultura lo llevó a meterse en empresas  descabelladas a punto de terminar preso durante 15 meses en Lecumberri, una cárcel de México, ante el requerimiento de autoridades colombianas que luego de acusarlo de usar fondos públicos de la cultura para auspiciar a amigos escritores, entre ellos García Márquez, su entrañable amigo, terminaron absolviéndolo.

De ese carcelazo,surgió la historia llamada El Diario de Lecumberri, que más que anotaciones, parece un tratado sobre la empañada circunstancia humana.  

Su condición postmoderna lo convirtió en un eterno exiliado, que lo llevaba a añorar el Tolima, su patria chica,  a pesar de haber nacido en Bogotá.

Eso tal vez lo hizo a entender que ya no pertenecía a ninguna parte; aun así en su jardín de ciudad de México sembraba matas de plátanos y otras plantas de tierra caliente, tratando de evocar esa zona de donde provenía, pero que no alcanzaba a superar su eterna condición de errante, tal como lo plasma en su personaje Maqroll el Gaviero, su alter ego, que pasó de ser una figura poética, a convertirse en una expresión viva de sus novelas, pues hace tiempo según sus mismas palabras, Maqroll le pedía a gritos más libertad para actuar, por eso lo trasladó a su proyecto narrativo.

Ha muerto Álvaro Mutis,  uno de los colombianos más cultos de los últimos tiempos y con su muerte,Maqroll el Gaviero emprende otro viaje más, en el que habrá de confirmar que no pertenece a Europa, ni a Latinoamérica, mucho menos a cualquier reino de este mundo ni de otro; su destino será siempre el del errante, en el que ningún puerto define su último viaje, porque vivirá por siempre tras las huellas de sus amigos literarios que se esconden en los lugares menos imaginados de la nostalgia y del deseo de encontrarlos.

Esta es otra escala de su gran Trampsteamer, que sigue el viaje eterno tras las huellas de Ilona, Abdul Bashur, Flor Estévez o cualquier otro de sus grandes amigos que aparecen cuando abrimos una de sus novelas donde también está él, enorme, imponente en su condición desesperanzada, que necesita seguir vagando a pesar de que su naturaleza mortal le haya definido su último viaje.

@Oscararizadaza